Sonia lo decidió ahí mismo, bajo la ducha. Lo dejó irse a Bruno, como quien deja ir el sudor con el agua que cae por los hombros. Y el agua, y Bruno, de los hombros al pecho, del pecho al ombligo, sorteando el sexo, vía muslo izquierdo, empeine, bañera. Rumbo al desagüe, rumbo al río, rumbo a la distancia insuperable, a la otredad definitiva, a la lejanía resignada, al nunca, pero nunca.
Y así fue. No habrá cambios exóticos, Sonia no quiere. Volverán a verse, como siempre, habrá abrazo y palabras dulces, pero ambos serán otros. Sonia habrá perdido eso que de ella era para Bruno, y Bruno todo lo que Sonia construyó de él. Y serán otros, y serán los mismos, los mismos.
Fin.
4 comments:
los mismos, los mismos.
UN post raro en usted HElené, puede ser?...aunque,, tiene igual algo suyo.
¿por què raro Sr Nacho? Mucho gustaríame que se explaye sobre la rareza (sin posicionarme a la defensiva para nada, solamente saber què lo... inquietò...).
Saludos.
Como que quizás sea que no guarda ningun secreto, lo dice y punto, y usted siempre esta en la "cornisa", en el borde,y lo deja ahi, con un rotundo PUNtosegguido! q es un punto aparte. Y ahora se desenlaza?...algo así..
Así lo siento yo.
quizas el raro soy yo y mis ojos-
"Volverán a verse, como siempre, habrá abrazo y palabras dulces, pero ambos serán otros."
Ambos seràn otros...
Vuelva Helene! yo hace AÑOS que no pasaba por los blogs... hasta abandonè el mìo que tan bien me hacìa.
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