Wednesday, February 28, 2007

Fundación lítica del recuerdo II

Tienes las manos suaves
Tienes los ojos dulces
Tienes el abrazo listo
Tienes todo lo que no tengo.

Amanece en mi cama
la soledad añejada
devendré en lagarto
el día de la angustia

Mi piel se llenó de suspicacias
los suburbios se colmaron de temores
y vos tan lejos

Entre lo sórdido y la luz
existe un puente
lo cruzo constantemente
no sé bien hacia dónde

Tienes olor a jabón en el pelo
Tienes cara de solemnidad infantil
Tienes espacio para el juego
Tienes el abrazo seguro
Tienes todo lo que me falta

Dulce de batata para partir
añoraré este rato
cuando te olvide
y despertará el vacío
sin consultarme
maldita la hora
que decidí envolverte.

Aquélla vez dijiste...
y yo respondí...
debiera haber dicho...
ya es tan tarde.

A lo mejor si fuéramos dos lombrices
y nuestra vida consistiera en comer tierra (o mierda)

Hoy la humedad
los aforismos
Cacho Castaña no se olvida de protestar
cuando alguien llora sin pedir café.

Tenías esos ojos, y esas manos.
Tenías ese abrazo seguro y listo.
Tenías ganas de estar conmigo.
Tenías todo lo que no tengo.

Fundación lítica del recuerdo

Se sabe desde el amanecer, desde que el primer esbozo de conciencia atenta contra las sábanas, no hay que levantarse. Y es más fuerte el deseo de no levantarse que ese otro de seguir durmiendo. Entonces es cierto, se respirarán bocanadas de suspiros llenos de smog, se intentará contener humedad de tantos lados y no se podrá evitar la tentación de recolectar cada pequeña roca inmunda y pretender el puzzle.
Primero será el tacto, cuando aún no se hayan podado las lagañas, la sensación vívida del sueño en la piel. Y no será necesario escarbar en la narrativa para quedarse con el frío en la piel, con esa ausencia, que te llevará irremediablemente a ese pasado que hoy con smog vas reconstruyendo artísticamente. Esa mano allí, ese beso, esa caricia primera y última. No, no recordaré el dolor de cuello, porque prefiero recordar la danza armónica.

Vendrán luego los otros sentidos, el olfato, el oído, el gusto, la vista. Limarás las asperezas de las rocas hasta convertirlas en los instrumentos necesarios para tu obra.
Cada segundo que pase las rocas cobrarán más el color de tus uñas y perderán el suyo. Apropiándote de las rocas crees que manejas la angustia. Mentira.

Decir, actuar, hacer de cuenta. Y así, como sin querer, el poema se te escapa entre los dientes.

Friday, February 23, 2007

Las turbulencias de Marilyn

A veces a Marilyn (o la Mari para los amigos) le cuesta atravesar las turbulencias. Y uno creería que se habla de turbulencias metafísicas, esos períodos casi cotidianos en que todo pareciera derrumbarse, pero no, aunque sí un poco. No, definitivamente no, las turbulencias por las que atraviesa Marilyn son turbulencias reales.
Cuando suceden, cuando logra preverlas, Marilyn se abrocha el cinturón de seguridad en su cama.
Son terribles las turbulencias, a veces cree que de veras se caerá y se dará la frente contra el suelo.
Dormir, dormitar, permanecer en la insomne vigilia de quien tiene miedo.
Al principio, cuando ocurrieron por primera vez, alguien la tanquilizó, le dijo con calma "ya pasa, ya pasa" hasta que finalmente pasó y ella pudo levantarse de su improvisado asiento y seguir con su vida. Pero entonces la vida era otra cosa y las turbulencias la correspondían. Entonces la vida era jugar, pelearse, querer determinada muñeca (o por qué no autito), hacer lo que dice mamá (rara vez papá), o no hacerlo. Y en concordancia las turbulencias tenían ese hipo atolondrado de quien aprende a llorar, ese mecerce casi lúdico de una hamaca, y el "ya va a pasar" con la misma melodía del Martín Pescador.
Y sí, pasará pasará pero el último quedará, que más bien quiere decir que cuando ella sea última quedará atrapada para siempre. Por eso hay que correr y correr, y sólo detenerse de vez en cuando para sufrir (o disfrutar por qué no) las turbulencias.

A medida que fue pasando la vida, también como en Martín Pescador, y no muy lejos de la hamaca las turbulencias fueron complicándose. Eran más fuertes, ya no era un juego. Y la fuerza de esa voz que decía ese slogan pacificador se fue adormeciendo entre las sábanas.
Marilyn llegó a pensar, en una de sus peores turbulencias que quizá sería esta "la última". Pero a ella extrañamente no le preocupaba la muerte, menos en esos momentos, sino la permanencia, la eternidad en el estado calamitoso de la duda, de la intemperie a pesar de las frazadas. La extensión ilimitada de ese parasiempre quejumbroso sin horizontes. El temblor irremediable y la obligación de seguir con él a cuestas.

Aprendió cómo distinguirlas de temblores pasajeros, de escalosfríos y calambres. Descubrió el modo de dormir a través de ellas, bien aferrada al colchón. Y soñó los sueños más coherentes, que no necesariamente son los mejores porque cómo decir si un sueño es mejor que otro. Porque los sueños son y punto y eso es lo que más disfrutaba de atravesar las turbulencias dormida. Eso que era a pesar suyo, a través suyo, que no pretendía nada de ella para suceder. Las turbulencias esperaban una conducta a la que ella respondió consecuentemente con una perfecta inconducta, con una pasividad solemne, casi estoica.

Entonces si bien cierto que a Marilyn le cuesta atravesar las turbulencias, visto desde afuera, cuando los amigos nos juntamos a verla sufrir amarrada a su catre, solemos pensar que no es tan terrible, que es un ratito temblando y "ya va a pasar", aunque esto no lo decimos, para no incomodarla.

Saturday, February 17, 2007

Medianera pasado

Trepo la noche,
el pasado es un pasillo.
detrás de ninguna puerta
se encuentra el futuro

Pasaré la yema de mi dedo índice
por el filo del cuchillo
sólo me llenaré de óxido.

Hablar, hablar
sería mejor guardar silencio
para que la próxima vez
alcance para todos.

En tu memoria alzaré mi copa;
beberé un trago
y lo escupiré en el mantel nuevo.

Acá adelante en mi frente
todo está escrito muy claro,
allá atrás en mi nuca
guardo la verdad.

Dormiré cubierta con mi desnudez
crecerán en mi rostro surcos de tiempo,
--------------------------------------------y aún así,
seguirás siendo.

Thursday, February 15, 2007

Del cerro I

Buscar todas las expresiones posibles. Explotar la experiencia, drenarla por completo, antes de la lluvia.
Frenar por un instante la cinta de montaje y quedarme horas y días mirando cada ángulo de esa caja, los cóncavos y los convexos.

Detrás de lo secrito está esa sabrosa ansiedad que provoca la certeza del final. Y cuando salgan del cerro estas palabras ya no serán mías.

Por eso hoy hay que permanecer lo más que se pueda aprehendiendo la caja, antes de envolverla y despacharla. Antes de que lo vívido/vivido se transforme en recuerdo.
Me niego aún a soltar eso, que fue presente (no leeré esto para omitir la contradicción)

Los lazos, las cintas, el hilo que ata este paquete es de mi propia creación. Por eso la angustia despertará al envolverlo en papel madera. Cuando comience a admitir, porque ya lo presiento, que todo en esta caja de cartón son sólo fotos y cenizas. Sobre todo cenizas.

Llevaré la muerte, lo muerto, abrazado a mi peche. Lloraré de a ratos al borde de la ruta. Y aunque no quiera entender porqué, la caja pesará lo mismo aún con más cenizas.

Arrojar las cenizas al río. Eso debiera hacer. Pero me quedo cantando, queriendo ser roca.
El agua en mi cuerpo, alrededor, en todos lados.
La caja ahí y la cinta de montaje detenida.
Auisiera llevarte conmigo y que no pesaras. No sé más que llorar para seguir con vida. Será por el agua quizá, quiá haya sido roca.

Cuando llueva no sabré qué hacer. Correr con la caja o dejarla ahí, mojándose.

La angustia es un sillón cómodo lleno de espinas.

Si luego digo que pensé en vos antes de la lluvia será mentira, pensé en mí. Y en ese juego de amplitud-estrechez todo vos no define otra persona más que un yo, lo implica.

Cuando la besó, ella lo esperaba, pero cuando la tomó de la mano fue toda una sorpresa.
Ella hubiera querido quedarse presionada contra su cuerpo y no pensar, no pensar. A pesar de la asfixia se piensa, se razona, se explica, se evita. Maldita desgracia del sapiens sapiens sapiens sapiens.
Tenía esa tarde los ojos hinchados de llanto y si bien conocía aquello de la metáfora autorreferencial, quién dice que esto fuera una metáfora.
La luz a veces pega por detrás de los ojos y hace todo más difícil.

Cuando se borren los renglones la catarata de palabras apuradas no cesarán su caída. No tener equilibrio no es problema si se vive en el llano. Y mis ríos calmos de llanura están repletos de remolinos bajo la superficie pero a Marcos no se los mostraré, hay que quedarse y vivirlos.

Yo te dije que te fueran para no lastimarte-me y ahora que me arrepiento con soltura debería haber callado y aceptado tu mano.

Del cerro II

Con el cuerpo lleno de río. Allí ha quedado mi canto.
Debí terminar este poema hace años.
Tal vez en el desmayo se hizo algo, tal vez hayan pasado tantas cosas en el brevísimo período de inconciencia.

"No pertenecés a ningún lado" te dijo el payaso. Cierto es.

Es imposible dejar que las cosas sucedan simplemente una tras de otra con el sigiloso silencio de quien
------las-
----------ve-
---------------ca-
--------------------er.

Me dormiré aquí en la sombra y aún mojada no soñaré. La conciencia seguirá despierta aún sin mí.
Debería retorcerme como un toallón para vaciar de mi cuerpo las últimas gotas tuyas.
Y comenzar de nuevo. Desde el fondo.
No caminar, abandonarme al río sin miedo.
Él me rodeará como lo hiciste vos aquella noche y no habrá forma de evitar la polvareda de la destrucción.
Será sólo eso al principio y al final, pero mientras tanto...

Las rocas, las enormes rocas sobre tus muñecas.
Mientras tanto habrá conversaciones urbanas enmarcadas en los stándares de la ocasión.
Vestirás de gala para el final. Y aunque el río crecido llegue incluso a borrar las palabras escritas, te hallarás satisfecha, por primera vez.
Esa ansiedad que te carcome los órganos, que no te deja respirar, que te acorrala sonámbula o te sorprende insomne, será víctima de la corriente, se ahogará con tu angustia.
Y lo que te diga el río, cállalo, llevalo contigo hasta la vuelta, hasta el final.

Wednesday, February 14, 2007

Efemérdides

Cupido volvía a casa después de un arduo día de trabajo.
Bajo el ala izquierda arrastraba torpemente el arco gastado.
Desde aquella funesta tarde su labor no fue la misma.
No se puede apuntar bien cuando hay presbicia.
Los avisos de neón vendían tantas cosas como el año pasado, quizá fuera una buena idea comprar una cajita de bombones, tal vez le hicieran algún descuento. En una de esas incluso su diabetes podría terminar con tanto sufrimiento estúpido.
Si se quedara ciego le darían sin duda una pensión por invalidez.

Tuesday, February 13, 2007

Esta terrible manía de recordar. Cuando la amnesia es siempre la mejor opción. El verano que se aferra a los bordes de tu pollera, el tiempo, siempre el tiempo.

"¿Verdad mami que algún día no tendré miedo de vivir?" preguntó ingenua la niña.
Su madre bajó la mirada de la mesa al suelo.
Un silencio frío las abrazó a las dos.

Friday, February 09, 2007

Greco-romana

Sobre los mares
de ningún lugar
ella se mecía
sin ritmo

Desvergonzada pitonisa
hablas lenguas extrañas
para atraer a tus víctimas
y luego callas, callas
nadie comprenderá tu silencio.

Mirarme al espejo
y no verme
acariciar mi codo izquierdo
y sentirlo ajeno
quizá debería ponerle un nombre

Allá en la noche
cuando los ciervos agucen
sus miradas inquisidoras
despertarás agitada
sin saber de dónde has huído.
Entonces será tiempo
de preguntas
entonces será tiempo
de ausencias.

Wednesday, February 07, 2007

Ojos y luces

Sé que voy a llegar tarde. El subte está repleto y es verano. Debí salir antes y tomar un colectivo. Debí subir a otro vagón.

Apurarme, que no me agarre la puerta. No soy el Increíble Hulk.

El subte en su hedor habla de distancias y banalidades.
Quizá no llegue tan tarde.

Me deslizo en la espera inocua en las sillas de la sala dispuesta para tal fin. Luego será la pesada anestesia y los párpados simularán hinchazón a mi cerebro.

El porsiacaso es una paparruchada que nos quita mucho tiempo, y quizá haya llegado tarde sin darme cuenta.

Pensar en otra cosa, en vos quizá, un poco más atrás de la luz azul.

16, lo que se esperaba.

La luz azul se va y mis lágrimas serán irremediablemente amarillas.

Pienso en vos más allá de la luz blanca del día que se emperra en quedarse en la esquina.
Vuelvo al subte, ahora hay más gente aún.

No pienso en nada.

Tuesday, February 06, 2007

Pequeña utopía

En el mundo del tal vez nada es seguro.
Mejor aferrarse a lo breve, a lo chiquito.
¡Ojo! Cuidado con sobredimensionarlo. Es el teterno peligro de los buscadores de inmutables realidades.

La palabra urgente que no debe ser dicha se te escapará de los labios cuando estés dormido y el barroco esperanto nos abrazará de pronto.
Esa maldita tendencia al guión cinematográfico.

Mañana, si una pudiese confiar en su existencia, se intentará historizar lo ocurrido.
Comenzará la búsqueda arqueológica de los detalles pequeños (lo breve, lo chiquito).

Pasarán horas atando cabos en silencio y solos, reconstruyendo una historia que los llevó por delante sin pedirles permiso.
De tanto escarbar en es pasado cercano para ponerlo en vitrinas es probable, aunque gracias a Dios no inevitable, que el presente se escape, se convierta en el solvente para diluir y aumentar la superficie de ese pasado en construcción.

Escribir ahora que hay tiempo, si no lo hubiera tampoco se realizaría tan minucioso trabajo sobre el recuerdo.
Es que la palabra urgente no será dicha más qeu a oscuras, por tanto se habrá de esperar el momento propicio y, de no hallarse tal cosa, pues se continuará en ese silencio desvergonzado cubierto de ruidos superfluos.

El lazo, siempre el lazo.
Querer que todo sea para siempre.
Temer que todo sea para siempre.

Si lo breve es lo único, aceptarlo es resignarse un poco. Se hará de cuenta que...

Pero entonces, cuando en ese breve instante haya la sombra necesaria, la palabra urgente, la verdad esencial, surgirá como un estandarte, marcará un límite entre la realidad y la utopía.
Se sabrá entonces qeu se acepta lo que es por es; pero...

Abrir la ventana y volver a cerrar. Mirarse en el reflejo y saber esto breve sólo un recuerdo.

Caminar ¿Hacia dónde?
Quizá escapando un poco
de mí,
de lo breve,
también de la utopía.

Monday, February 05, 2007

Sonia exacta

Lo siguiente fue extraído de un diario de Sonia, más bien un cuaderno que encontré por ahí, de esos que ella no quiere que sean vistos.

"7:20 a.m

Odio escribir en este cuaderno.
Fue un sábado difícil. Amanecí con una jaqueca importante.

(Mejor no dejar un renglón entre frase y frase)

Tomé los analgésicos más fuertes que encontré y fueron "suficientes".
Vos estuviste ahí, desde siempre. Mañana no te voy a buscar, hoy sólo fue una triste debilidad. Es un atrevimiento de mi parte culparte de mi angustia.
Hoy pesan tantas cosas en el caos de mi día.
Quizá te escriba algo.
Nunca entendiste nada, que no te hablaba a vos, que me hablaba a mí, que te pedía que simplemente asistieras en silencio a una manifestación que no te correspondía.

7:30 a.m

No quiero dormir. Estoy borracha todavía. Y sigo odiando el renglón azul y finito que constriñe las palabras.
Irme, ¿dónde?.
Irme, ¿Dónde?
Donde el pasado no pueda encontrarme. Donde el futuro no intente sorprenderme. Donde el presente no presuponga más riesgos. ¿Dónde?

Pasado mañana, Dear Sonia, te subirás a ese colectivo que te llevará lejos tuyo, y sobre todo de Bruno.
No te buscaré Bruno, en las cornisas. No me arriesgaré a caer.
No te lloraré hoy en mi almohada.

Los ratones se siguen moviendo bajo los muebles. Y a pesar de que los sé muertos, los oigo moverse.
Subirán por mis cabellos y me despertarán cuando sueñe con vos.

Quizá sea mejor.
La mugre-mujer de atrás de mi cama soy yo misma.
Soy un cúmulo de pelusas.

7:43 am.

Quiero quedarme en la cama por siempre.

Irme a mi hundura sin placebos.

14:26 p.m.

Sigo girando hacia el sudeste.

Hegel Niezchte y Marx, ¿Llorarían con hipo?

La náusea debe estar escondida por ahí en alguna repisa, debería buscarla.

14:37 p.m.

Percibo el café que se acerca.

Friday, February 02, 2007

Versos Ruteros II

UNO

Persistirá el espacio infinito
aún a pesar de la voz
y lo que sobra se lleva
para otras veces.

Entonces,
cuando realmente no importe
dónde se encuentre uno
El imperativo de volver
es en un punto circular

Repetir lo dicho
en las noches húmedas
disimular la infancia
fotografiada

Si todo falla
sufrirás de nuevo
¿no se trata de eso?
No se trata de eso.

Arrojarse para no morir
y aún muriendo un poco
dejarse llevar
incluso a costa
de la entrega última
y desafortunada.

DOS

Tu presencia aún a la distancia
mi ausencia cuando no corresponde
cómo escribir de otro modo.

Se convertirá en papel
toda la ceniza
Las palabras se harán eco
sólo si son dichas.

TRES

El manejo del tiempo cuando se es niño es bastante sencillo. Ya, ahora, la urgencia.
¿Cuándo me convertí en sujeto de tiempos elásticos?
¿Cuándo el pasado y el futuro comenzaron a pesar mucho más que el presente?
Si la proporción es siempre la misma.
¿Cuándo cambió mi percepción? ¿Cuándo comencé a tener tanto miedo?
"mirar al pasado sin poder construir".

CUATRO

Mariposas en la panza
son sólo parásitos.
Un beso
es solo eso
si se quiere

pero casi nunca se quiere.

Entonces el beso
es una puerta abierta
al hígado, a los riñones.