Sobre los mares
de ningún lugar
ella se mecía
sin ritmo
Desvergonzada pitonisa
hablas lenguas extrañas
para atraer a tus víctimas
y luego callas, callas
nadie comprenderá tu silencio.
Mirarme al espejo
y no verme
acariciar mi codo izquierdo
y sentirlo ajeno
quizá debería ponerle un nombre
Allá en la noche
cuando los ciervos agucen
sus miradas inquisidoras
despertarás agitada
sin saber de dónde has huído.
Entonces será tiempo
de preguntas
entonces será tiempo
de ausencias.
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