Friday, April 27, 2007

bum

Cuando menos lo esperabas
aún cuando siempre esperás todo
se deslizó lentamente hacia la nada.
Desapareció de allí, sin dejar huella.
Se hundió en la penumbra irreconocible
del nunca más.

Cuando desprevenida pensaste
que quizá, quizá, quizá...
se te respondió rotundamente
.....................................................

Donde se desespera amiga, se encuentra una piedra. Te pesará en la vescícula, será mejor extirparla. Sufrirás horrores, llorarás olvidos, creerás que esta vez, como siempre. Para que recomience el ciclo, la regresión ad infinitum, la catástrofe predicha.

Big bang, big bang. Nada volverá al inicio y, aún sin que lo notes, no habrá ya un estallido, simplemente se dispersará tanto, tanto la materia, que alrededor de cada átomo podrá decirse, arbitrariamente y por convención, que sólo hay vacío.

Sunday, April 22, 2007

Preludio para la nada

Dejaré escapar el tiempo
sin suspiros.

Recuerdo encontrarme tranquila
recuerdo la efímera duración de la paz.

Decir que tus manos son un bálsamo
es tan predecible.
Digo entonces que tus manos son
ahora una nube de humo.

En el grito eterno
de la noche húmeda
tu cuerpo no recorrerá
ningún laberinto.
Ya no hay puertas que descifrar.
Hay canciones escondidas
y tan pocas ganas de cantarlas.

No cuestiones mis ojos,
están ahí para cegarse
cuando el tiempo se haya ido.
No cuestiones mis labios,
están ahí aguardando el mutismo
que despertará el invierno.

Volver a tu refugio
a tu instantaneidad súbita.
Volver a quedarme en vos
por quedarme en algún lado.

No te lastimaré con mi existencia
no quiero estar ahí cuando me llores.
No volveré a buscarte
No volveré a verte
No repetiré, aunque se escapen,
las palabras de la condena genética.

Rodeo la nada
como tantas veces
me acerco a su centro
sin pronunciarlo.
El vacío inasible
de la ausencia
me embriaga de temblores nocturnos.

No reconozco mis manos
sobre mi propio pecho.
No reconozco mis pechos
bajo estas ropas.
No reconozco tu rostro
entre tantos rostros.
Y te reconozco en todas partes
constantemente.

Los límites que se impondrán
en fechas y formas
para no desesperar
hasta que sea el momento.
Y cuando lo sea
pegar los párpados,
cerrar los brazos,
gotear, gotear,
devenir en río salado
devenir en polvo luego de ser roca
transformar en grises
mi escala cromática
y dejar escapar el tiempo
sin suspiros.

Thursday, April 19, 2007

Together

Fue un súbito arrebato de angustia. Pero ya se veía venir. Esa migraña, la pileta en tu cara, la asfixia, los brazos que no responden. Si la angustia no está ahí abajo, está ahí arriba, y es peor, porque caerá como esa nube transformada en granizo. Cascotazo en la cabeza y sangrado vertical.
Las drogas que adormecen, que siempre adormecen. No vamos a llorar esta vez. Esta vez aún queremos pensar que todo, todo esto, todo esto fue un error, uo o, todo esto fue un error.
Entonces se hablará de cajas negras. Entre lo que entra y lo que sale un proceso que se desconoce, el misterio de la comunicación. Y allí, dentro de esa maldita caja negra se esconden esas ratas llenas de piojos que se encargan de tomar la información que entra y desvirtuarla. Así un clásico "Hola", puede cualquier día de estos salir convertido en un "¿Por qué no te vas a la reputísima madre que te re mil parió?" O algo similar.
Yo no te entendí. Son tantas cosas las que no entiendo.
Cuando Sonia y Johnny se encontraron ambos supieron de inmediato que lo único que debían hacer era contar lo que había sucedido.
Johnny temeroso decidió callarse, esperar la palabra de Sonia. Y Sonia insegura, bajó la mirada y siguió escribiendo.
Johnny golpeó la mesa despacito, como para hacer algo.
Sonia sonrió, y habló de naves espaciales.
Johnny decidió tomarse rapidito el café, sin decir nada.
Sonia esperó que su café se enfriara para ponerle azúcar y bebérselo de un trago.
Johnny quería desesperadamente volver a su casa.
Sonia deseaba quedarse ahí para siempre.
Sonia tenía un sombrero hermoso, violeta.
Johnny nunca supo usar sombreros, suponía que cada uno manifestaba algo, un estado de ánimo, una adhesión política, algo, y él, que estaba tan confundido por la vida, no quería aún tomar partido.
Sonia releyó en voz baja, casi inaudible, pero audible al fin, un poema viejo (suyo, claro está). Johnny no logró escucharla pero la felicitó al final.
Johnny contó una historia inentendible de gnomos que vendían zapatos bajo el obelisco.
A Sonia le pareció digno de un cuento.
Johnny calló.
Sonia calló.
Cada uno de ellos percibió la soledad del otro, pero desde sus propias miserias no supieron acompañarse.
Sonia volvió a su casa, a tomar ese analgésico.
Johnny volvió a la suya, al zapping cotidiano.
No sonaría el teléfono, nadie quiere decir nada.
Sonia piensa en Bruno, mientras sangra sus lágrimitas de vidrio pírex.
Johnny piensa qué hermoso sería desaparecer.

Sunday, April 15, 2007

Pasillo infinitivo

Descifrar el misterio de tus párpados lánguidos que cubren el pasillo a la eternidad.
Incomodar al tedio a base de preguntas sin respuesta.
Derrotar la tarde en esperas fortuitas, en nostalgias vacías.
Dibujarte a mi lado, desearte en silencio.
Arrancar el otoño de la suela de mis zapatos.
Sufrir tantas pérdidas sin recordar ninguna.
Devolver el hastío en el mostrador correspondiente.
Devenir en súplica cuando te hayas ido.
Alternar mis pies en el suelo en la inmovilidad absoluta.
Aplaudir a la noche, augurando madrugadas.
Esperar, esperar, la nada, el sol, el asco, gramos de presencia.
Agitar las cortinas dejando pasar el frío.
Cerrar alguna puerta con candado.
Dar por finalizado lo que termina.

Monday, April 09, 2007

Año electoral

Me empecino en buscarte detrás de cada cartel pegado en la calle. Me lastimé la piel debajo de la uña arrancando afiches de Tellerman. Y no estabas.
Intenté dejarte un mensaje escrito en su enorme frente. Y te esperé escondida bajo una baldosa floja.
Comenzó a llover, y medio inundada, consideré la posibilidad de volverme a casa sola.
Mañana te buscaré tras los carteles de Filmus. Allí no podré dejarte mensajes, su cabello abundante es mudo.
El sábado por último revisaré las promociones de cable módem. Para ese entonces me habré aburrido de buscarte, me habré enfermado de lluvia, habré llorado el dolor de la piel arrancada con cartel y todo. Entonces, sólo entonces, tiraré los carteles y renunciaré a vos derrotada.

Thursday, April 05, 2007

Vigilia

Mis dedos insólitos
escriben palabras
la asfixia de la noche
ha vuelto inesperada.
Describiría un círculo
en el aire
si pudiera volar
Dibujaría un círculo
en la arena
si huyera de mi playa.

Las palabras caen
se deslizan
como estas torpes lágrimas
Ave de rapiña
quieres mis restos
muerta me tendrás
tan pronto como el silencio
ocupe todo mi ser

Amo la esperanza de tu existencia
Amo creer que quizá, quizá

Dormiré desnuda
para enfriar mi fiebre
de ausencias
Las calamidades se anuncian
en las madrugadas insomnes.
Permanecer en vigilia
-----------------y a oscuras.

Maldita la hora de la humanidad,
el pensamiento
Meditar, meditar
El hombre en su nido.
El nido sin hombre.
La mujer yace muerta
al pie del árbol.

Temo la ilusión de tu existencia.
Temo creer que quizá, quizá.

Vísperas

El día de las vísperas, el día inmediato anterior a esa fecha determinada, haré una lista. Planearé realizar una infinidad de cosas. Luego no haré ninguna de ellas. Iré tachando a medida que pase el tiempo aquellas que van quedando caducas. Una por una las tacharé. Hacia la mitad del papel escrito me daré cuenta y la jaqueca se transformará en angustia palpable. Luego será una lágrima ágil que se escabulle sin ruido, y otra, y muchas, y será llanto.
Nada haré de esa lista. Deambularé sonámbula chocándome con los bordes de un día que no se acaba, que no se va nunca, y quiero que se vaya, que el tiempo se diluya como mi angustia y chorree a través de mis ojos.

Esa espera insólita, tantas esperas cubiertas por el drama actual, la metáfora infinita nunca redundante, el disfraz de hoy que tiene este miedo.
Te esperaré junto a la puerta sin animarme a salir sola.
Te esperaré sentada en el suelo, no puedo levantarme.
Te esperaré creyendo esperarte cuando en realidad, lo sé cuando rompo la lista, la espera y la inmovilidad son tan similares en el cuerpo. No puedo moverme, digo que espero. No puedo salir, digo que espero. Y si tan solo esta vez, detrás de la lista pudiera ver tu nombre, si pudiera no tacharlo como todo lo que se escapa y ya no alcanzo desde esta baldosa cruel. Y si tan solo esta vez vinieras y me despegaras del suelo, y me llevaras a la fuerza a cualquier lado. Yo entonces enjugaría mi llanto, lo envolvería en papel tissue para llevarlo de recuerdo, para llevarlo.

Saturday, March 31, 2007

April

Era abril cuando se me perdió él. De la mañana a la noche desapareció. Fue un llamado telefónico inentendible y una gran necesidad de escaparme. No sé bien todavía si se fue él o me fui yo.
Era abril también, otro abril, cuando después de su vuelta, volvió a irse. Entonces no lo perdí a él, sino la cordura, que se la llevó en la valija porque le andaba haciendo falta.

Luego vinieron en ambas ocasiones las lluvias de mayo y los correspondientes fríos de junio. Más tarde la angustia de julio y la muerte de agosto.

Que a vos no te pierda en abril. Que este abril no comience el otoño. Que los árboles se desnuden por exhibicionismo nomás, y las hojas amarillas no llamen mi tristeza.
Que este abril no me pierda. Que no me vaya en rutinas. Que se espere hasta fines de mayo para prender la estufa.

Que deje de llover de una vez por todas. Que algún agosto pueda vivir. Que este agosto pueda vivir. Que se sequen las calles sin baldosas flojas. Que el otoño no me cubra de swéteres. Que la cama no sea el lugar para llorar.

Recuerdo colectivos de vidrios empañados en julio. Recuerdo lecturas ambiguas en viajes interminables. Ese año tenía tantas ganas de morirme. Ya ni siquiera recuerdo qué había perdido en abril.
Cada invierno cuando lloro culpo al clima, ¡Qué injusta!. Que este otoño no se me caigan de los bolsillos los pasajes a la primavera.

Quedáte conmigo este otoño y también el invierno. Hagamos sopas instantánea con la misma pava del mate. Tomemos vino cerca de la estufa. Lloremos juntos, para no llorar solos.
Quedáte conmigo mientras llueva, mientras dure el alerta meteorológico. No salgas a la calle a mojarte las pantorrillas, no pisemos los charcos, ni siquiera lo intentemos. Hundámosnos en las frazadas esperando que pase, que pase, que el monstruo del frío se derrita de a poco. Abracémonos, susurráme al oído que te vas a quedar.
Que no te pierda este abril, para vivirte en mayo. Que no te pierda tampoco en mayo, para disfrutarte en julio. Y que en julio te conserve, para sobrevivir a agosto. Cuando llegue septiembre, podés dejarme.

Thursday, March 29, 2007

Era de Acuario

La lluvia no cesa. Finita y molesta. Aún hace calor y la ropa se pega de tanto día que pareciera no terminarse sin haber comenzado.
El colectivo llega siempre a la misma hora y la mujer del guardapolvo aguarda todas las mañanas los mismos 8 religiosos minutos en los que desea haber salido antes o después, para no esperar.

"¿Hace mucho que no viene?" pregunta alguien desde una nube de alcohol postergado.
"No sé, recién llego"
"¿De qué signo sos?". Mirada fulminante, qué pretende este hombre, seguro que está borracho.
"Disculpáme, no quiero molestarte, pero de qué signo sos? Yo soy de acuario". Seguro que está loco.
"Yo también"
"Noooooooooooooo, mirá, sabés que James Dean también era de Acuario". Está loco sin lugar a dudas. ¿Puede ser posible? Y con todo el día que me queda por delante. ¿Quién es James Dean a esta hora?
"¿Sabés quién es James Dean?" "Sí".
"También Spinetta es de acuario y Mozart, un loco que era un capo para la música." Dios, todos los trasnochados alcohólicos están alrededor mío, este hombre debe tener como cuarenta y pico, qué hace que no está sobrio trabajando en un empleo de oficina como corresponde.
"Tranquila, que no te voy a hacer nada". Chau, me viola.
"En serio, tranquila". Bueno, listo, me viola y me mata.
"¿Mirás Gran Hermano?" ¿Por qué, por qué me pregunta esto?. Sí, miro gran hermano, dios, por qué miro gran hermano, por qué me tomo este colectivo, por qué me molesta. "Sí."
"A mí Diego me encanta, y es de Acuario" Claro, el preso, seguro que por más traje que tenga es un delincuente este. Bien, pensemos, el policía está en el kiosco de la otra cuadra, si grito ¿me escuchará?.
"La profe que también me gustaba era de Acuario." ¿Y si me paro en medio de la avenida a esperar el colectivo dejará de hablarme? "No te voy a hacer nada ¿Eh?" Mejor no me muevo, mirá si se vuelve loco y hace que nos atropelle un auto.
"Marianela también es de Acuario, pero ya me hartó. Hay mucha gente de acuario, es un buen signo. Me voy a sacar los anteojos (negros) para que no pienses que soy un mafioso". Bien, en la mochila tengo una tijera, bastante grande, me la dieron en el colegio, si la saco por las dudas.... Hay que tener cuidado con la defensa personal, un asesinato de esa índole también abre prontuario y yo soy docente.
"Tenés cara linda, pero sos un poco gorda" ¿Qué? "Sin ánimo de ofender te lo digo" Ah bueno, ya está, encima un hijo de puta. "No me tengas miedo". No, no señor, si ahora lo de la tijera parece una linda idea. Y el puto colectivo que llega cuando quiere. "Vamos para el mismo lado, hay algo en eso". Bueno, listo, me viola y me mata al bajar del colectivo. A ver, si soy un poco gorda creo que puedo cagarlo a trompadas sin necesidad de tijera.

El colectivo se anuncia una cuadra a lo lejos. Ella ilusa extiende el brazo como si pudiera verse a tremenda distancia. Él no sube con ella. Y ella nunca sacó su tijera.

Saturday, March 24, 2007

Ironía Ying-Yang

Cuando es noche, y la oscuridad nos abraza, la luz de las profundidades infinitas atraviesa el suelo para iluminar esos breves resquicios de los que se cuelgan los ojos (con las pupilas anchas) y la luna menguada de frío.

Cuando el día sobreviene, la luz cae como lluvia sobre nuestros hombros, y entre nuestros pies y la nada crece la sombra.

Quizá lo único real y completo sean las nubes, esas tímidas mantas grisáceas que se ciernen sobre una sin permiso, esa asfixia primaria, esa sopa en la cara. Es casi como el mar, es casi como el mar.
En el fondo del océano no hay sombras.

Sunday, March 18, 2007

Si

Si fuera posible nombrar la angustia con un nombre cotidiano, como libro, café, colectivo. Si fuera lícito cosificarla y convertirla en algo que pudiera asirse y arrojarse lejos. Si pudiera deshacerse el nudo en la garganta como un pañuelo. Si las manos dejasen de temblar y pudieran acarciar con firmeza. Si este limbo de tiempo subjuntivo no fuese tal, tal vez entonces la posibilidad aún condicionada volvería a instaurarse como un mañana.

Quiet walls

Cuando el muro de silencio se erigió súbitamente entre nosotros no hubo realmente nada más que decir.
Verte a través del muro era una tentación a la nostalgia, a la estúpida esperanza.
¿Qué podríamos hacer nosotros frente a ese muro de amianto que todo lo doblega, incluso nuestros espíritus verborrágicos?
Descansarás en la mesa un rato, yo deambularé sonámbula entre las ollas sin lavar.
Cuando amanezca otras fuerzas derribarán el muro, para que cada uno de nosotros se lleve un bloque de recuerdo. ¡Qué hermoso ha de quedar en mi mesa de luz, en el mismísimo lugar donde hasta hoy duerme tu fotografía!

Wednesday, March 14, 2007

Bats

Ella se detuvo frente a la puerta. Era una puerta distinta, igualmente oscura, igualmente cubierta de polvo y años.
En mala hora decidió tomar coraje y abrirla. El chirrido de las maderas húmedas despertó a los murciélagos que comenzaron a rodearla.
Los murciélagos danzan y ella los mira casi sin comprender por qué abrió la puerta. Su mano sigue en el picaporte como la última certeza antes del viaje.
Los murciélagos se irán antes que ella y ella, aún sin irse, creerá haber partido.
Los murciélagos la olvidarán tan pronto y ella seguirá allí, con la mano en el picaporte, con la puerta entreabierta, con el aleteo en las orejas, con el polvo de años y puertas en su falda gris, sola.

Tuesday, March 06, 2007

Fundación lítica del recuerdo III

Voy a precisar:

1) Una foto tuya, preferentemente sin nadie más y con mucho paisaje.
2) Una carta, de puño y letra. También puede aceptarse un mail pero como segunda opción.
3) Una flor que me hayas regalado, para guardar un pétalo marchito.
4) Un poema escrito por mí, dirigido a vos.
5) Un rastro de algún lugar o situación compartido como puede ser una servilleta de un bar o una entrada de cine.

Pasos a seguir:

- Una vez recolectados todos los elementos se decidirá si se guardan todos juntos o se esconden en distintos rincones.
De haber optado por lo primero el paso siguiente será envolver la caja, cerrar el cofre o esconder el recipiente.
De haber elegido la segunda opción deberá llevarse un registro claro de los escondites determinados para cada objeto, no sea cosa que a la hora del olvido la tarea se complique.

- Pasado un tiempo prudencial de presente contínuo búsquese el cofre, ábrase la caja, recórrase cada rincón recolectando los elementos escondidos.
Se pasearán los elementos por las manos, se leerá la carta, se investigará la foto. Es preciso un recuerdo nítido del momento en el que dicho elemento fue producido.

- Una vez recordado con claridad el momento, el elemento y toda imagen aledaña posible se emprenderá el proceso del olvido. El mismo consiste en...olvidar. Es difícil de explicar esto, pero cuanto más explícito se haga el recuerdo más fácil será el olvido. Quizá consista solo en quemar esa carta, en romper esa foto, en tirar esa flor. O guardar el cofre con todo adentro, sabiéndolo ahora sí, parte irremediable del pasado.

Wednesday, February 28, 2007

Fundación lítica del recuerdo II

Tienes las manos suaves
Tienes los ojos dulces
Tienes el abrazo listo
Tienes todo lo que no tengo.

Amanece en mi cama
la soledad añejada
devendré en lagarto
el día de la angustia

Mi piel se llenó de suspicacias
los suburbios se colmaron de temores
y vos tan lejos

Entre lo sórdido y la luz
existe un puente
lo cruzo constantemente
no sé bien hacia dónde

Tienes olor a jabón en el pelo
Tienes cara de solemnidad infantil
Tienes espacio para el juego
Tienes el abrazo seguro
Tienes todo lo que me falta

Dulce de batata para partir
añoraré este rato
cuando te olvide
y despertará el vacío
sin consultarme
maldita la hora
que decidí envolverte.

Aquélla vez dijiste...
y yo respondí...
debiera haber dicho...
ya es tan tarde.

A lo mejor si fuéramos dos lombrices
y nuestra vida consistiera en comer tierra (o mierda)

Hoy la humedad
los aforismos
Cacho Castaña no se olvida de protestar
cuando alguien llora sin pedir café.

Tenías esos ojos, y esas manos.
Tenías ese abrazo seguro y listo.
Tenías ganas de estar conmigo.
Tenías todo lo que no tengo.

Fundación lítica del recuerdo

Se sabe desde el amanecer, desde que el primer esbozo de conciencia atenta contra las sábanas, no hay que levantarse. Y es más fuerte el deseo de no levantarse que ese otro de seguir durmiendo. Entonces es cierto, se respirarán bocanadas de suspiros llenos de smog, se intentará contener humedad de tantos lados y no se podrá evitar la tentación de recolectar cada pequeña roca inmunda y pretender el puzzle.
Primero será el tacto, cuando aún no se hayan podado las lagañas, la sensación vívida del sueño en la piel. Y no será necesario escarbar en la narrativa para quedarse con el frío en la piel, con esa ausencia, que te llevará irremediablemente a ese pasado que hoy con smog vas reconstruyendo artísticamente. Esa mano allí, ese beso, esa caricia primera y última. No, no recordaré el dolor de cuello, porque prefiero recordar la danza armónica.

Vendrán luego los otros sentidos, el olfato, el oído, el gusto, la vista. Limarás las asperezas de las rocas hasta convertirlas en los instrumentos necesarios para tu obra.
Cada segundo que pase las rocas cobrarán más el color de tus uñas y perderán el suyo. Apropiándote de las rocas crees que manejas la angustia. Mentira.

Decir, actuar, hacer de cuenta. Y así, como sin querer, el poema se te escapa entre los dientes.

Friday, February 23, 2007

Las turbulencias de Marilyn

A veces a Marilyn (o la Mari para los amigos) le cuesta atravesar las turbulencias. Y uno creería que se habla de turbulencias metafísicas, esos períodos casi cotidianos en que todo pareciera derrumbarse, pero no, aunque sí un poco. No, definitivamente no, las turbulencias por las que atraviesa Marilyn son turbulencias reales.
Cuando suceden, cuando logra preverlas, Marilyn se abrocha el cinturón de seguridad en su cama.
Son terribles las turbulencias, a veces cree que de veras se caerá y se dará la frente contra el suelo.
Dormir, dormitar, permanecer en la insomne vigilia de quien tiene miedo.
Al principio, cuando ocurrieron por primera vez, alguien la tanquilizó, le dijo con calma "ya pasa, ya pasa" hasta que finalmente pasó y ella pudo levantarse de su improvisado asiento y seguir con su vida. Pero entonces la vida era otra cosa y las turbulencias la correspondían. Entonces la vida era jugar, pelearse, querer determinada muñeca (o por qué no autito), hacer lo que dice mamá (rara vez papá), o no hacerlo. Y en concordancia las turbulencias tenían ese hipo atolondrado de quien aprende a llorar, ese mecerce casi lúdico de una hamaca, y el "ya va a pasar" con la misma melodía del Martín Pescador.
Y sí, pasará pasará pero el último quedará, que más bien quiere decir que cuando ella sea última quedará atrapada para siempre. Por eso hay que correr y correr, y sólo detenerse de vez en cuando para sufrir (o disfrutar por qué no) las turbulencias.

A medida que fue pasando la vida, también como en Martín Pescador, y no muy lejos de la hamaca las turbulencias fueron complicándose. Eran más fuertes, ya no era un juego. Y la fuerza de esa voz que decía ese slogan pacificador se fue adormeciendo entre las sábanas.
Marilyn llegó a pensar, en una de sus peores turbulencias que quizá sería esta "la última". Pero a ella extrañamente no le preocupaba la muerte, menos en esos momentos, sino la permanencia, la eternidad en el estado calamitoso de la duda, de la intemperie a pesar de las frazadas. La extensión ilimitada de ese parasiempre quejumbroso sin horizontes. El temblor irremediable y la obligación de seguir con él a cuestas.

Aprendió cómo distinguirlas de temblores pasajeros, de escalosfríos y calambres. Descubrió el modo de dormir a través de ellas, bien aferrada al colchón. Y soñó los sueños más coherentes, que no necesariamente son los mejores porque cómo decir si un sueño es mejor que otro. Porque los sueños son y punto y eso es lo que más disfrutaba de atravesar las turbulencias dormida. Eso que era a pesar suyo, a través suyo, que no pretendía nada de ella para suceder. Las turbulencias esperaban una conducta a la que ella respondió consecuentemente con una perfecta inconducta, con una pasividad solemne, casi estoica.

Entonces si bien cierto que a Marilyn le cuesta atravesar las turbulencias, visto desde afuera, cuando los amigos nos juntamos a verla sufrir amarrada a su catre, solemos pensar que no es tan terrible, que es un ratito temblando y "ya va a pasar", aunque esto no lo decimos, para no incomodarla.

Saturday, February 17, 2007

Medianera pasado

Trepo la noche,
el pasado es un pasillo.
detrás de ninguna puerta
se encuentra el futuro

Pasaré la yema de mi dedo índice
por el filo del cuchillo
sólo me llenaré de óxido.

Hablar, hablar
sería mejor guardar silencio
para que la próxima vez
alcance para todos.

En tu memoria alzaré mi copa;
beberé un trago
y lo escupiré en el mantel nuevo.

Acá adelante en mi frente
todo está escrito muy claro,
allá atrás en mi nuca
guardo la verdad.

Dormiré cubierta con mi desnudez
crecerán en mi rostro surcos de tiempo,
--------------------------------------------y aún así,
seguirás siendo.

Thursday, February 15, 2007

Del cerro I

Buscar todas las expresiones posibles. Explotar la experiencia, drenarla por completo, antes de la lluvia.
Frenar por un instante la cinta de montaje y quedarme horas y días mirando cada ángulo de esa caja, los cóncavos y los convexos.

Detrás de lo secrito está esa sabrosa ansiedad que provoca la certeza del final. Y cuando salgan del cerro estas palabras ya no serán mías.

Por eso hoy hay que permanecer lo más que se pueda aprehendiendo la caja, antes de envolverla y despacharla. Antes de que lo vívido/vivido se transforme en recuerdo.
Me niego aún a soltar eso, que fue presente (no leeré esto para omitir la contradicción)

Los lazos, las cintas, el hilo que ata este paquete es de mi propia creación. Por eso la angustia despertará al envolverlo en papel madera. Cuando comience a admitir, porque ya lo presiento, que todo en esta caja de cartón son sólo fotos y cenizas. Sobre todo cenizas.

Llevaré la muerte, lo muerto, abrazado a mi peche. Lloraré de a ratos al borde de la ruta. Y aunque no quiera entender porqué, la caja pesará lo mismo aún con más cenizas.

Arrojar las cenizas al río. Eso debiera hacer. Pero me quedo cantando, queriendo ser roca.
El agua en mi cuerpo, alrededor, en todos lados.
La caja ahí y la cinta de montaje detenida.
Auisiera llevarte conmigo y que no pesaras. No sé más que llorar para seguir con vida. Será por el agua quizá, quiá haya sido roca.

Cuando llueva no sabré qué hacer. Correr con la caja o dejarla ahí, mojándose.

La angustia es un sillón cómodo lleno de espinas.

Si luego digo que pensé en vos antes de la lluvia será mentira, pensé en mí. Y en ese juego de amplitud-estrechez todo vos no define otra persona más que un yo, lo implica.

Cuando la besó, ella lo esperaba, pero cuando la tomó de la mano fue toda una sorpresa.
Ella hubiera querido quedarse presionada contra su cuerpo y no pensar, no pensar. A pesar de la asfixia se piensa, se razona, se explica, se evita. Maldita desgracia del sapiens sapiens sapiens sapiens.
Tenía esa tarde los ojos hinchados de llanto y si bien conocía aquello de la metáfora autorreferencial, quién dice que esto fuera una metáfora.
La luz a veces pega por detrás de los ojos y hace todo más difícil.

Cuando se borren los renglones la catarata de palabras apuradas no cesarán su caída. No tener equilibrio no es problema si se vive en el llano. Y mis ríos calmos de llanura están repletos de remolinos bajo la superficie pero a Marcos no se los mostraré, hay que quedarse y vivirlos.

Yo te dije que te fueran para no lastimarte-me y ahora que me arrepiento con soltura debería haber callado y aceptado tu mano.

Del cerro II

Con el cuerpo lleno de río. Allí ha quedado mi canto.
Debí terminar este poema hace años.
Tal vez en el desmayo se hizo algo, tal vez hayan pasado tantas cosas en el brevísimo período de inconciencia.

"No pertenecés a ningún lado" te dijo el payaso. Cierto es.

Es imposible dejar que las cosas sucedan simplemente una tras de otra con el sigiloso silencio de quien
------las-
----------ve-
---------------ca-
--------------------er.

Me dormiré aquí en la sombra y aún mojada no soñaré. La conciencia seguirá despierta aún sin mí.
Debería retorcerme como un toallón para vaciar de mi cuerpo las últimas gotas tuyas.
Y comenzar de nuevo. Desde el fondo.
No caminar, abandonarme al río sin miedo.
Él me rodeará como lo hiciste vos aquella noche y no habrá forma de evitar la polvareda de la destrucción.
Será sólo eso al principio y al final, pero mientras tanto...

Las rocas, las enormes rocas sobre tus muñecas.
Mientras tanto habrá conversaciones urbanas enmarcadas en los stándares de la ocasión.
Vestirás de gala para el final. Y aunque el río crecido llegue incluso a borrar las palabras escritas, te hallarás satisfecha, por primera vez.
Esa ansiedad que te carcome los órganos, que no te deja respirar, que te acorrala sonámbula o te sorprende insomne, será víctima de la corriente, se ahogará con tu angustia.
Y lo que te diga el río, cállalo, llevalo contigo hasta la vuelta, hasta el final.