Que pueda,
Gloriosa muerte,
hundirme en tus brazos
sin más postergaciones
¡Oh dulce esperanza!
Que nadie encuentre mi cuerpo
que nadie me nombre
que tu abrazo provoque
la súbita inexistencia
que subsume todo tiempo pasado y fut.....
Y no despertar
entregar la última palabra
en un papel blaco, blanco
que logre sumergirme
en esa otra nada.
Tan distinta a esta nada
de lágrimas
que nacen sepradas
y luego de enfriarse
se unen tas mi cuello
horrible horca.
La impostergable demencia, escondida bajo la mugre, bajo esos mile de cabellos ovillados en la alfombra.
No alcanzarán paredes
para calmar mi hastío
esta epidemia de mí misma.
Deshacerme
efervecente
y ser tragada.
Mil perfumes confundidos
una piel escamosa
quesevacayendo,quesevacayendo.
Luciré mis huesos
al calor de un sol
lejano
queseapaga,queseapaga.
..........................................................................................NO HAY MÁS QUE AQUÍ
la máscara estará colgada de la puerta siempre impecable, siempre lista.
la debilidad es sonrisa para no encender la alarma. Nadie debe molestarse cuando me vaya.
La ira es siempre movimiento.
...............................El movimiento es vida.
...Ira, no te dejaré entrar.
...................................................FIBRAS_HOJAS_AMARILLASENOTOÑO
....................................................ESA NIÑA QUE TE PARTE EL ALMA.
Tus labios,
si supieran los míos nombrar el MIEDO (M-I-E-D-O)
tal vez tus labios no son más que otra ilusión.
Dejarse caer
...........como quien se deja caer
..................................................C
.....................................................A
..........................................................E
..............................................................R
Wednesday, May 30, 2007
Saturday, May 19, 2007
Moho
El nudo, el nudo
ganas de no estar.
pasarán las gotas
de ese tiempo mohoso
y persistirá aún
la sensación de hartazgo
detrás de la nuca.
El temblor que previene
la caída de las horas
abriga los miembros
de los deshauciados.
Y ahora que tiemblas
como nunca antes,
aparentas los bordes
parcialmente definidos,
los contornos borrados
de tu inseguridad.
Esos ojos malditos
Los tuyos
que me vieron.
La palabra que no debió ser dicha, fue puesta en el papel sin contornos anteriormente mencionados. Desgraciadamente se sonrió, se creyó, se quiso creer. Desgraciadamente fue dicha la palabra, pero la dicha, la dicha, no se hizo presente. Jugar con las palabras, que se dicen y no, es tan sencillo. Cuando las palabras juegan con uno comienza la muerte.
La mano decrépita
sobre tu hombro izquierdo.
La muerte que te acaricia
que te atrae
que te llama.
Las manchas oscuras
los dedos en huesos.
El frío, el frío
bajando por tu espalda.
El muro cubierto
de extrañas inscripciones.
La sangre derramada
sin nombre, sin rostro.
El estómago atento
a las circunstancias.
No habrá ocasión
digna de llanto.
Esa boca, esa maldita boca.
que dice palabras, que dice silencios, que besa, que no besa, que come y escupe, que se cierra y se abre, que calla demasiado, que habla tonterías, que grita, que muerde, que existe.
No se sabrá nunca
si valió la pena.
Se sospechará que no
o que sí, que es lo mismo.
No se sabrá nunca
si pudo hacerse algo
si había opciones.... opciones...opciones....opciones.
Elegir el sueño
por sobre la vigilia
donde soy y no soy
donde me desplazo
como flotando
cerca del suelo
donde te veo y me ves
donde te toco y me quedo
donde te abrazo y si lloro
lloro y despierto.
Elegir el sueño
sin elegirte.
La costumbre, la maldita costumbre.
Y el deseo desesperante
que clama que esta angustia perenne
no sea cierta.
No hay ya preguntas, solo un vacío amargo y la terrible certeza del desvanecimiento paulatino. Mañana un poco, y otro poco después. Limpiarme, limpiarme. Hacia allí, donde siempre. Volver al abrigo, correr y zambullirme, flotar sin moverme, cubierta, cubierta. Maldita certeza, que de tan cierta, la cuestiono, dudo de ella, y al dudar, vuelvo a creer que quizá no sea cierta, vuelvo a equivocarme, y por supuesto, a sufrir.
ganas de no estar.
pasarán las gotas
de ese tiempo mohoso
y persistirá aún
la sensación de hartazgo
detrás de la nuca.
El temblor que previene
la caída de las horas
abriga los miembros
de los deshauciados.
Y ahora que tiemblas
como nunca antes,
aparentas los bordes
parcialmente definidos,
los contornos borrados
de tu inseguridad.
Esos ojos malditos
Los tuyos
que me vieron.
La palabra que no debió ser dicha, fue puesta en el papel sin contornos anteriormente mencionados. Desgraciadamente se sonrió, se creyó, se quiso creer. Desgraciadamente fue dicha la palabra, pero la dicha, la dicha, no se hizo presente. Jugar con las palabras, que se dicen y no, es tan sencillo. Cuando las palabras juegan con uno comienza la muerte.
La mano decrépita
sobre tu hombro izquierdo.
La muerte que te acaricia
que te atrae
que te llama.
Las manchas oscuras
los dedos en huesos.
El frío, el frío
bajando por tu espalda.
El muro cubierto
de extrañas inscripciones.
La sangre derramada
sin nombre, sin rostro.
El estómago atento
a las circunstancias.
No habrá ocasión
digna de llanto.
Esa boca, esa maldita boca.
que dice palabras, que dice silencios, que besa, que no besa, que come y escupe, que se cierra y se abre, que calla demasiado, que habla tonterías, que grita, que muerde, que existe.
No se sabrá nunca
si valió la pena.
Se sospechará que no
o que sí, que es lo mismo.
No se sabrá nunca
si pudo hacerse algo
si había opciones.... opciones...opciones....opciones.
Elegir el sueño
por sobre la vigilia
donde soy y no soy
donde me desplazo
como flotando
cerca del suelo
donde te veo y me ves
donde te toco y me quedo
donde te abrazo y si lloro
lloro y despierto.
Elegir el sueño
sin elegirte.
La costumbre, la maldita costumbre.
Y el deseo desesperante
que clama que esta angustia perenne
no sea cierta.
No hay ya preguntas, solo un vacío amargo y la terrible certeza del desvanecimiento paulatino. Mañana un poco, y otro poco después. Limpiarme, limpiarme. Hacia allí, donde siempre. Volver al abrigo, correr y zambullirme, flotar sin moverme, cubierta, cubierta. Maldita certeza, que de tan cierta, la cuestiono, dudo de ella, y al dudar, vuelvo a creer que quizá no sea cierta, vuelvo a equivocarme, y por supuesto, a sufrir.
Friday, May 11, 2007
Little Johnny is growing up. Poor Johnny
Johnny se repetía una y otra vez que no era a él que le hablaban. Pero no llegaba a comprenderlo del todo.
Ahí iba de nuevo, ante el "alguien puede traerme...." siempre Johnny.
No, no es a vos chiquito que te están hablando. Quedáte quieto, asumí el silencio, no levantes la mano para opinar de lo que no te importa sólo para no incomodar al sujeto del micrófono o de la batuta.
Ay Dios, querido Johnny, la vida podría resultarte tanto más simple si la dejaras pasar. No hay que aplaudir los espectáculos que te repugnan, no hay que quedarse sentado hasta el final por respeto, a veces, y esto te lo digo palmeándote el hombro porque sé que te va a doler, la mayoría de las veces, no importa lo que hagas, o que existas.
Sí, entiendo tu súbito palidecimiento, también comprendo tu silencio en los ojos. Ahora no me estás escuchando y deambulás por esos oscuros pasillos adentro tuyo cuestionándote esta necesidad de ser necesitado que te lleva a sentirte responsable de satisfacer cualquier necesidad que surja. Te espero hasta que vuelvas.
(Tarareo mientras tanto un tanguito para hacer tiempo)
Ahora que volviste te sigo diciendo, no todo tiene que ver con vos. Ahora quiero decirte otra cosa. No creas en eso de lo cósmico, del mensaje constante. A veces la vida pasa sin querer decir nada, a veces está bien seguir camino sin aprender. Con esa terrible manía que tenés de personalizar todas las situaciones, de hacerte cargo, ahí estás, bajo un peso inentendible, cuando sería más simple dejarte caer, escuchar la música que pone la vecina de arriba y no pensar.
Johnny, tu tiempo, y en esto aún no me animo a generalizar, es cíclico. Mayo, mayo, mayo, no se notan las diferencias de cosechas. Podrías ser cuidadoso y revisar tus anotaciones y darte cuenta de que sobredimensionás tanto cada situación, con el afán de renarrarlas, que .... no sé cómo decírtelo así que te lo digo así, te jodés la vida.
Jonny, Johnny, nadie te mira la mayor parte del tiempo, nadie mira a nadie en general. Y está bien, porque cada uno se mira a sí mismo, de algún modo insólito. Será el postmodernismo, será el fucking capitalismo, será culpa de Bush, como todo, pero es así, sin importar la causa.
No intentes interpretar tus propias palabras siquiera, no serías objetivo. Dejalo ser, pero en serio. Dejalo ser. Eso, que no es nada, va a suceder con o sin vos. La nada sucede, ocurre sin mediación, y la nada es el único absoluto, la única certeza. Dejate caer en la masa informe, en la incompletitud. Permití que suceda y no creas, sobre todo no creas, que debés hacer algo. Quedate sentado que nadie va a darse cuenta de que te dormiste un rato. Y al final decidí si querés aplaudir, para pasar desapercibido, o para que te noten como público atento.
Ahí iba de nuevo, ante el "alguien puede traerme...." siempre Johnny.
No, no es a vos chiquito que te están hablando. Quedáte quieto, asumí el silencio, no levantes la mano para opinar de lo que no te importa sólo para no incomodar al sujeto del micrófono o de la batuta.
Ay Dios, querido Johnny, la vida podría resultarte tanto más simple si la dejaras pasar. No hay que aplaudir los espectáculos que te repugnan, no hay que quedarse sentado hasta el final por respeto, a veces, y esto te lo digo palmeándote el hombro porque sé que te va a doler, la mayoría de las veces, no importa lo que hagas, o que existas.
Sí, entiendo tu súbito palidecimiento, también comprendo tu silencio en los ojos. Ahora no me estás escuchando y deambulás por esos oscuros pasillos adentro tuyo cuestionándote esta necesidad de ser necesitado que te lleva a sentirte responsable de satisfacer cualquier necesidad que surja. Te espero hasta que vuelvas.
(Tarareo mientras tanto un tanguito para hacer tiempo)
Ahora que volviste te sigo diciendo, no todo tiene que ver con vos. Ahora quiero decirte otra cosa. No creas en eso de lo cósmico, del mensaje constante. A veces la vida pasa sin querer decir nada, a veces está bien seguir camino sin aprender. Con esa terrible manía que tenés de personalizar todas las situaciones, de hacerte cargo, ahí estás, bajo un peso inentendible, cuando sería más simple dejarte caer, escuchar la música que pone la vecina de arriba y no pensar.
Johnny, tu tiempo, y en esto aún no me animo a generalizar, es cíclico. Mayo, mayo, mayo, no se notan las diferencias de cosechas. Podrías ser cuidadoso y revisar tus anotaciones y darte cuenta de que sobredimensionás tanto cada situación, con el afán de renarrarlas, que .... no sé cómo decírtelo así que te lo digo así, te jodés la vida.
Jonny, Johnny, nadie te mira la mayor parte del tiempo, nadie mira a nadie en general. Y está bien, porque cada uno se mira a sí mismo, de algún modo insólito. Será el postmodernismo, será el fucking capitalismo, será culpa de Bush, como todo, pero es así, sin importar la causa.
No intentes interpretar tus propias palabras siquiera, no serías objetivo. Dejalo ser, pero en serio. Dejalo ser. Eso, que no es nada, va a suceder con o sin vos. La nada sucede, ocurre sin mediación, y la nada es el único absoluto, la única certeza. Dejate caer en la masa informe, en la incompletitud. Permití que suceda y no creas, sobre todo no creas, que debés hacer algo. Quedate sentado que nadie va a darse cuenta de que te dormiste un rato. Y al final decidí si querés aplaudir, para pasar desapercibido, o para que te noten como público atento.
Wednesday, May 09, 2007
Sangre membrillo
El dulce de membrillo que corría por sus venas le dificultaba la motricidad.
Decidió, pues, descansar en aquel banco verde inclinado.
Abría y cerraba sus puños, casi como un autómata. Las uñas ennegrecidas demasiado largas impedían cerrarlo por completo.
El banco estaba inclinado, pero quieto.
Un viento frío golpeaba su nuca desnuda. ¡Cómo deseaba tener una bufanda!
El servicio meteorológico no sirve para nada, pero qué hermosa fotografía de una tormenta eléctrica había podido disfrutar, mientras se abrigaba con casi nada, casi todo, para salir a sufrir.
Un café, un café, un café, cuántos van.
Mejor despegarse del banco, mejor seguir caminando.
Ya estuvo bien de café, igual el sueño es mucho.
Mejor seguir caminando.
El dulce de membrillo, ahí en las venas, demasiado frío, casi congelado. ¿Por qué esta condena de carecer de sangre líquida? Quizá con el viento helado sería algo parecido, pero sería sangre, sangre, no esta maldita dulzura diabética que atraía a tantas moscas a su alrededor con cada pequeño corte insignificante.
Las uñas negras, las uñas negras, será el café seguramente.
Los hombres que tienen sangre de membrillo no parpadean, nunca, ¡si lo sabré yo! Lo que sucede es que en general uno no se fija en eso. Demasiado pendiente está de otras cosas para fijarse en el parpadeo, a menos que moleste por exceso. La carencia de apertura y cierre de párpados no llama la atención. Como casi todas las carencias. La opulencia, lo mucho sí llama la atención, interviene con lo preestablecido, supera el techo, y, ergo, molesta. Lo poco, lo que está casi por debajo del suelo, se oculta.
Cuando sopla el viento frío, como soplaba esa tarde, la carencia de parpadeo es realmente una complicación. Ojalá que llueva, (como diría Rodrigo) pero para mojarle los ojos. Chiquita se le volvió la pupila, de tanta luz sin nubes.
Igualmente ahí estaba la solución, como siempre al alcance de la mano. Y era más bien al revés, la mano debía alcanzar al ojo, uñas ennegrecidas mediante, y arrancarlo prolijamente.
Entonces se evacuaría el membrillo, como un torrente. Podrían decorarse facturas o terminar pastafrolas. Podría entonces caminar más ligero, chocándose claro está con cada obstáculo. Podría también, seguir así, como hasta ahora.
Decidió, pues, descansar en aquel banco verde inclinado.
Abría y cerraba sus puños, casi como un autómata. Las uñas ennegrecidas demasiado largas impedían cerrarlo por completo.
El banco estaba inclinado, pero quieto.
Un viento frío golpeaba su nuca desnuda. ¡Cómo deseaba tener una bufanda!
El servicio meteorológico no sirve para nada, pero qué hermosa fotografía de una tormenta eléctrica había podido disfrutar, mientras se abrigaba con casi nada, casi todo, para salir a sufrir.
Un café, un café, un café, cuántos van.
Mejor despegarse del banco, mejor seguir caminando.
Ya estuvo bien de café, igual el sueño es mucho.
Mejor seguir caminando.
El dulce de membrillo, ahí en las venas, demasiado frío, casi congelado. ¿Por qué esta condena de carecer de sangre líquida? Quizá con el viento helado sería algo parecido, pero sería sangre, sangre, no esta maldita dulzura diabética que atraía a tantas moscas a su alrededor con cada pequeño corte insignificante.
Las uñas negras, las uñas negras, será el café seguramente.
Los hombres que tienen sangre de membrillo no parpadean, nunca, ¡si lo sabré yo! Lo que sucede es que en general uno no se fija en eso. Demasiado pendiente está de otras cosas para fijarse en el parpadeo, a menos que moleste por exceso. La carencia de apertura y cierre de párpados no llama la atención. Como casi todas las carencias. La opulencia, lo mucho sí llama la atención, interviene con lo preestablecido, supera el techo, y, ergo, molesta. Lo poco, lo que está casi por debajo del suelo, se oculta.
Cuando sopla el viento frío, como soplaba esa tarde, la carencia de parpadeo es realmente una complicación. Ojalá que llueva, (como diría Rodrigo) pero para mojarle los ojos. Chiquita se le volvió la pupila, de tanta luz sin nubes.
Igualmente ahí estaba la solución, como siempre al alcance de la mano. Y era más bien al revés, la mano debía alcanzar al ojo, uñas ennegrecidas mediante, y arrancarlo prolijamente.
Entonces se evacuaría el membrillo, como un torrente. Podrían decorarse facturas o terminar pastafrolas. Podría entonces caminar más ligero, chocándose claro está con cada obstáculo. Podría también, seguir así, como hasta ahora.
Tuesday, May 01, 2007
Llamar al Shamán
(El largo camino de la Ayahuasca)
Volver al valle,
que tus manos, vuelvan a recorrerme.
Que me cures, que me deje curar.
Que tus brujerías me lleven
de esta soledad insólita, indómita.
Que atravieses mis muros
de alquitrán.
Volver al vómito
como una adicción.
Y me salvarás
de mis propias resacas.
Desafiarás las fronteras
de mi entendimiento.
Estarás ahí, estarás ahí.
Me cansaré de esto,
no tendré más fuerzas.
Para seguir pretendiendo
que vivo, que voy.
Cuando me caiga y duela
veré el bosque oscuro,
como lo veo ahora,
y aunque siga caminando
en cualquier dirección,
te sabré en algún lugar
y no me asfixiaré con mi noche,
no moriré, no moriré,
no me dejarás morir.
Fumarás mis temores,
escupirás mi infancia,
enterrarás bajo mil piedras
todas mis heridas.
Seré yo la ofrenda
de mi propio sacrificio,
vos oficiarás el rito
de mi curación.
Y si muero,
si muero.
Llevame.
Volver al valle,
que tus manos, vuelvan a recorrerme.
Que me cures, que me deje curar.
Que tus brujerías me lleven
de esta soledad insólita, indómita.
Que atravieses mis muros
de alquitrán.
Volver al vómito
como una adicción.
Y me salvarás
de mis propias resacas.
Desafiarás las fronteras
de mi entendimiento.
Estarás ahí, estarás ahí.
Me cansaré de esto,
no tendré más fuerzas.
Para seguir pretendiendo
que vivo, que voy.
Cuando me caiga y duela
veré el bosque oscuro,
como lo veo ahora,
y aunque siga caminando
en cualquier dirección,
te sabré en algún lugar
y no me asfixiaré con mi noche,
no moriré, no moriré,
no me dejarás morir.
Fumarás mis temores,
escupirás mi infancia,
enterrarás bajo mil piedras
todas mis heridas.
Seré yo la ofrenda
de mi propio sacrificio,
vos oficiarás el rito
de mi curación.
Y si muero,
si muero.
Llevame.
Que escriban en vez varias oraciones un textito corto
Vi su boca que no era la mía, y no necesité música para escribir mi angustia.
Vi las fechas impresas, el tiempo determinado.
Vi los márgenes estrictos.
Me descubrí lejana.
Te vi enmascarado de niebla, como queriendo verme así, a la deriva.
Te vi disimulando la falta de vértigo, frente a los moretones de mi última caída.
Te presentí como otra muerte que confundí con vida.
Te confundí con aromas impregnados antaño en mi cuerpo, con caricias escasas que no fueron tuyas nunca, ni tampoco mías.
Aceptar el nuevo estímulo, lo visual, lo verbal.
Restringir lo táctil que se vivió, lo olfativo que no olvido.
No gustarte jamás, no gustarte (no oírte, no olerte, no tocarte)
Verte ajeno, propio de tantas otras y no mío.
Convertirme en ausencia, en un mientras tanto.
Desmentir la nostalgia de lo que nunca se tuvo.
Despedirte de una vez por todas, como se esperaba.
Quizá ahora sí se requiera esa música para ocultar el llanto.
Vi las fechas impresas, el tiempo determinado.
Vi los márgenes estrictos.
Me descubrí lejana.
Te vi enmascarado de niebla, como queriendo verme así, a la deriva.
Te vi disimulando la falta de vértigo, frente a los moretones de mi última caída.
Te presentí como otra muerte que confundí con vida.
Te confundí con aromas impregnados antaño en mi cuerpo, con caricias escasas que no fueron tuyas nunca, ni tampoco mías.
Aceptar el nuevo estímulo, lo visual, lo verbal.
Restringir lo táctil que se vivió, lo olfativo que no olvido.
No gustarte jamás, no gustarte (no oírte, no olerte, no tocarte)
Verte ajeno, propio de tantas otras y no mío.
Convertirme en ausencia, en un mientras tanto.
Desmentir la nostalgia de lo que nunca se tuvo.
Despedirte de una vez por todas, como se esperaba.
Quizá ahora sí se requiera esa música para ocultar el llanto.
Vaho
Crece el flequillo y tapa los ojos.
El ciclo se reinicia inmutable.
Estornudar es un alivio,
cuando la nada te envuelve.
Tengo tan cerrados los oídos
que la casualidad se oscurece.
Mientras se pueda
respirar,
respiraré.
Poco a poco el agua
llegará sin llevarme
a ningún lado.
La mugre por doquier
reaparece constante..................constante.
Sólo ella constante................constante.
Malditas las recurrencias,
los espacios imitados.
Malditas las coincidencias
estas historias inenarrables
y reiteradas.
Las cruces colgarán de tu pared
aún cuando te hayas ido.
Ese vacío te espera
en un punto secreto del mapa.
No habrá necesidad de empacar swéteres.
Todo será un vaho inconsistente en ese vacío tedioso que te aguarda.
Pediste auxilio,
por última vez,
a quien no correspondía.
Allí quedó tu botella,
arrojada al mar,
con restos de vino.
Escapa cuando creas
que entendiste todo.
La vorágine insólita
se desatará
en cuanto parpadees.
Sólo quedará el agua turbia
en tu garganta.
No podrás gritar entonces.
Debería arrancar el mes del calendario (estará húmedo y tibio), permitir al tiempo seguir su curso, su cauce, y yo con él.
El tiempo
.................la nada
..............................la angustia,
.................................................la muerte,
...................................................................y la terrible certeza......................del desamparo.
Siempre estará allí
esa amarga melodía
para recordarte que..... eso mismo, precisamente E-S-O.
Hoy no quiero nombrarte.
El ciclo se reinicia inmutable.
Estornudar es un alivio,
cuando la nada te envuelve.
Tengo tan cerrados los oídos
que la casualidad se oscurece.
Mientras se pueda
respirar,
respiraré.
Poco a poco el agua
llegará sin llevarme
a ningún lado.
La mugre por doquier
reaparece constante..................constante.
Sólo ella constante................constante.
Malditas las recurrencias,
los espacios imitados.
Malditas las coincidencias
estas historias inenarrables
y reiteradas.
Las cruces colgarán de tu pared
aún cuando te hayas ido.
Ese vacío te espera
en un punto secreto del mapa.
No habrá necesidad de empacar swéteres.
Todo será un vaho inconsistente en ese vacío tedioso que te aguarda.
Pediste auxilio,
por última vez,
a quien no correspondía.
Allí quedó tu botella,
arrojada al mar,
con restos de vino.
Escapa cuando creas
que entendiste todo.
La vorágine insólita
se desatará
en cuanto parpadees.
Sólo quedará el agua turbia
en tu garganta.
No podrás gritar entonces.
Debería arrancar el mes del calendario (estará húmedo y tibio), permitir al tiempo seguir su curso, su cauce, y yo con él.
El tiempo
.................la nada
..............................la angustia,
.................................................la muerte,
...................................................................y la terrible certeza......................del desamparo.
Siempre estará allí
esa amarga melodía
para recordarte que..... eso mismo, precisamente E-S-O.
Hoy no quiero nombrarte.
Friday, April 27, 2007
bum
Cuando menos lo esperabas
aún cuando siempre esperás todo
se deslizó lentamente hacia la nada.
Desapareció de allí, sin dejar huella.
Se hundió en la penumbra irreconocible
del nunca más.
Cuando desprevenida pensaste
que quizá, quizá, quizá...
se te respondió rotundamente
.....................................................
Donde se desespera amiga, se encuentra una piedra. Te pesará en la vescícula, será mejor extirparla. Sufrirás horrores, llorarás olvidos, creerás que esta vez, como siempre. Para que recomience el ciclo, la regresión ad infinitum, la catástrofe predicha.
Big bang, big bang. Nada volverá al inicio y, aún sin que lo notes, no habrá ya un estallido, simplemente se dispersará tanto, tanto la materia, que alrededor de cada átomo podrá decirse, arbitrariamente y por convención, que sólo hay vacío.
aún cuando siempre esperás todo
se deslizó lentamente hacia la nada.
Desapareció de allí, sin dejar huella.
Se hundió en la penumbra irreconocible
del nunca más.
Cuando desprevenida pensaste
que quizá, quizá, quizá...
se te respondió rotundamente
.....................................................
Donde se desespera amiga, se encuentra una piedra. Te pesará en la vescícula, será mejor extirparla. Sufrirás horrores, llorarás olvidos, creerás que esta vez, como siempre. Para que recomience el ciclo, la regresión ad infinitum, la catástrofe predicha.
Big bang, big bang. Nada volverá al inicio y, aún sin que lo notes, no habrá ya un estallido, simplemente se dispersará tanto, tanto la materia, que alrededor de cada átomo podrá decirse, arbitrariamente y por convención, que sólo hay vacío.
Sunday, April 22, 2007
Preludio para la nada
Dejaré escapar el tiempo
sin suspiros.
Recuerdo encontrarme tranquila
recuerdo la efímera duración de la paz.
Decir que tus manos son un bálsamo
es tan predecible.
Digo entonces que tus manos son
ahora una nube de humo.
En el grito eterno
de la noche húmeda
tu cuerpo no recorrerá
ningún laberinto.
Ya no hay puertas que descifrar.
Hay canciones escondidas
y tan pocas ganas de cantarlas.
No cuestiones mis ojos,
están ahí para cegarse
cuando el tiempo se haya ido.
No cuestiones mis labios,
están ahí aguardando el mutismo
que despertará el invierno.
Volver a tu refugio
a tu instantaneidad súbita.
Volver a quedarme en vos
por quedarme en algún lado.
No te lastimaré con mi existencia
no quiero estar ahí cuando me llores.
No volveré a buscarte
No volveré a verte
No repetiré, aunque se escapen,
las palabras de la condena genética.
Rodeo la nada
como tantas veces
me acerco a su centro
sin pronunciarlo.
El vacío inasible
de la ausencia
me embriaga de temblores nocturnos.
No reconozco mis manos
sobre mi propio pecho.
No reconozco mis pechos
bajo estas ropas.
No reconozco tu rostro
entre tantos rostros.
Y te reconozco en todas partes
constantemente.
Los límites que se impondrán
en fechas y formas
para no desesperar
hasta que sea el momento.
Y cuando lo sea
pegar los párpados,
cerrar los brazos,
gotear, gotear,
devenir en río salado
devenir en polvo luego de ser roca
transformar en grises
mi escala cromática
y dejar escapar el tiempo
sin suspiros.
sin suspiros.
Recuerdo encontrarme tranquila
recuerdo la efímera duración de la paz.
Decir que tus manos son un bálsamo
es tan predecible.
Digo entonces que tus manos son
ahora una nube de humo.
En el grito eterno
de la noche húmeda
tu cuerpo no recorrerá
ningún laberinto.
Ya no hay puertas que descifrar.
Hay canciones escondidas
y tan pocas ganas de cantarlas.
No cuestiones mis ojos,
están ahí para cegarse
cuando el tiempo se haya ido.
No cuestiones mis labios,
están ahí aguardando el mutismo
que despertará el invierno.
Volver a tu refugio
a tu instantaneidad súbita.
Volver a quedarme en vos
por quedarme en algún lado.
No te lastimaré con mi existencia
no quiero estar ahí cuando me llores.
No volveré a buscarte
No volveré a verte
No repetiré, aunque se escapen,
las palabras de la condena genética.
Rodeo la nada
como tantas veces
me acerco a su centro
sin pronunciarlo.
El vacío inasible
de la ausencia
me embriaga de temblores nocturnos.
No reconozco mis manos
sobre mi propio pecho.
No reconozco mis pechos
bajo estas ropas.
No reconozco tu rostro
entre tantos rostros.
Y te reconozco en todas partes
constantemente.
Los límites que se impondrán
en fechas y formas
para no desesperar
hasta que sea el momento.
Y cuando lo sea
pegar los párpados,
cerrar los brazos,
gotear, gotear,
devenir en río salado
devenir en polvo luego de ser roca
transformar en grises
mi escala cromática
y dejar escapar el tiempo
sin suspiros.
Thursday, April 19, 2007
Together
Fue un súbito arrebato de angustia. Pero ya se veía venir. Esa migraña, la pileta en tu cara, la asfixia, los brazos que no responden. Si la angustia no está ahí abajo, está ahí arriba, y es peor, porque caerá como esa nube transformada en granizo. Cascotazo en la cabeza y sangrado vertical.
Las drogas que adormecen, que siempre adormecen. No vamos a llorar esta vez. Esta vez aún queremos pensar que todo, todo esto, todo esto fue un error, uo o, todo esto fue un error.
Entonces se hablará de cajas negras. Entre lo que entra y lo que sale un proceso que se desconoce, el misterio de la comunicación. Y allí, dentro de esa maldita caja negra se esconden esas ratas llenas de piojos que se encargan de tomar la información que entra y desvirtuarla. Así un clásico "Hola", puede cualquier día de estos salir convertido en un "¿Por qué no te vas a la reputísima madre que te re mil parió?" O algo similar.
Yo no te entendí. Son tantas cosas las que no entiendo.
Cuando Sonia y Johnny se encontraron ambos supieron de inmediato que lo único que debían hacer era contar lo que había sucedido.
Johnny temeroso decidió callarse, esperar la palabra de Sonia. Y Sonia insegura, bajó la mirada y siguió escribiendo.
Johnny golpeó la mesa despacito, como para hacer algo.
Sonia sonrió, y habló de naves espaciales.
Johnny decidió tomarse rapidito el café, sin decir nada.
Sonia esperó que su café se enfriara para ponerle azúcar y bebérselo de un trago.
Johnny quería desesperadamente volver a su casa.
Sonia deseaba quedarse ahí para siempre.
Sonia tenía un sombrero hermoso, violeta.
Johnny nunca supo usar sombreros, suponía que cada uno manifestaba algo, un estado de ánimo, una adhesión política, algo, y él, que estaba tan confundido por la vida, no quería aún tomar partido.
Sonia releyó en voz baja, casi inaudible, pero audible al fin, un poema viejo (suyo, claro está). Johnny no logró escucharla pero la felicitó al final.
Johnny contó una historia inentendible de gnomos que vendían zapatos bajo el obelisco.
A Sonia le pareció digno de un cuento.
Johnny calló.
Sonia calló.
Cada uno de ellos percibió la soledad del otro, pero desde sus propias miserias no supieron acompañarse.
Sonia volvió a su casa, a tomar ese analgésico.
Johnny volvió a la suya, al zapping cotidiano.
No sonaría el teléfono, nadie quiere decir nada.
Sonia piensa en Bruno, mientras sangra sus lágrimitas de vidrio pírex.
Johnny piensa qué hermoso sería desaparecer.
Las drogas que adormecen, que siempre adormecen. No vamos a llorar esta vez. Esta vez aún queremos pensar que todo, todo esto, todo esto fue un error, uo o, todo esto fue un error.
Entonces se hablará de cajas negras. Entre lo que entra y lo que sale un proceso que se desconoce, el misterio de la comunicación. Y allí, dentro de esa maldita caja negra se esconden esas ratas llenas de piojos que se encargan de tomar la información que entra y desvirtuarla. Así un clásico "Hola", puede cualquier día de estos salir convertido en un "¿Por qué no te vas a la reputísima madre que te re mil parió?" O algo similar.
Yo no te entendí. Son tantas cosas las que no entiendo.
Cuando Sonia y Johnny se encontraron ambos supieron de inmediato que lo único que debían hacer era contar lo que había sucedido.
Johnny temeroso decidió callarse, esperar la palabra de Sonia. Y Sonia insegura, bajó la mirada y siguió escribiendo.
Johnny golpeó la mesa despacito, como para hacer algo.
Sonia sonrió, y habló de naves espaciales.
Johnny decidió tomarse rapidito el café, sin decir nada.
Sonia esperó que su café se enfriara para ponerle azúcar y bebérselo de un trago.
Johnny quería desesperadamente volver a su casa.
Sonia deseaba quedarse ahí para siempre.
Sonia tenía un sombrero hermoso, violeta.
Johnny nunca supo usar sombreros, suponía que cada uno manifestaba algo, un estado de ánimo, una adhesión política, algo, y él, que estaba tan confundido por la vida, no quería aún tomar partido.
Sonia releyó en voz baja, casi inaudible, pero audible al fin, un poema viejo (suyo, claro está). Johnny no logró escucharla pero la felicitó al final.
Johnny contó una historia inentendible de gnomos que vendían zapatos bajo el obelisco.
A Sonia le pareció digno de un cuento.
Johnny calló.
Sonia calló.
Cada uno de ellos percibió la soledad del otro, pero desde sus propias miserias no supieron acompañarse.
Sonia volvió a su casa, a tomar ese analgésico.
Johnny volvió a la suya, al zapping cotidiano.
No sonaría el teléfono, nadie quiere decir nada.
Sonia piensa en Bruno, mientras sangra sus lágrimitas de vidrio pírex.
Johnny piensa qué hermoso sería desaparecer.
Sunday, April 15, 2007
Pasillo infinitivo
Descifrar el misterio de tus párpados lánguidos que cubren el pasillo a la eternidad.
Incomodar al tedio a base de preguntas sin respuesta.
Derrotar la tarde en esperas fortuitas, en nostalgias vacías.
Dibujarte a mi lado, desearte en silencio.
Arrancar el otoño de la suela de mis zapatos.
Sufrir tantas pérdidas sin recordar ninguna.
Devolver el hastío en el mostrador correspondiente.
Devenir en súplica cuando te hayas ido.
Alternar mis pies en el suelo en la inmovilidad absoluta.
Aplaudir a la noche, augurando madrugadas.
Esperar, esperar, la nada, el sol, el asco, gramos de presencia.
Agitar las cortinas dejando pasar el frío.
Cerrar alguna puerta con candado.
Dar por finalizado lo que termina.
Incomodar al tedio a base de preguntas sin respuesta.
Derrotar la tarde en esperas fortuitas, en nostalgias vacías.
Dibujarte a mi lado, desearte en silencio.
Arrancar el otoño de la suela de mis zapatos.
Sufrir tantas pérdidas sin recordar ninguna.
Devolver el hastío en el mostrador correspondiente.
Devenir en súplica cuando te hayas ido.
Alternar mis pies en el suelo en la inmovilidad absoluta.
Aplaudir a la noche, augurando madrugadas.
Esperar, esperar, la nada, el sol, el asco, gramos de presencia.
Agitar las cortinas dejando pasar el frío.
Cerrar alguna puerta con candado.
Dar por finalizado lo que termina.
Monday, April 09, 2007
Año electoral
Me empecino en buscarte detrás de cada cartel pegado en la calle. Me lastimé la piel debajo de la uña arrancando afiches de Tellerman. Y no estabas.
Intenté dejarte un mensaje escrito en su enorme frente. Y te esperé escondida bajo una baldosa floja.
Comenzó a llover, y medio inundada, consideré la posibilidad de volverme a casa sola.
Mañana te buscaré tras los carteles de Filmus. Allí no podré dejarte mensajes, su cabello abundante es mudo.
El sábado por último revisaré las promociones de cable módem. Para ese entonces me habré aburrido de buscarte, me habré enfermado de lluvia, habré llorado el dolor de la piel arrancada con cartel y todo. Entonces, sólo entonces, tiraré los carteles y renunciaré a vos derrotada.
Intenté dejarte un mensaje escrito en su enorme frente. Y te esperé escondida bajo una baldosa floja.
Comenzó a llover, y medio inundada, consideré la posibilidad de volverme a casa sola.
Mañana te buscaré tras los carteles de Filmus. Allí no podré dejarte mensajes, su cabello abundante es mudo.
El sábado por último revisaré las promociones de cable módem. Para ese entonces me habré aburrido de buscarte, me habré enfermado de lluvia, habré llorado el dolor de la piel arrancada con cartel y todo. Entonces, sólo entonces, tiraré los carteles y renunciaré a vos derrotada.
Thursday, April 05, 2007
Vigilia
Mis dedos insólitos
escriben palabras
la asfixia de la noche
ha vuelto inesperada.
Describiría un círculo
en el aire
si pudiera volar
Dibujaría un círculo
en la arena
si huyera de mi playa.
Las palabras caen
se deslizan
como estas torpes lágrimas
Ave de rapiña
quieres mis restos
muerta me tendrás
tan pronto como el silencio
ocupe todo mi ser
Amo la esperanza de tu existencia
Amo creer que quizá, quizá
Dormiré desnuda
para enfriar mi fiebre
de ausencias
Las calamidades se anuncian
en las madrugadas insomnes.
Permanecer en vigilia
-----------------y a oscuras.
Maldita la hora de la humanidad,
el pensamiento
Meditar, meditar
El hombre en su nido.
El nido sin hombre.
La mujer yace muerta
al pie del árbol.
Temo la ilusión de tu existencia.
Temo creer que quizá, quizá.
escriben palabras
la asfixia de la noche
ha vuelto inesperada.
Describiría un círculo
en el aire
si pudiera volar
Dibujaría un círculo
en la arena
si huyera de mi playa.
Las palabras caen
se deslizan
como estas torpes lágrimas
Ave de rapiña
quieres mis restos
muerta me tendrás
tan pronto como el silencio
ocupe todo mi ser
Amo la esperanza de tu existencia
Amo creer que quizá, quizá
Dormiré desnuda
para enfriar mi fiebre
de ausencias
Las calamidades se anuncian
en las madrugadas insomnes.
Permanecer en vigilia
-----------------y a oscuras.
Maldita la hora de la humanidad,
el pensamiento
Meditar, meditar
El hombre en su nido.
El nido sin hombre.
La mujer yace muerta
al pie del árbol.
Temo la ilusión de tu existencia.
Temo creer que quizá, quizá.
Vísperas
El día de las vísperas, el día inmediato anterior a esa fecha determinada, haré una lista. Planearé realizar una infinidad de cosas. Luego no haré ninguna de ellas. Iré tachando a medida que pase el tiempo aquellas que van quedando caducas. Una por una las tacharé. Hacia la mitad del papel escrito me daré cuenta y la jaqueca se transformará en angustia palpable. Luego será una lágrima ágil que se escabulle sin ruido, y otra, y muchas, y será llanto.
Nada haré de esa lista. Deambularé sonámbula chocándome con los bordes de un día que no se acaba, que no se va nunca, y quiero que se vaya, que el tiempo se diluya como mi angustia y chorree a través de mis ojos.
Esa espera insólita, tantas esperas cubiertas por el drama actual, la metáfora infinita nunca redundante, el disfraz de hoy que tiene este miedo.
Te esperaré junto a la puerta sin animarme a salir sola.
Te esperaré sentada en el suelo, no puedo levantarme.
Te esperaré creyendo esperarte cuando en realidad, lo sé cuando rompo la lista, la espera y la inmovilidad son tan similares en el cuerpo. No puedo moverme, digo que espero. No puedo salir, digo que espero. Y si tan solo esta vez, detrás de la lista pudiera ver tu nombre, si pudiera no tacharlo como todo lo que se escapa y ya no alcanzo desde esta baldosa cruel. Y si tan solo esta vez vinieras y me despegaras del suelo, y me llevaras a la fuerza a cualquier lado. Yo entonces enjugaría mi llanto, lo envolvería en papel tissue para llevarlo de recuerdo, para llevarlo.
Nada haré de esa lista. Deambularé sonámbula chocándome con los bordes de un día que no se acaba, que no se va nunca, y quiero que se vaya, que el tiempo se diluya como mi angustia y chorree a través de mis ojos.
Esa espera insólita, tantas esperas cubiertas por el drama actual, la metáfora infinita nunca redundante, el disfraz de hoy que tiene este miedo.
Te esperaré junto a la puerta sin animarme a salir sola.
Te esperaré sentada en el suelo, no puedo levantarme.
Te esperaré creyendo esperarte cuando en realidad, lo sé cuando rompo la lista, la espera y la inmovilidad son tan similares en el cuerpo. No puedo moverme, digo que espero. No puedo salir, digo que espero. Y si tan solo esta vez, detrás de la lista pudiera ver tu nombre, si pudiera no tacharlo como todo lo que se escapa y ya no alcanzo desde esta baldosa cruel. Y si tan solo esta vez vinieras y me despegaras del suelo, y me llevaras a la fuerza a cualquier lado. Yo entonces enjugaría mi llanto, lo envolvería en papel tissue para llevarlo de recuerdo, para llevarlo.
Saturday, March 31, 2007
April
Era abril cuando se me perdió él. De la mañana a la noche desapareció. Fue un llamado telefónico inentendible y una gran necesidad de escaparme. No sé bien todavía si se fue él o me fui yo.
Era abril también, otro abril, cuando después de su vuelta, volvió a irse. Entonces no lo perdí a él, sino la cordura, que se la llevó en la valija porque le andaba haciendo falta.
Luego vinieron en ambas ocasiones las lluvias de mayo y los correspondientes fríos de junio. Más tarde la angustia de julio y la muerte de agosto.
Que a vos no te pierda en abril. Que este abril no comience el otoño. Que los árboles se desnuden por exhibicionismo nomás, y las hojas amarillas no llamen mi tristeza.
Que este abril no me pierda. Que no me vaya en rutinas. Que se espere hasta fines de mayo para prender la estufa.
Que deje de llover de una vez por todas. Que algún agosto pueda vivir. Que este agosto pueda vivir. Que se sequen las calles sin baldosas flojas. Que el otoño no me cubra de swéteres. Que la cama no sea el lugar para llorar.
Recuerdo colectivos de vidrios empañados en julio. Recuerdo lecturas ambiguas en viajes interminables. Ese año tenía tantas ganas de morirme. Ya ni siquiera recuerdo qué había perdido en abril.
Cada invierno cuando lloro culpo al clima, ¡Qué injusta!. Que este otoño no se me caigan de los bolsillos los pasajes a la primavera.
Quedáte conmigo este otoño y también el invierno. Hagamos sopas instantánea con la misma pava del mate. Tomemos vino cerca de la estufa. Lloremos juntos, para no llorar solos.
Quedáte conmigo mientras llueva, mientras dure el alerta meteorológico. No salgas a la calle a mojarte las pantorrillas, no pisemos los charcos, ni siquiera lo intentemos. Hundámosnos en las frazadas esperando que pase, que pase, que el monstruo del frío se derrita de a poco. Abracémonos, susurráme al oído que te vas a quedar.
Que no te pierda este abril, para vivirte en mayo. Que no te pierda tampoco en mayo, para disfrutarte en julio. Y que en julio te conserve, para sobrevivir a agosto. Cuando llegue septiembre, podés dejarme.
Era abril también, otro abril, cuando después de su vuelta, volvió a irse. Entonces no lo perdí a él, sino la cordura, que se la llevó en la valija porque le andaba haciendo falta.
Luego vinieron en ambas ocasiones las lluvias de mayo y los correspondientes fríos de junio. Más tarde la angustia de julio y la muerte de agosto.
Que a vos no te pierda en abril. Que este abril no comience el otoño. Que los árboles se desnuden por exhibicionismo nomás, y las hojas amarillas no llamen mi tristeza.
Que este abril no me pierda. Que no me vaya en rutinas. Que se espere hasta fines de mayo para prender la estufa.
Que deje de llover de una vez por todas. Que algún agosto pueda vivir. Que este agosto pueda vivir. Que se sequen las calles sin baldosas flojas. Que el otoño no me cubra de swéteres. Que la cama no sea el lugar para llorar.
Recuerdo colectivos de vidrios empañados en julio. Recuerdo lecturas ambiguas en viajes interminables. Ese año tenía tantas ganas de morirme. Ya ni siquiera recuerdo qué había perdido en abril.
Cada invierno cuando lloro culpo al clima, ¡Qué injusta!. Que este otoño no se me caigan de los bolsillos los pasajes a la primavera.
Quedáte conmigo este otoño y también el invierno. Hagamos sopas instantánea con la misma pava del mate. Tomemos vino cerca de la estufa. Lloremos juntos, para no llorar solos.
Quedáte conmigo mientras llueva, mientras dure el alerta meteorológico. No salgas a la calle a mojarte las pantorrillas, no pisemos los charcos, ni siquiera lo intentemos. Hundámosnos en las frazadas esperando que pase, que pase, que el monstruo del frío se derrita de a poco. Abracémonos, susurráme al oído que te vas a quedar.
Que no te pierda este abril, para vivirte en mayo. Que no te pierda tampoco en mayo, para disfrutarte en julio. Y que en julio te conserve, para sobrevivir a agosto. Cuando llegue septiembre, podés dejarme.
Thursday, March 29, 2007
Era de Acuario
La lluvia no cesa. Finita y molesta. Aún hace calor y la ropa se pega de tanto día que pareciera no terminarse sin haber comenzado.
El colectivo llega siempre a la misma hora y la mujer del guardapolvo aguarda todas las mañanas los mismos 8 religiosos minutos en los que desea haber salido antes o después, para no esperar.
"¿Hace mucho que no viene?" pregunta alguien desde una nube de alcohol postergado.
"No sé, recién llego"
"¿De qué signo sos?". Mirada fulminante, qué pretende este hombre, seguro que está borracho.
"Disculpáme, no quiero molestarte, pero de qué signo sos? Yo soy de acuario". Seguro que está loco.
"Yo también"
"Noooooooooooooo, mirá, sabés que James Dean también era de Acuario". Está loco sin lugar a dudas. ¿Puede ser posible? Y con todo el día que me queda por delante. ¿Quién es James Dean a esta hora?
"¿Sabés quién es James Dean?" "Sí".
"También Spinetta es de acuario y Mozart, un loco que era un capo para la música." Dios, todos los trasnochados alcohólicos están alrededor mío, este hombre debe tener como cuarenta y pico, qué hace que no está sobrio trabajando en un empleo de oficina como corresponde.
"Tranquila, que no te voy a hacer nada". Chau, me viola.
"En serio, tranquila". Bueno, listo, me viola y me mata.
"¿Mirás Gran Hermano?" ¿Por qué, por qué me pregunta esto?. Sí, miro gran hermano, dios, por qué miro gran hermano, por qué me tomo este colectivo, por qué me molesta. "Sí."
"A mí Diego me encanta, y es de Acuario" Claro, el preso, seguro que por más traje que tenga es un delincuente este. Bien, pensemos, el policía está en el kiosco de la otra cuadra, si grito ¿me escuchará?.
"La profe que también me gustaba era de Acuario." ¿Y si me paro en medio de la avenida a esperar el colectivo dejará de hablarme? "No te voy a hacer nada ¿Eh?" Mejor no me muevo, mirá si se vuelve loco y hace que nos atropelle un auto.
"Marianela también es de Acuario, pero ya me hartó. Hay mucha gente de acuario, es un buen signo. Me voy a sacar los anteojos (negros) para que no pienses que soy un mafioso". Bien, en la mochila tengo una tijera, bastante grande, me la dieron en el colegio, si la saco por las dudas.... Hay que tener cuidado con la defensa personal, un asesinato de esa índole también abre prontuario y yo soy docente.
"Tenés cara linda, pero sos un poco gorda" ¿Qué? "Sin ánimo de ofender te lo digo" Ah bueno, ya está, encima un hijo de puta. "No me tengas miedo". No, no señor, si ahora lo de la tijera parece una linda idea. Y el puto colectivo que llega cuando quiere. "Vamos para el mismo lado, hay algo en eso". Bueno, listo, me viola y me mata al bajar del colectivo. A ver, si soy un poco gorda creo que puedo cagarlo a trompadas sin necesidad de tijera.
El colectivo se anuncia una cuadra a lo lejos. Ella ilusa extiende el brazo como si pudiera verse a tremenda distancia. Él no sube con ella. Y ella nunca sacó su tijera.
El colectivo llega siempre a la misma hora y la mujer del guardapolvo aguarda todas las mañanas los mismos 8 religiosos minutos en los que desea haber salido antes o después, para no esperar.
"¿Hace mucho que no viene?" pregunta alguien desde una nube de alcohol postergado.
"No sé, recién llego"
"¿De qué signo sos?". Mirada fulminante, qué pretende este hombre, seguro que está borracho.
"Disculpáme, no quiero molestarte, pero de qué signo sos? Yo soy de acuario". Seguro que está loco.
"Yo también"
"Noooooooooooooo, mirá, sabés que James Dean también era de Acuario". Está loco sin lugar a dudas. ¿Puede ser posible? Y con todo el día que me queda por delante. ¿Quién es James Dean a esta hora?
"¿Sabés quién es James Dean?" "Sí".
"También Spinetta es de acuario y Mozart, un loco que era un capo para la música." Dios, todos los trasnochados alcohólicos están alrededor mío, este hombre debe tener como cuarenta y pico, qué hace que no está sobrio trabajando en un empleo de oficina como corresponde.
"Tranquila, que no te voy a hacer nada". Chau, me viola.
"En serio, tranquila". Bueno, listo, me viola y me mata.
"¿Mirás Gran Hermano?" ¿Por qué, por qué me pregunta esto?. Sí, miro gran hermano, dios, por qué miro gran hermano, por qué me tomo este colectivo, por qué me molesta. "Sí."
"A mí Diego me encanta, y es de Acuario" Claro, el preso, seguro que por más traje que tenga es un delincuente este. Bien, pensemos, el policía está en el kiosco de la otra cuadra, si grito ¿me escuchará?.
"La profe que también me gustaba era de Acuario." ¿Y si me paro en medio de la avenida a esperar el colectivo dejará de hablarme? "No te voy a hacer nada ¿Eh?" Mejor no me muevo, mirá si se vuelve loco y hace que nos atropelle un auto.
"Marianela también es de Acuario, pero ya me hartó. Hay mucha gente de acuario, es un buen signo. Me voy a sacar los anteojos (negros) para que no pienses que soy un mafioso". Bien, en la mochila tengo una tijera, bastante grande, me la dieron en el colegio, si la saco por las dudas.... Hay que tener cuidado con la defensa personal, un asesinato de esa índole también abre prontuario y yo soy docente.
"Tenés cara linda, pero sos un poco gorda" ¿Qué? "Sin ánimo de ofender te lo digo" Ah bueno, ya está, encima un hijo de puta. "No me tengas miedo". No, no señor, si ahora lo de la tijera parece una linda idea. Y el puto colectivo que llega cuando quiere. "Vamos para el mismo lado, hay algo en eso". Bueno, listo, me viola y me mata al bajar del colectivo. A ver, si soy un poco gorda creo que puedo cagarlo a trompadas sin necesidad de tijera.
El colectivo se anuncia una cuadra a lo lejos. Ella ilusa extiende el brazo como si pudiera verse a tremenda distancia. Él no sube con ella. Y ella nunca sacó su tijera.
Saturday, March 24, 2007
Ironía Ying-Yang
Cuando es noche, y la oscuridad nos abraza, la luz de las profundidades infinitas atraviesa el suelo para iluminar esos breves resquicios de los que se cuelgan los ojos (con las pupilas anchas) y la luna menguada de frío.
Cuando el día sobreviene, la luz cae como lluvia sobre nuestros hombros, y entre nuestros pies y la nada crece la sombra.
Quizá lo único real y completo sean las nubes, esas tímidas mantas grisáceas que se ciernen sobre una sin permiso, esa asfixia primaria, esa sopa en la cara. Es casi como el mar, es casi como el mar.
En el fondo del océano no hay sombras.
Cuando el día sobreviene, la luz cae como lluvia sobre nuestros hombros, y entre nuestros pies y la nada crece la sombra.
Quizá lo único real y completo sean las nubes, esas tímidas mantas grisáceas que se ciernen sobre una sin permiso, esa asfixia primaria, esa sopa en la cara. Es casi como el mar, es casi como el mar.
En el fondo del océano no hay sombras.
Sunday, March 18, 2007
Si
Si fuera posible nombrar la angustia con un nombre cotidiano, como libro, café, colectivo. Si fuera lícito cosificarla y convertirla en algo que pudiera asirse y arrojarse lejos. Si pudiera deshacerse el nudo en la garganta como un pañuelo. Si las manos dejasen de temblar y pudieran acarciar con firmeza. Si este limbo de tiempo subjuntivo no fuese tal, tal vez entonces la posibilidad aún condicionada volvería a instaurarse como un mañana.
Quiet walls
Cuando el muro de silencio se erigió súbitamente entre nosotros no hubo realmente nada más que decir.
Verte a través del muro era una tentación a la nostalgia, a la estúpida esperanza.
¿Qué podríamos hacer nosotros frente a ese muro de amianto que todo lo doblega, incluso nuestros espíritus verborrágicos?
Descansarás en la mesa un rato, yo deambularé sonámbula entre las ollas sin lavar.
Cuando amanezca otras fuerzas derribarán el muro, para que cada uno de nosotros se lleve un bloque de recuerdo. ¡Qué hermoso ha de quedar en mi mesa de luz, en el mismísimo lugar donde hasta hoy duerme tu fotografía!
Verte a través del muro era una tentación a la nostalgia, a la estúpida esperanza.
¿Qué podríamos hacer nosotros frente a ese muro de amianto que todo lo doblega, incluso nuestros espíritus verborrágicos?
Descansarás en la mesa un rato, yo deambularé sonámbula entre las ollas sin lavar.
Cuando amanezca otras fuerzas derribarán el muro, para que cada uno de nosotros se lleve un bloque de recuerdo. ¡Qué hermoso ha de quedar en mi mesa de luz, en el mismísimo lugar donde hasta hoy duerme tu fotografía!
Wednesday, March 14, 2007
Bats
Ella se detuvo frente a la puerta. Era una puerta distinta, igualmente oscura, igualmente cubierta de polvo y años.
En mala hora decidió tomar coraje y abrirla. El chirrido de las maderas húmedas despertó a los murciélagos que comenzaron a rodearla.
Los murciélagos danzan y ella los mira casi sin comprender por qué abrió la puerta. Su mano sigue en el picaporte como la última certeza antes del viaje.
Los murciélagos se irán antes que ella y ella, aún sin irse, creerá haber partido.
Los murciélagos la olvidarán tan pronto y ella seguirá allí, con la mano en el picaporte, con la puerta entreabierta, con el aleteo en las orejas, con el polvo de años y puertas en su falda gris, sola.
En mala hora decidió tomar coraje y abrirla. El chirrido de las maderas húmedas despertó a los murciélagos que comenzaron a rodearla.
Los murciélagos danzan y ella los mira casi sin comprender por qué abrió la puerta. Su mano sigue en el picaporte como la última certeza antes del viaje.
Los murciélagos se irán antes que ella y ella, aún sin irse, creerá haber partido.
Los murciélagos la olvidarán tan pronto y ella seguirá allí, con la mano en el picaporte, con la puerta entreabierta, con el aleteo en las orejas, con el polvo de años y puertas en su falda gris, sola.
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