Wednesday, December 26, 2007

El vino del vértigo

"Dicen que cuando llegó a los pagos de Yacochuya, Michel Rolland sufrió de síndrome de mareo embriagador con agudización de sentidos concomitante. El mismo que paralizaba a Jimmy Stewar persiguiendo a Kim Novak en empinadísimo campanario conventual según Hitchcock. pero en Salta. Vértigo puro. Nada más normal tratándose de un paraje de 2.035 metros sobre el nivel del mar.

El famoso enólogo del Pomérol no se arredró, se dejó llevar por el trance y descubrió oro. Que en léxico vitícola equivale a terroir deslumbrante. Bendecido por esa mágica confabulación de virtudes terrestres & climáticas que engrandecen al más patrio de los cepajes tintos: el Malbec."


El texto no es mío, pero me pareció fantástico, exuberante. Lo tomo prestado (cuando tomar es un verbo taan adecuado) y rindo un homenaje a su autor.
Siempre intuí que para entender realmente a Hitchcock había tomar taninos.

Monday, December 24, 2007

Las reglas de la bombachita rosa (también aplicable a las navidades)

  1. Costumbre de consumir doce pasas (preferentemente de uva) exactamente a las doce.
  2. Cuando suenen las campanadas. Y si faltan campanadas preparar previamente a un tío o sobrino con aptitudes musicales para que imite el sonido faltante.
  3. Si bien se sabe de ciertas tribus que conservan la misma consumbre con nueces, la operación resulta más complicada. En esa tribu también se sostenía que debía pedirse un deseo por cada nuez y saltar con un solo pie mientras tanto.
  4. No levantar el mantel hasta el día siguiente, y de ser posible no levantarlo tampoco ese día. Será mejor tirar el mantel y todo lo que haya quedado encima.
  5. Brindar de pie, y nunca con agua.
  6. Si el padrino alcohólico en recuperación se niega, oblígueselo cuando menos a levantar la copa.
  7. Es necesario mirar a los ojos cuando se brinda, aún cuando se trate de una reunión numerosa. Si bien el rito puede demorar un buen rato, no debe descuidarse la ingesta de pasas de uva. Se recomienda que se realicen ambas operaciones al mismo tiempo, o bien coordinar la reunión en dos grupos previamente organizados que se dividan las importantes tareas.
  8. No será necesario comprar pirotecnia, siempre el vecino tendrá suficiente para que la mera visita al balcón colme los corazones ansiosos de pólvora.
  9. El helado cerca del ventilador no es una buena idea. Si bien ambos son necesarios debe realizarse una opción. Se recomienda considerar este momento de optar como símbolo de las opciones a considerar en el año advenidero.
  10. Las damas se encontrarán estrenando ropa interior rosada, no será requerida una prueba fehaciente del cumplimiento de dicha norma ya que se confía en la buena voluntad de las festejantes.
  11. El corcho de la sidra debe golpear el techo y luego alguna cabeza (evitando siempre los ojos, como con tanta otra cosa), luego de lo cual se dirá "alegría, alegría, te casás". El implicado deberá al menos simular alegría.
  12. Reglas básicas para llamados telefónicos de Felicitaciones:Uilizar oraciones unimembre del estilo: Felicidades, Feliz Año, Los mejores deseos, etc.
  13. No profundizar en ninguna conversación, recuérdese que las líneas estarán ocupadas y más de uno querrá hablar con esa persona con la que ud. se encuentra hablando.
  14. Por sobre todo recuérdese que a dichas personas las vio ayer y las verá mañana.
  15. Si la conversación amenaza con profundizar aléguese un "hay mucho ruido acá, no te puedo escuchar nada".
  16. Reitere alguna oración unimembre de las anteriores y cuelgue o pase el teléfono a algún otro desdichado familiar.
  17. Si puede seguir al pie de la letra estas simples pautas y terminar la jornada de buen humor y con ánimos de seguir viviendo, seguramente se halle preparado para un año más. ¡Felicidades! Que tenga un próspero año.

Thursday, December 13, 2007

Y Sueiro apagó la luz, en serio.

Cosas locas:

Sueiro era, como se esperaba fanático bizarro de ZAP (para los desmemoriados es el programa que condujo Polino en plena debacle económica, allí tuvieron su apogeo Guido Süller, su novia Paulina, el Larva, Nuestro nunca bien ponderado Lafauci, y Jacobo también, evidentemente).

"Cada vez que publicaba un libro me lo dedicaba pidiéndome que vuelva ZAP a la televisión, era, además de lo que se sabe de él por todo lo espiritual, un acuariano con todo el fuerte sentido del humor" dijo Polino.

A él, señor de trayectoria y seriedad abigarrada, le costó decidirse para hacer el comercial que tanto nos deleitó a sus seguidores empedernidos.

"Es más, él exigió llevar su propia bata y su taza. La que tiene en el comercial es suya" dijo Daniel Gómez Rinaldi.

PUDO VOLCAR SUS EXPERIENCIAS CON LA MUERTE EN SU ESCRITURA.
Sentenciaba el VideoGraf.

"Esto también es parte de la vida" concluyó Sueiro, desde la lejanía, desde ese horizonte en donde alguna vez, en mi tierna infancia, escuché horrorizada, y no es para menos, que Olmedo y Minguito Tinguitela se abrazaban al final de un Arcoiris. Ahora, si Sueiro concluye su tarea y apaga la luz, pindonga arcoiris. Y bueno, se abrazarán a oscuras.

Monday, December 10, 2007

Ella estuvo todo el día dando vueltas. Fastidiosa, fastidada.
La tele, la radio, el ruido, el ruido.
El mundo que se filtra por todos sus poros y ella fastidiada, fastidiosa quiere irse, quiere no estar, quiere no hacer y no hace.
No quiere escuchar, no puede dejar de oír.
No quiere ver, no puede cerrar sus ojos.
Busca, repasa, se golpea con cada contorno, se llena de moretones en esa búsqueda.
Toma lápiz y papel, escribe, palabras sueltas, las ata una con otra, y no dicen nada.

(Onomatopeya de hartazgo) UFFFF FSHHHH BRRRRRAAJJJJJ. (O algo así)

Friday, December 07, 2007

Strawberry fields

M: ¿Viste, che? A pesar del calor acá hay algo que no concuerda que no cierra.

T: Sé de qué hablás, pero te juro que no quiero hablar de esto.

M: Bah, vos siempre así, melodrámático/a, esdrújulo/a, racional/al. No hables si no querés, pero yo sí quiero, y voy a hablar.

T: Entonces me obligás a escuchar. Cuando emisor, receptor existe. Bien, seré receptor, pero sólo estoy dispuesto/a a cumplir con la función fática (nótese lo esdrújula que es esta palabra). Quizá intervendré con algún enunciado metalingüïstico, por placer semántico nomás. No esperes más de mí.

M: Bueno, ¿por dónde empezar? Es acá, esta sensación, acá, viste. Es raro, como si faltara algo, como si me hubiera olvidado de... no sé de qué, porque si supiera lo que me olvidé me acordaría ¿no?

T: Claro.

M: Y hace calor, tanto, pero no puedo respirar noviembre y los tilos por esta falta de no sé bien qué.

T: Disculpá la interrupción, ya es diciembre.

M: Sí, sí, encima eso, encima eso. Había jazmines y tilos. Con todo se puede hacer un té. Pero hace calor, y a mí el té helado no me gusta. Quisiera desear que me regalen ramos de tilos bien perfumados. Sólo para no seguir esperando sin sentido esos jazmines que están cada vez más caros.

T: Cierto.

M: No me des la razón como a los locos.

T: Función Fática.

M: Vos y tu esdrujulízación, dios, bueno. Basta, me paso al poema y te dejo así, con tus funciones.

T: Como quieras.

M: Cuando mire para atrás
Como miro siempre
ahí, ahí
y casi que tengo ganas de llorar
te juro
y hacía tanto que no
porque no hizo falta.

No quiero irme
(te prometo que no voy a cantar piedra y camino)
Uff
Uffff
Uffffff
Si tan solo, si tan solo, si tan solo

¿Ves, yo sabía lo que hacía?
Hay que conservar el gris
la chatura
hay que mantenerse en las profundidades
hundirse en la mixtura
en el barro constante
en el hedor fétido
y redundante
hay que evitar la rima
y la sonoridad
la métrica
y sobre todo
el amor, el amor, el amor

T: Creo tan poco en el amor.

M: Shhh, silencio.
Acá se quiere silencio
una copa de agua fría, no helada, solo fría
una palmada en el hombro
para liberar el hipo
seguido de lágrimas
y más hipo.

Cuando te mire
y te quiera abrazar
y seas quien seas
y te ame porque sí
y no pueda abrazarte
también porque sí
y me quede con nudos
por todo mi cuerpo
pero más que nada adentro
esos nudos peores
que se vuelven negrura, gangrena, innombrables obsenidades,
Cuando te mire
como te miro
y te mire tan fuerte
y acompasadamente
que sientas mis ojos
rodando tu piel
y me mires de golpe
como un cachetazo
y me digas cualquier cosa, cualquier cosa
y deje de mirarte
por tormenta ocular oculta
no te ofendas si no hablo
es esta falta, este olvido, esta carencia acá
que no comprendo.

Ojalá comprenda
entienda qué perdí
y lo descubra recuperable.

T: ¿Recuperable? ¿Recuperable?

M: Sí, yo también me quedé en esa palabra.

Wednesday, December 05, 2007

La Barca de Calderón.

La imagen, si bien onírica, fue bien nítida. Se sentía en todo el cuerpo, en todo el cuerpo.
Me obligué a despertar para pensar en lo que estaba soñando, soy así de estúpida la mayoría de las veces. Por ese esfuerzo, por esa imposición de realidad, me quedé anclada en ese espacio intermedio, en ese estado hipnótico, hipotético, en ese paréntesis.
"¿Quién es?" Pensaba, leía de modo obsesivo en mi mente.
Reconocerte, pensarte con mil nombres, intentar decodificar la sensación, las sensaciones en todo el cuerpo, en todo el cuerpo.
Podías ser tantos, todos, pero no, algunos cayeron al costado en la revisión ortográfica. Algunos quedaron dudosos, flotando. Otros fueron admitidos en la imagen, pero no era exacto, no precisamente.
Elementos aislados que no pretendo historizar, aún me encuentro engualichada:

Un poncho- un pañuelo de zamba- un baile. No, no quiero ordenar los elementos y lo estoy haciendo. Vuelvo a empezar.

Un abrazo, fuerte, de hombre. Calor, tibieza. Un poncho. Una zamba. Quiero bailar, quiero bailar. Bailo. Mi cabeza se inclina. No caigo. La piel, la piel. El pañuelo.
¿Quién sos? ¿Quién sos?

Me obligo a despertar, idiota, para reconocerte, para hallarte, para encontrarte de este lado del espejo. Y como no te encuentro me angustio, por la plenitud perdida del sueño, por la certeza de que nunca hallaré de este lado esa sensación en la piel, y más adentro.

Duermo de nuevo, siglos más tarde, luego de recorrer toda la ciudad con los sentidos alterados por este vaho en mis pestañas, en mis muñecas, en mis tobillos y sobre todo, acá, en el estómago.
Duermo de nuevo, siglos más tarde, porque la cornisa por la que deambulé sólo tiene un borde, un lugar donde caer, y ahí caigo.

La imagen nítida de nuevo, es otra imagen. Hay piso, hay polvo, hay algo frío en mi espalda, entre mi espalda y el piso. Vos. Te veo, te siento. Sé quién sos y me río, mucho. Porque sé que no sos vos, que llevás esa máscara para que no me asuste, para que no tema perderte cuando despierte. Igual hoy no voy a intentar despertar, estoy demasiado cansada, me quedé más de lo debido entre paréntesis. Allá, aún detrás del vidrio que daba a la cornisa de la cual me arrojé para nadar en este aire-manta, todo tiene puntas, ángulos. Acá, en este aire-manta, en este río-papel, en esta siesta eterna todo son curvas, y pliegues, y pliegues. Yo misma sólo percibo mis pliegues, de piel, siempre de piel. Y vos en mis pliegues, y vos en mi piel.

No sos vos, no sos el que estoy viendo. Intuir eso, porque en este aire-manta nada se sabe y todo se intuye, no me impide saborearte.

Monday, November 26, 2007

De tanta luna llena parecía que estaba a punto de amanecer. Toda la noche estuvo a punto de amanecer.
Hacía frío, un frío inentendible para este noviembre.
Sonia se sentó en un rincón, se abrazó a su abrigo azul. Y esperó... que amaneciera, cuando faltaba tanto aún.
Ahí la música, la gente. Más allá una única nube, pequeña, flotante. Se colgó de la nube, no había necesidad de moverse para ello.
Viajó un rato, mirando todo como desde lejos, desde arriba. No hay densidad, no hay peso.
Sonia bajó con la nube y bailó, desde su rincón.
Toda su piel bajo su abrigo azul crispada de carencia, antigua, tan antigua.

Bruno la miraba, siempre, como desde otra nube, como desde ese otro lugar en donde seguramente ya habría amanecido.
Pero acá no, estaba a punto, pero aún no.

Tuesday, November 20, 2007

Johnny y Dalí

"El litro ha de estar dividido por dentro", sugirió Johnny.
Su maestra le dio el espacio para explayarse.

"Y sí, digo yo, el litro, debe tener sesenta... algo. Pero sesenta"

Johnny habló del tiempo, no podía explicar el salto inductivo que lo llevó desde el reloj a las medidas de capacidad pero allí estaba, casi flotando.
Tic, tac, tic, tac.
Su maestra nunca entendería.
Él quiso decir, pero sólo dejó fluir ese tiempo, que él, quizá sólo él, sabía líquido.
"Dalí, Dalí, Dalí", pensó su erudita y hippie maestra. Pero ella también se hundió en el silencio líquido, de horas que goteaban, porque cómo explicar, cómo decir que sí, que Johnny tenía razón, que había descubierto el secreto.
Pero no era correcto, razón se tiene del lado cúbico de la racionalidad. Entonces Johnny no tenía razón.
Tampoco es posible decir que era incorrecto, porque la corrección es cosa gris y rugosa de la convención, y Dalí, Dalí, Dalí.

Tic, Tac. Las agujas seguían girando y la represa se abría de a poco con cada movimiento de esas agujas.

El litro tiene 60 algo. Las horas tienen algo irremediablemente húmedo. Sobre todo estas horas, que no se secan nunca.

A Dios gracias sonó el timbre, en la hora señalada. El almuerzo, con tomates, haría que todo se borre, como quien echa agua en un cuadro.

Friday, November 16, 2007

Coralina

Dejarme flotar
acariciando el borde
siempre el borde.

Hoy no voy a saltar
está demás decirlo.

Descenderé hasta la idea,
esa que siempre evito.
Acá atrás está la sensación.
No quiero interpretarla
no puedo interpretarla.

Prolongaré un poco el presente
haré que se esfume hacia ese otro tiempo.
Pretenderé que este borde que acaricio
que sé tan cortante
..................................concreto
...................................................hiriente
...................................................................son flecos.

Ella puso su mano derecha abierta sobre su rostro, tapando el respectivo ojo, apoyando la mejilla en el hueco de su palma. Dormir allí, morir allí.
Quiso deshacerse del peso que sobraba, cuando todo sobraba. Quiso ser de aire. Quiso irse.
Ella tanteó esa valija sin animarse a abrirla. Podía enumerar cada elemento que llevaba sin mirarlos. Podía describirlos, escribirlos. No podía sacarlos. Podía tocarlos, pero ¿para qué?

Pensarme, pensarme
como desde fuera.
Mirarme sin ternura
como casi siempre.
Descenderé un rato
a pesar de la lluvia
caminaré con medias
sobre lo inundado
y en el asco
...................y en lo oscuro
............................................sabré lo que ya sabía.

Ella vio las siluetas dibujadas con tiza. Vio los nombres, las cercanías. No pudo horrorizarse de lo previsible.
Ella suspendió el tiempo con un broche. Lo colgó en el patio, para que se secara. Ella miraba al tiempo, cada dos horas, lo miraba dejar caer las gotas una por una.
Ella sabía que el ahogo, que la falta de aire, que el insomnio. Ella sabía que el miedo, que el terror, que el pasado. Ella intentó vomitar ese fatal conocimiento. Siempre queda algo entre los dientes después del vómito.

Tuesday, October 30, 2007

El cartel anunciaba peligro. Podías cortarte con los vidrios rotos. Caminaste igual descalza, para probar, para sentir. Si sangrabas tendrías la seguridad de estar viva.
Reencontrarte con ese dolor tan conocido, casi adictivo, casi de modorra.
Entonces te sentiste impulsada a hablar, a contar, a mentir un poco también. Y hablaste.
Usando palabras raras, tuyas, grandes, oscuras. No querías recojer los vidrios, no querías rearmar el jarrón, tan solo querías probar, un poco más, clavarte esa cuchilla espontánea aún más adentro.

Seguirás el juego, pisando, saltando. ¡Cuánto te gusta probar tu resistencia!
Total después se llora sola. Total después alcohol y curitas. Total después alguna lluvia y la sangre se borrará del piso. Aquí no ha pasado nada.

Thursday, October 25, 2007

"¡Dale, no te inhibas!"dijo él, risueño. Y yo dejé de reír.
Me perdí en la H intermedia.
Costó mil patacones imaginarme deshinibida, pero se pudo.

Paseo exhuberante de candor, por esa indómita cornisa, la de siempre. Recoger azahares del abismo que me abraza, exhumar los restos de ese pasado.
Cuatro incoherencias enhebradas en mi alma, no podrá deshilacharse el pulóver gris de años y resignaciones.

Tu ausencia impregnada, el vacío inherente.
Enhorabuena el hastío recobró sus bríos.

Friday, October 19, 2007

Y se me va todo de las manos, se me cae de los bolsillos, voy perdiendo compostura sin darme cuenta.
Ahí te caíste vos, en esa esquina, te vi caer, pero no pude dejar de caminar, hay una fuerza en mi ombligo que me tironea.
No te enamores por favor... porque si te enamorás no va a ser de mí, eso lo sé, y entonces es de alguien más, y entonces estoy más sola y te me caés y tengo que correr tirada por el ombligo y buscar por otro lado.


Yo sé que el equilibrio es una quimera, ni siquiera eso, es una triste ilusión, una lectura subjetiva, un recorte tendencioso del presente. Yo lo sé, lo sé, te juro que lo sé. Pero igual lo deseo.
Tengo sueño. No quiero salir, pero voy a salir igual. Porque es viernes, porque hay que salir, para continuar con este vértigo que impide la caída. Si hay vértigo aún no caímos. Si deja de haber vértigo hay dolor y moretones.
Tengo sueño. No quiero hacer todo lo que tengo que hacer, y lo voy a hacer igual, porque no podría sobrevivir con la culpa de dejar algo inconcluso.
Tengo sueño. Y no quiero escribir, pero escribo igual. Casi de la misma forma en que no quiero pensar en vos y pienso. AHHHHH, vete, vete, fush, fush. No hay forma de pasar borratinta. El pensamiento, el maldito pensamiento, siempre en indeleble.

Monday, October 15, 2007

¿Ahí te duele?

Darme cuenta
una cachetada fría
ausencia es una palabra demasiado dulce.

Ser letras pegoteadas
no es ser mucho
sería mejor no ser nada.

Quise ser el nombre
de las sonrisas
quise ser caricia
quise ser quise ser
Me hostigás dulcemente
aún necesito que existas.
Necesidad, otra palabra flan.

La voz, la voz
habrá demasiadas ssssss al pronunciarse.
Mejor callar de vez en cuando.

Ahí va pasando mi vida, como si nada. Yo la saludo, como si todo. Ahí voy pasando yo, conmigo a cuestas, no me saludo nada.

Porque lejano te busco
porque ausente te extraño
porque inaccesible te quiero
porque de otra ¿por qué de otra? y no mío.

Ir brillando por ahí, cuando quizás es otra cosa bien distinta la que se desea. Brillar yo para que no me devore esta maldita oscuridad. Pelear, pelear con esta frazada que me consume, que quiere consumirme y no la dejo, y no debo dejarla, y reír, y reír. Como loca río (por no llorar dice el tango). También estoy mareada, pero de tantas otras haches intermedias que hoy no escribiré. Esas mudas malditas que dicen todo desde adentro de la palabra que no quiere pronunciarse.

"Seño, Seño, ¿vamos a escribir un cuento con la hache?" Pobres vástagos, no saben, no saben. Desconocen el peligro de la letra. Dios conserve su inocencia.

Te soñé, ¿sabés? Y no quería soñarte. Desperté y lo recordé. Y no quería recordarlo.
Te soñé, ¿sabés? Y hoy, hoy, es tan difícil.

Tuesday, October 09, 2007

Johnny y las velitas

Era el cumpleaños de Katie. Hacía meses que Katie venía anunciándolo, preparándolo, entusiasmándolos. Todos esperaban ansiosos ese día, incluso Johnny que tiene una forma tan particular y poco clara de estar ansioso.
Johnny pasó toda la mañana del sábado pensando en qué ropa se pondría, cuánto perfume. Imaginaba cada instante clásico de los cumpleaños, los regalos, los juegos, el baile, la torta y las velitas. De algún modo cada cumpleaños al que iba era un poco el suyo, pero no, este era el cumple de Katie y no el suyo, tenía que acordarse, nadie se lo perdonaría de otro modo.
La mamá de Johnny lo llevó cuando el cumpleaños ya estaba empezado, siempre llegaban tarde. A J0hnny le molestaba un poco llegar tarde, pero se había acostumbrado, era tan cotidiano que casi constituía un toque idiosincrático de su organización familiar.
Por eso, por llegar tarde, es que no entendió al principio. Por eso es que tuvo que ir reconstruyendo la historia por partes, como un rompecabezas.
Al entrar recorrió el salón, algo oscuro, algo rojo, algo amarillo, algo sucio, con el paquete enorme del regalo. Buscaba a Katie. Una mano adulta femenina lo detuvo, sería la mamá de Katie, no estaba seguro. Tal vez la mamá, tal vez la animadora... nono, la animadora estaba vestida de Hada multicolor. Entonces la mamá... ¿en zapatillas? nono, sería la niñera, la tía desprolija, alguien que sabía.
"Dejálo por ahí, no te hagas problema, después se lo damos".
Johnny que sólo había visto las zapatillas y la mano femenina dejó el paquete donde se le indicaba y continuó adentrándose en la fiesta. Saludó a sus amigos y preguntó por Katie. Le respondieron de formas vaguísimas. Hombros levantados, manos rascando el mentón, labios inferiores en puchero.

"Creo que se fue".

No podía ser, eso sí que no. Estaría por ahí, pero no podía irse, era SU cumpleaños. La siguió buscando, esperando. No podía prestar atención a los trucos de magia, y de algún modo era mejor así, porque eran tan básicos y aburridos que le habrían molestado.
Luego llegó la hora del baile y él hizo su baile, aquel que consistía en sacudir los brazos hacia arriba y zapatear como le había enseñado su maestra de música. Lo de los brazos lo había inventado él, y le encantaba.
Cuando nada lo veía decidió investigar la desaparición de Katie y se escabullió en el salón de los grandes.

"Se puso muy nerviosa, y no quería, no quería. Alguien le dijo feliz cumpleaños y ella no quiere que le digan nada. La mandé a casa".

Tenían razón. Johnny no podía entenderlo, el cumple de Katie y ella no estaba. ¿Cómo era posible que todos estuvieran tan tranquilos? ¿Por qué las animadoras seguían haciendo juegos? ¿Qué estaban festejando ellos ahí bailando alegres? ¿Cómo su madre, que ahora sabía que no era aquella fémina de zapatillas porque tenía unos zapatos negros de charol puntiagudos, comía un sanguchito de jamón y queso doblado a la mitad, sin atragantarse por la angustia?
Johnny corrió a contar lo que había descubierto. Quiso interrumpir esta farsa. Imaginó pararse frente a todos y decir ya basta, Katie no está, si no está ella nos vamos todos.
Corrió y corrió sin parar. La distancia entre el salón de los grandes y el de baile se le hizo interminable. Con alguien se chocó, ese alguien dijo una palabra fea, muy fea, de esas que sólo había escuchado decir a su abuelo alguna vez. Ese alguien llevaba una torta con velitas. Había que actuar rápido, antes de que llegara, antes de que se apropiaran del cumpleaños por completo.
Corrió, empujó, pero todos alrededor de la torta cantaban: "que los cumplas Katie, que los cumplas feliz". Y luego en inglés, y en alemán, alguien cantó en quechua. Johnny gritaba y empujaba pero nadie ni siquiera lo miraba. Manos descolgadas desde el techo sacaron fotos y los flashes y las velas y la música y los aplausos.

"Soplen todos chicos las velitas".

Y Johnny casi sin querer, casi obligado, pero secretamente contento, también sopló.

Johnny y la debacle III

EL ACTO había quedado como testimonio del martirio. Ya no se hablaría más de eso. De hecho, no se habló más de nada.
Un día su maestra entró en el aula en silencio, escribió en el pizarrón algunas frases y se sentó.
Un codazo, un gesto con las cejas, alguien desde el silencio obligado intentaba decirle algo.
" Está de paro".
Su maestra estaba de paro, completamente sentada. Estar de paro parece ser estar en silencio o no estar por completo. Quizá su amigo estaba de paro detrás de esa luz potente. Quizá su abuelito no estaba en el cielo y estaba de paro. Quizá papá, después de pelearse con mamá, no lo había abandonado, quizá él también estaba de paro.
Estar de paro, además de implicar silencio obligaba a conservar un gesto de suma seriedad en el rostro, como si algo grave hubiera ocurrido.
Johnny no quiso preguntar, sabía que nada le sería contestado, y que en algún punto no quería saber porque saber implicaría estar también él de paro, y estar así, enojado. Y él no quería estar de paro.
El recreo se sucedió de forma normal, en realidad todo se sucedía de forma normal, pero eso era lo más truculento, lo más lúgubre de todo. El aire olía a algo terrible, su maestra en silencio luego de tantos gritos, esta especie de libertad tan dudosa. Seguramente todo duraría bastante poco, Johnny presentía que esto era sólo el ojo de la tormenta. En cualquier momento esta pausa, este silencio, terminaría en catástrofe, en cualquier momento.

Johnny y la debacle II

Después de esa situación incomprensible su maestra nunca volvió a ser la misma.
Ya en el aula comenzó a sobrevolar el fantasma de un evento que se avecinaba... "EL ACTO". Johnny no sabía bién qué era eso, pero estimaba que sería algo terrible. Ahí estaba su maestra, luego de la metamorfosis mencionada, susurrando a gritos frases ininteligibles con otras maestras.
Su maestra entró y cerró la puerta. Todos debían escribir, copiar, todo debía hacerse rápido, la luz se apagaría en cualquier momento y había que estar preparado, para el traslado, para que comience la preparación, la simulación, para EL ACTO.
A Johnny lo llevaron a ese lugar enoooorme, con piso de madera, con un escenario alfombrado en el frente, con cortinas larguísimas. Al principio las luces estaban apagadas y había miedo, Johnny tenía miedo, pero no dijo nada. Las luces se encendieron de golpe, más potentes que ninguna luz que haya conocido antes. Su maestra lo subió al escenario, la luz cegándolo. Hablá, hablá, que se callen todos, que te quedes quieto, no, vos no, vos movéte, no te dije, para allá, para el otro lado, no estudiaste nada. Johnny no podía moverse, ¿quién estaría detras de esa luz? ¿Quién lo observaba? Esa voz entre chillona y sumamente grave, no podía ser la de su tierna maestra. Fue sin duda en ese fatal experimento, alguien se le metió adentro, alguien que ahora manejaba las luces, alguien que quería también su cuerpo y Johnny, Johnny, pobre Johnny.
"Que no te pase como aquella vez, le gritó alguien, no te vayas a hacer pis". Era su amigo, él sabía que era su amigo quién le decía eso, pero no podía verlo, esa luz, esa luz. Nunca más vio a su amigo, malditos, lo habían matado, dónde estaría ahora. Johnny quería llorar, pero no lloró, no lloró. Se aguantó estoicamente, intentó cumplir con esas órdenes incoherentes que se le daban, bailó, cantó, giró. Luego fue llevado de nuevo al aula. La terrible experiencia volvería a repetirse. Una y otra vez, una y otra vez. Hasta que quede filmada en las miles de cámaras digitales. Y volvería a verlo, ya en su casa, para revivir el calvario, una y otra vez, una y otra vez.

Friday, September 28, 2007

La educación afectiva II

Ahí donde hay deseo, hay necesidad y hubo satisfacción. Ironía. Ahí, en ese espacio vacío, en ese preciso hueco, para edificarse como tal, para que yo lo reconozca como vacío, hubo algo, hubo placer, hubo lo que no hay, lo que busco, lo que dudo de tanto buscar que sea placer y que de a ratos se convierte en esta patética costumbre de buscar y buscar y desear y necesitar y saberlo tan distinto y tan igual.

Sí, es bien triste admitir que si soy infeliz es porque supe saborear la felicidad. ¿En qué tiempo ocurrió eso? ¿Acaso en otra vida? ¿Acaso todo yace, Freud mediante, en el limbo del oscuro inconciente?
Yo soy quien reprime el deseo. Si reprimo el deseo no descargo el afecto, si no lo descargo no me satisfago, si no me satisfago...
Pero no es cierto, traslado el afecto (energético queridísimos, no pura ternura, también ira, también angustia, también), armo palabras y oraciones, sublimo, sublimo, y de vez en cuando, de vez en cuando.... shhhhh.

Derivo la energía, la distribuyo, un poco para acá, otro poco para allá, quizá todos los platos puedan continuar girando, si los toco a penas, si no pierdo tiempo. En cuanto se caiga uno caerán todos, porque ya no tendrá sentido seguir la pantomima del nefasto equilibrio.

Si deseo es porque supe ser feliz. Ironía. Ironía. Ironía.

Recordar es el primer paso para olvidar. Pero no viceversa, porque el olvido, el sin querer, ese que una cree que no ocurrió, qué peligroso. Dejarte caer, concientemente, es parte de este aprendizaje. Mirarte caer mientras caés, e irme mirándote mirarme mientras me voy. Trasdadar mi deseo de plenitud a cualquier otro lado sabiendo que uno no desea lo que nunca tuvo. ¿Cuándo, en qué mundo, en qué vida? ¿Acaso pasado presente y futuro se yuxtaponen? ¿Acaso ando deseando lo que tuve en un futuro inventado por qué otro?

¿Qué aprendimos hoy amiguitos? Mucho Profesor Sigmund, mucho. Pero es tanto lo que aprendí, que no me alcanza la piel para llevarlo a la práctica. Y la teoría por sí misma, usted sabe.

Tuesday, September 25, 2007

Una cholula de noche

Gracias Juampi Galimberti, por los city tours en los pasillos de la fama argentos.


A ella, la Cholula, le pareció haberse quedado dormida con la tele encendida. Sí, debió ser eso. Y se soñó adentro, había que agacharse un poco para entrar en el 14 pulgadas de su cuarto.
¿Quién iba a decir que los famosos se quedaban ahí toda la noche? Y ahí estaban, con su vasito de cerveza, ofreciendo fósforitos y chips de jamón y queso. Ahí estaban acercando a sus comisuras risueñas, perfectas, conocidas, esas servilletas de papel. Ahí estaban bailando descontrolados al ritmo del Reggeaton.
La Cholula sabía que si los sentía parientes eran famosos. Ése de allá, estuvo en las telenovelas de Andrea del Boca. Aquel otro con Solita Silveyra. ¿Esa siempre hizo de mala? No, no, alguuuuuna que ooooootra vez hizo de buena.
Trencito, trencito. La Cholula no lo puede creer. Ahora entiende que su inclinación al carnaval carioca le viene de la tele, como le vino siempre todo. La Cholula se queda paralizada, no puede comer, ni moverse, no puede sumarse al trencito, que evidentemente termina en el baño.
La empujan a la Cholula, ¡un famoso! Ese mismo que minutos antes aplaudió, casi casi de pie. Le pide perdón, ella a él, y él a ella, lógico. La Cholula no-lo-puede-creer. Arturo Bonin, no García Satur, le sirvió Coca Light, y a ella casi se le cae el vaso.

Hay que bailar Cholula, para que no se note, hay que mover el bumbumbún, hay que convertir el traste en un bombón asesino, para que no se note lo tonta que estás, si hasta te tiemblan las piernas, Cholula, y ya te olvidaste que estabas dormida. Es que los sueños lindos parecen tan reales, o las cosas reales tan bizarras parecen sueños, mmmmmm, no sé bien.

Saturday, September 22, 2007

primavera de praga

La plaza estaba vacía antes de que llegáramos. Ahí los bancos, como si nada, como si todo.
El cielo estaba completamente despejado. El sol en su lugar.
Y nosotros caminamos, llegamos, nos paramos frente al monumento de la hipocresía y escupimos esas palabras que llevábamos en el pecho.
Pisoteamos el pasto, saltamos sobre las tumbas, escarbamos y nos llevamos de souvenir algo de tierra.

En casa mamá lavaría nuestras camisetas blancas de algodón, manchadas de barro. Ensuciarse hace bien.

Sunday, September 09, 2007

Yo sujeta

BUSCAR, DAR LUGAR CONCIENTE AL DESEO Y BUSCAR
PICA ACÁ, HAY QUE RASCARSE CONTRA ALGUNA PARED
TE MIRO, TE BUSCO, TE ENCUENTRO

TU BOCA, TUS DIENTES, MIS LABIOS
MORDÉS Y ME GUSTA

LA PUERTA, EL MARCO FRÍO
(mi pequeña agenda neurótica en un bolsillo)

las cosas deben hacerse de un modo prolijo
primero lo que se prometió
lo que se debe
medir los riesgos
no apostar de más (no apostar)
cuidarse, limpiar, estar limpia
siempre con esta sonrisa
siempre con esta barrerita
pero
ALCEN LA BARRERA PARA QUE PASE LA FAROLERA .....
ROMPER LA BARRERA
PRENDER EL FAROL
SALUDAR AL CORONEL CUBIERTA POR MI DESNUDEZ
ROBARLE EL SOMBRERO
Y SALIR CORRIENDO

No, no dos y dos son cuatro, cuatro y dos son seis
pensar para no hacer
pensar antes de hacer
y no hacer nada

O HACER TODO.

Si entran cien, acá en la sien.

¿Mucho no? Habrá que borrar algo.

Saturday, September 01, 2007

Si fui alguna vez sólo orificio, sólo vacío, sólo necesidad. Volver a serlo.
Desenmarañar la nostalgia que se arremolina en la tráquea.
No darle tanto espacio, o dárselo todo, el infinito espacio del vacío.
Danzar, danzar, ¿por qué no?

Voy a dejar que mis labios sean callados de nuevo por tu boca.

Tuesday, August 28, 2007

ocurrió el desborde ahí en la orilla de la pollera azul, sin aviso, sin hilacha previa, sin forcejeo, solo un desborde fresco y abundante.
ocurrió el desborde que debía ocurrir, los embalses infinitos también tienen límites.
y los peces nadaron por el aire tanto rato que casi les crecen pulmones.
y ella quiso abrazarse pero tenía ese espacio ya tan ocupado y tan sin nada y no importaba, o no se acordaba y si realmente importaba.
sabía allí abajo, bajo su suela, el vacío oscuro, pero miraba los peces, sus súbitos pulmones verdes, amarillos, de tantos colores. Hoy no quería llorar.

Sunday, August 19, 2007

Las vueltas de Ývanna

Ývanna había nacido allá por el año 1935 en uno de esos pueblitos de Polonia que de tan pequeños y perdidos han olvidado su nombre.

De su infancia guarda el nítido recuerdo de el terror de aquella tarde de otoño en la que se escabullió en el cuarto de su madre y tomó sin permiso su cajita musical. Sabía que con sólo dar cuerda al diminuto mecanismo lateral desataría esa mágica sinfonía, esa danza triunfal de interminables giros.

Ývanna disfrutaba del baile de la pequeña muñequita, casi tan pequeña como ella. Cerraba sus ojos y dejaba que la música monótona y metálica se transforme en magníficos acordes de pianos, trombones, clarinetes y acordeones. Entonces lo decidió, ella quería ser esa pequeña muñequita.

Así, en secreto, porque su madre nunca se lo hubiera permitido, se deslizó hasta la espesura de el bosque gris que rodeaba su casa natal. Allí, cubierta por el manto protector de la maleza comenzó a girar y girar, como si ella misma fuera parte de la cajita de su madre.

Giró y giró y des- cu -brió (shhh, esto es un secreto) que si fijaba la vista en sus pequeñas manos no se mareaba nunca. Miraba cada una de sus uñas llenas de mugre, sacudía sus falanges, y podía continuar girando hasta que el mundo alrededor se transformara en una línea infinita. Y podía continuar girando hasta senti que no era ella quien se movía sino todo lo demás, que ella estaba muy quieta, casi flotando.



Cuando sus padres decidieron trasladarse a Norteamérica por razones que sólo los grandes pueden entender, a ella la envolvió una tristeza profunda, azul oscuro, que sólo comenzó a desteñirse tiempo después. Fue cerca de 1950, fue un jazz cualquiera, porque lo que importaba no era el jazz, ni el joven que bailaba con ella, sino los giros. Ývanna volvió a girar y girar, y miraba sus manos, que ya no eran manos regordetas de niña sino finas manos de mujer. Ahí estaban sus dedos entrelazados con los de Jeremy. Y los giros, y las vueltas, y las manos.

Y sus manos continuaron girando, en rondas infantiles con sus hijos, revolviendo mezclas para pasteles multicolores, limpiando espejos en donde nunca se miraba.
Una mañana en medio del movimiento circular que espantaba una mosca del cereal de su hija menor, detuvo su mano en el aire y quedó atónita. Acercó lentamente la otra, a la misma altura, se apoyó en la ventana para verlas mejor. Recorrió con el dedo índice de la mano derecha los incipientes surcos de la izquierda, y ahí nomás se decidió. Era tiempo de la última vuelta. Volver a Polonia, adentrarse en el bosque, y girar a escondidas, dejando sus manos envejecer lentamente, llenarse de arrugas y detener el tiempo transformando el mundo en esa línea, en esa línea.

Thursday, August 16, 2007

Johnny y la debacle

CAPÍTULO 1

Johnny no supo bien por qué pero su maestra de buenas a primeras comenzó a gritarle frases descabelladas, órdenes encontradas que referían a moverse hacia algún lado.
Haciendo memoria Johnny llegó a la conclusión de que todo comenzó esa tarde, que por equivocación se aproximó al laboratorio y abrió la puerta. Allí la vio a su maestra arrojada en el suelo siendo fotografiada.
Con un gesto desaprobatorio otras manos docentes lo instaron a retirarse, pero él quedó petrificado ahí mismo, junto a la puerta, con la mirada fija en su maestra quien finalmente se levantó y se acercó a explicarle que no se asuste, que no pasaba nada, que estaban haciendo un experimento.
Johnny se fue, porque supo que debía irse, pero ese recreo no lo compartió con nadie más que con esa imagen que se imprimió en su mente. Su maestra ahí, ¿por qué? ¿qué clase de experimento infame estaban realizando con su maestra? ¿por qué él debía retirarse?

Hoy, una vez consumada la fatídica transformación, comprende, asume que ese experimento en aparencia inocente era el inicio de la debacle.

Tuesday, August 07, 2007

punto y coma

Y te me escapás constantemente, tanto que vuelvo a buscarte aún sabiendo de antemano que lograrás escabullirte.
Esa única certeza del piso, ahí, cuando se caiga. Aunque sería bien hermoso caer, y caer, y caer, casi como Alicia. Pero uff, aún ella llegó.
Y caer y caer, y ver pasar las mismas imágenes una y otra vez, cada vez que la secuencia termina y vuelve a comenzar.
Caer y caer, como caigo aún sabiendo de antemano que dejaré de caer en algún momento.
Dejarme caer en tu búsqueda quizá sólo por esa triste única certeza.

Thursday, August 02, 2007

La educación afectiva (cursi, qué más)

Aprenderás a abrazar
cuando se pueda
aprenderás luego a desprenderte.

Aprenderás a querer
sin restricciones
y aprenderás, si aún no lo aprendiste
que no siempre te quieren

Aprenderás a decir
todo todo
aprenderás a callar
más de la cuenta
y aunque te cueste
aprenderás a ser desoída
como corresponde,
con dignidad mapuche

Aprenderás el valor de la palabra
aprenderás el calor de la caricia
descubrirás con exactitud
lo que necesitas
y desde ahí... el vacío

Y no aceptarás menos que eso
aunque te duela un abismo
aunque se pierda el encanto
de la espera finita
aunque te pierdas deseando
y te desees perdida.

Aprenderás entonces
si es que sobrevives
a estar viva.
Sonia aprendió a abrazar, Bruno tuvo mucho que ver en ese aprendizaje.

Sonia al principio cerraba fuerte los ojos, contaba los segundos, contenía la respiración y palmoteaba rítmicamente el la espalda del abrazado, hasta que termine.

El suplicio era tal que prefería no nombrarlo.

La tortura comenzaba en la panza, como comienzan todas las torturas, por dentro, cuando se siente la seguridad de la amenaza ahí entre los ojos. Comenzaba con esas ganas, esa necesidad. Pensarla cursi era una salida de emergencia. Por qué abrazar en el mundo globalizado. Pero ella quería eso, ahí, en el esófago, dónde se expresan las ganas. Luego ese adelantarse y retrodecer, imperceptible, con las manos en los bolsillos, y quizá sí, pero quizá no, nunca pedirlo, nunca pedirlo. Bruno la abrazó a la fuerza, de golpe, y ella no tuvo más que sacar sus manos de los bolsillos y palmotearle el hombro.

El miedo era tan claro, lo de siempre vio? el rechazo y esas pequeñeces que se vuelven grandes en el silencio incómodo de quien piensa y repiensa.

Hasta que nos tape la mierda

Acumular cajas y bolsas de polietileno. Permitir a los hongos proliferar como enredaderas en los azulejos. No preguntar, no mover nada. Que no se agite el polvo y crezca y crezca el médano sutil. Hasta que nos tape la mierda.

Monday, July 30, 2007

Porteña (asumirme)

Misteriosa Buenos Aires
esos subterfugios de arte
esa belleza escondida

Bajo el empedrado,
tu mundo oculto
que se escabulle
que de vez en cuando gotea
hacia arriba
como sólo vos podés gotear.

Y mientras tanto
mientras el tiempo
....................................... y la amenaza
mientras la añoranza
..................................... en tono casi balinés
mientras el peligro
....................................... de la coerción fantasmal y extraeconómica
Nosotros
.................esa resistencia intersticial creativa
.................esa porteña noción de los límites y espacios
.................esa necesidad imperiosa de salir, de buscar, de irse, de irse, a cualquier lado, de volver con la frente florecida.
................esa tendencia ineludible que te empuja al refugio subterráneo, al cordón que no se ata, a dar vueltas sin teleologías.
................ esa urgencia innombrable de decir, de no callarse, de pintar paredes y baldosas.

Y mientras tanto vos, misteriosa Buenos Aires,
nos cubrís con tu manto de piedad
y nos dejás dormir tantas borracheras,
y nos dejás soñarnos, soñarte.

Tuesday, July 24, 2007

Un no filial

Las distintas voces confundidas
la tele, los nombres, los rostros borrosos
Será tarde cuando se comience la partida

Una sola urgencia
que no se nombra
una sola carencia
que se disfraza

Mirar las historias
mirarlas desde lejos
lo suficientemente cerca para percibir detalles
lo suficientemente cerca para que no , que no.

No como una condición
ante el abismo
no como un credo
que se resigna
No como ese estilo
literario y vital
no, que se camufla, que se camufla.

Bucear en la hondura
de ese sueño
lo suficientemente pronto
para que no se borre
lo suficientemente pronto
para que no se quede.

Esos símbolos, esa imagen.
Fue un auto destruido y el llanto de mi padre
no sirvieron las palabras cuando la angustia era mía
asumir que se eligió quedarse a salvo.

Saturday, July 21, 2007

bañera, agua, bañera

Esa cortina de plástico blanco entre el mundo y mi persona. No hay asfixia por ahora. No hay dolor aún.
Me sentaré en la bañera a esperar como quien espera. La cortina ahí, rodeando mi rodilla.
Que caiga el agua es una circunstancia. A mi alrededor se va acumulando de a poco, de a poco.
Puede que se desborde, puede que se inunde.
La cortina no hará más que impedir mi paso. Y no será necesario tal impedimento. No voy a ningún lado.
Quizá cuando esté todo cubierto de agua, salga flotando, flotando, como quien flota.

Thursday, July 12, 2007

Sonia ida y vuelta

Toda la sangre que salió de mí.
Y tuve aún fuerza, y tiempo, sobre todo tiempo, para ponerme esa media blanca.
Los límites borrados, la sorpresiva inexistencia y mis manos así, como crispadas, pero sorprendidas en realidad creyendo sostener algo y allí, nunca hubo nada.

Esa fatídica necesidad sin nombre. Es mejor pensar esto que nombrarte angustia, soledad, miedo.

El bálsamo de las frazadas esdrújulas para esta ola polar que ojalá ahogara y llevara para adentro como el mar.

Sonia se supo muerta. No podría decirlo.
Ya ni el recuerdo de Bruno era suficiente para simularla viva.
Ahí, frente a ella, esa inexistencia cálida y efímera. No comprender las palabras que barrenan esta ola gélida.

No cogerás, no cogerás. El mandato supremo que orienta hacia una seguridad onírica. Sonia no digas lo que escribiste, no escribas lo que dices. Es duro, es inalcanzable el dolor ajeno.
Estás tan en el lugar de siempre que desgraciadamente es demasiado lejos como para que alguien vaya a buscarte. Y este punto demoró tanto que ese demasiado lejos para pasó por un vaya a abrazarte, te escuche, te alcance, etc.
Antes de irte, cuando por fin te vayas, no irás a ningún lado, no mientas, donde vas no hay esperas.La constante cercanía del todo o la inefable eternidad en esa nada lejana. Capitalismo o comunismo. La muerte al fin.
Sonia está muerta. Saber eso fue devastador.

Volvió luego de esa solemnidad húmeda, al inicio, a rendir homenaje a ese cúmulo de placer que se constituyó en acusación. Delató su vértigo, su abismo. Esa oscuridad a cuestas, que ya ni se mira.
Le puso enfrente todo su humo. Y Sonia lloró, de nuevo.

Tuesday, July 10, 2007

El silencio incómodo
la revisión retrospectiva
orden y progreso
no, sólo orden

La tan esperada An
La tan conocida gustia

Revolver esos papeles
para que no se peguen a la olla

Y después, siempre el después. Esa oscura medianera entre la posibilidad y ese algo parecido al arrepentimiento de lo correcto.
Padecer el sueño, la necesidad del sueño, para hacer de cuenta que, creer, de veras creer que. Porque cuando el absurdo supera sus propias expectativas es necesaria una cura de sueño. Dormiré veinticuatro o treinta y dos horas, recorreré este dolor acá en el esófago, para entenderlo, para aceptarlo. Y cuando te abrace y me despida, casi imperceptible, cubierta por el velo del sueño, no me beses, no me quieras, otra vez me estaré yendo.

Caer torpemente en la rima, abandonarse a la cursilería de lo previsto.

¿Qué significa este despilfarro obseno de emociones? ¿Hacia dónde se dirigen esas ratas mugrientas que suponían traer la muerte, la ansiada muerte, a estos pagos?Hay que seguir a las ratas, ellas siempre conocen la salida.

Sunday, July 01, 2007

(ninguno)

Tantas horas.
Ahí está esa imagen.
Un escritorio caoba tan grande.
Esperar un turno que nunca llega.
Esa fecha funesta.

La lluvia que va ocupando cada habitación.
Refugiar la ropa bajo la mesa, sobre la mesa, en ningún lado.
No refugiarse una porque para qué.

Tuesday, June 26, 2007

achus

De distraída nomás, no sólo perdí un estornudo, sino también un bostezo.
Ahora llevo a cuestas este enorme vacío.
Creo que me resultará imposible recuperarme de esta pérdida.

Friday, June 22, 2007

y se acercaban a mí tus imágenes en tres dimensiones como los carteles de neón en las películas viejas, en esas escenas de soledad y desamparo, con hombres recorriendo algo que podría ser la calle Corrientes, o no, pero buscando, buscando.
Atino a decir que quizá ahora estoy viendo más de lo que debería.
Tengo miedo.
Todo el círculo parece cerrarse perfecto. Y la perfección siempre es terrorífica.
Hay monedas tiradas en el suelo. Y pienso que eso también está hablando.
De Kundera a Foucault, en un viaje casi exacto.
El eterno retorno. Será eso quizá.

Wednesday, June 20, 2007

Relecturas

Ahí está, en muchos lados porque quise fotocopiarlo, también en las páginas de ese libro enorme, esa edición maravillosa de colección. Ahí está, pero más aún está acá, en esta realidad inverosímil, tan cercana a una ficción innombrable.

Ojos de perro azul. ¿Te acordás? Quizá ya no recuerdes.

Esa primera sensación visceral, ese frío, esa certeza de eternidad. Seguirá conmigo al amanecer, y aún después. Como sigue ahora, que releo sin hojas, que releo tantas otras cosas.

Esta mismísima hoja que leés, que no leés porque no existe, que no leés porque no existís y te invento. Releer, recrear, repensar.



Huyo tantas veces de la tentación de lo contemporáneo. Busco de formas tan barrocas escapar de mi finitud. Evado las circunstancias, el hecho de que estoy acá, si es que estoy realmente acá como dudaré más adelante, por el formato, cosa insípida si las hay. Y lo que fuera otrora un experimento se convierte como todo en obsesión. Y ahora que releo, como releeré todo esto y solo esto, porque estoy en contra de releerme (aunque sepa que es una gran mentira), pienso que debería haber aceptado ese papel en la obra Dr. Jekylll, si bien desnuda, si bien bañera, si bien todo el circo, por algo era.



Floto, como se debe flotar, y me hundo hasta esas mismísimas palabras que me acercaron a vos. Las mismas, vuelvo a quedar anclada en las mismas frases.

Se desata de pronto, del modo más sublime, la armonía gloriosa que atenta contra el libre albedrío. Ese destino supuesto, escrito para ser decodificado.
Todo tiene sentido, todo se conecta cuando lo leo.
Y no es lo que leo sino yo que al leer produzco un espacio Bajtiniano nuevo, propio. ¿Ves? Acá todo tiene sentido. Eso que dijiste, que recuerdo, eso que leí, que recuerdo, eso que escribí, que recuerdo. Y en realidad no sé si soy yo la que recuerdo, o vos que escribís acerca de mí recordando.
Siempre es bueno dudar de todo, entonces me hundo en ese ad infinitum circular y dudo de esto.
Mis ojos (que no son azules) son como esponjas. Y ahora desearía encontrar una metáfora más específica y menos burda.
Ahí estoy yo, o la que creo ser yo, en el colectivo. Sólo si bajo los párpados dejo de absorber esa realidad que se pega instantáneamente en la contratapa de mi cabeza. Esa realidad que creo real, que creo absorber o leer, que creo ser yo.

Ojos de perro azul, te busco constantemente cada mañana y cada tarde. Luego no quiero dormir para no despertar. ¿Quién está soñando? Soy yo la que sueño. Sos vos quién me soñás. Nos encontramos ambos en esta sopa tibia que creamos nosotros mismos, y dio la casualidad (no creo en esto) de que es la misma sopa, y la misma taza...

Dónde habré dejado ese papel en el que anoté esas ideas. Tal vez sea mejor. Nada era claro. Había una angustia obesa sentada cómoda en un renglón. Había juegos de palabras envueltas para regalo.
El lenguaje, ese cúmulo de experiencias pasadas, ese compendio impreciso de sensaciones que no alcanza. Y no habrá gestos porque estas palabras que no son suficientes me dan a entender cada vez con mayor claridad que no hubo tales experiencias pasadas, que lo que creo que absorben mis ojos, más bien lo escupen. O será quizá que mis ojos absorben estas mismísimas palabras, que no son mías, que son tuyas. O que vos me pensás absorbiendo esta realidad inventada. O que te pienso pensándome. Ad infinitum, ad infinitum.

Ojos de perro azul, no recordás mi nombre. Mi ausencia no puede sorprenderte porque no es real. Soy una lagaña mentirosa que cayó en tu lavatorio.
Pero quiero hablarte, y decirte, y gritarte. La palabra nos posiciona, nos muestra vivos. Y quiero creer que estoy viva. Quiero pensarte leyendo, te invento ahí nomás, detrás de esta estúpida máquina (sí, sé que no es esta misma, o quizá sí) absorbiendo con tus esponjas mis palabras que no dicen nada, porque no son mías, porque en realidad no soy yo la que escribo sino vos, (entonces sí es la misma máquina) que me inventás leyéndote y escribiéndote, y shhh queriéndote.

Una serpiente que se come la cola desaparece.

Friday, June 15, 2007

All the fog- la ciudad de la niebla

Siempre ocurre en un viaje largo, siempre en colectivo, siempre un día frío. Ahí está, ese brevísimo instante en el cual el pensamiento se desliza hacia esa abertura ínfima, como una pieza de encastre, y por ese brevísimo instante mencionado, se comprende algo. Luego se dejará caer el rompecabezas, o la escultura de Legos, se guardarán todas las piezas prolijamente y por separado, sin recordar bien, pero recordando, sin otro registro que esa sensación de certeza en la espalda.
La certeza en sí irá diluyéndose de a poco, hasta la inexistencia microscópica, como comprendí en ese mismo viaje que hago y dejo deslizar todas las cosas.
El perro que camina hacia atrás, la súbita desaparición sin aviso, y tantas otras cosas, oh pieza encastrada, están relacionadas.
Yo en esta casa, a pesar del colectivo, abriendo y cerrando todas las puertas, para que crean que pueden irse, para que no se vayan. Y se deslizan, porque yo los obligo, por alguna grieta, se deslizan como esta certeza.

Afuera no se ve nada. El vidrio está cubierto por esa cortina poetizada de aliento desconocido. Afuera no se ve nada, quizá no haya nada para ver.

Ella se desliza como sus piezas, por entre el tumulto de gente, esquiva torres grises, ella está afuera, afuera no se ve nada. La niebla la recubre, la traslada, ella sigue aún saboreando, acariciando esa pieza entre sus dedos.
Así debía suceder, el silencio, el silencio acumulado, el silencio y el tiempo. El final puede ser un ritual Balinés. Ella lo sabía.

Su nombre, eso debía recordar, su nombre. Aunque el deslizamiento, aunque el orden posterior, aunque la niebla.

Me refugié en un café, afuera no se ve nada. La taza es grande y espumosa, no me gusta la espuma. La llevo a mi boca en cucharadas místicas, pero no me gusta. No hay nada allí, como no hubo nada aquí, y esta pieza entre mis dedos gélidos dice un poco eso, y esta pieza en realidad no existe, y es esta la certeza, pero no hay que decirlo tan claro, porque se caerá, se deslizará hasta la espalda. Como te deslizaste vos esa noche, y te deslizas ahora, pero en una entidad completamente distinta.
Jugaré con la posibilidad de dedidir dónde tirar la pieza entre mis dedos, pero íntimamente, y esa es una de las sensaciones en mi espalda, sé que no habrá un punto conciente, que simplemente caerá y yo no notaré su caída, sino tiempo después, sólo tiempo después, un recuerdo vago de una ausencia sin nombre, prolongada, contínua. Entonces la certeza que llevo, es guiada por una certeza que tuve y ya no tengo. Pero como la voy perdiendo, por el camino, (¿cuál camino si no se ve nada?), al reconstruirlas luego me vuelvo a sorprender y vuelvo a creer que esta vez, esta vez, como creí que con vos, esta vez, esta vez.

Afuera no se ve nada, y ella sale de nuevo al frío de lanas y poliésteres. La espuma en la boca, donde estuvieron sus besos que ya no, y lo sabe, pero no puede decirlo.
Le cuesta parpadear, pero hay que hacerlo. Sabe que perderá la pieza, y no quiere, no quiere.
Afuera, y ella está ahí afuera, no se ve nada. Nadie puede verla, ella no puede verse. Ella es en realidad la que se adentra en la espuma que no es de su boca, ni de su boca, que es de las fauces del dragón dormido, que ojalá despertara porque el fuego y la idea evidente. Pero el dragón duerme, y la bruma la subsume. Y ella se deja devorar, deja caer la pieza, deja del lado de la luz, como dejó en la mesa de noche de su amante, todos los indicios de que no se ha ido. Pero sí.

Así se cae la pieza, como siempre, y me quedo con el vacío en la palma de la mano. Y diré que me faltás vos, que te fuiste, como se van todos, y se va el tiempo, y las piezas se caen de mis manos. Pero acá detrás, en ese espacio que no tiene verbos ni sustantivos, sabré, sabré.

Thursday, June 07, 2007

Dear June

Esa superficie fría y oscura.
Esa sopa gélida que es el aire.
Esa cama tan lejos.
Esos párpados que caen y caen.
Ese flujo interminable de pensamientos que comienzan con primero tengo que, primero tengo que.
Ese no comenzar nunca.
Ese calambre en lugares irreconocibles.
Esa vaga esperanza informe.
Eso que ya no es tristeza sino algo muchísimo peor que ni me animo a nombrar.
Ese abrazo impedido por el abrigo.
Esos párpados que caen y caen.
Ese sueño imperturbable en el colectivo.
Ese instante exacto, ese exacto vaivén.
Esa mismísima nada recurrente.
Ese sabor ácido conocido.
Esa herrumbre estomacal.
Esa necesidad de tantas cosas puntuales
Esa súbita transformación de la misma en
esa urgencia solemne de un todo ajeno.
Ese tren subterráneo que va y va, y va.
Esa presencia en el asiento contiguo
cuando los ojos inmóviles de urbanidad se ciegan.
Y aún ciega, te intuyo.

Wednesday, May 30, 2007

Traducción de la pared

Que pueda,
Gloriosa muerte,
hundirme en tus brazos
sin más postergaciones
¡Oh dulce esperanza!

Que nadie encuentre mi cuerpo
que nadie me nombre
que tu abrazo provoque
la súbita inexistencia
que subsume todo tiempo pasado y fut.....

Y no despertar
entregar la última palabra
en un papel blaco, blanco
que logre sumergirme
en esa otra nada.

Tan distinta a esta nada
de lágrimas
que nacen sepradas
y luego de enfriarse
se unen tas mi cuello
horrible horca.

La impostergable demencia, escondida bajo la mugre, bajo esos mile de cabellos ovillados en la alfombra.

No alcanzarán paredes
para calmar mi hastío
esta epidemia de mí misma.

Deshacerme
efervecente
y ser tragada.

Mil perfumes confundidos
una piel escamosa
quesevacayendo,quesevacayendo.
Luciré mis huesos
al calor de un sol
lejano
queseapaga,queseapaga.

..........................................................................................NO HAY MÁS QUE AQUÍ

la máscara estará colgada de la puerta siempre impecable, siempre lista.
la debilidad es sonrisa para no encender la alarma. Nadie debe molestarse cuando me vaya.

La ira es siempre movimiento.
...............................El movimiento es vida.
...Ira, no te dejaré entrar.
...................................................FIBRAS_HOJAS_AMARILLASENOTOÑO
....................................................ESA NIÑA QUE TE PARTE EL ALMA.

Tus labios,
si supieran los míos nombrar el MIEDO (M-I-E-D-O)
tal vez tus labios no son más que otra ilusión.

Dejarse caer
...........como quien se deja caer
..................................................C
.....................................................A
..........................................................E
..............................................................R

Saturday, May 19, 2007

Moho

El nudo, el nudo
ganas de no estar.
pasarán las gotas
de ese tiempo mohoso
y persistirá aún
la sensación de hartazgo
detrás de la nuca.

El temblor que previene
la caída de las horas
abriga los miembros
de los deshauciados.
Y ahora que tiemblas
como nunca antes,
aparentas los bordes
parcialmente definidos,
los contornos borrados
de tu inseguridad.

Esos ojos malditos
Los tuyos
que me vieron.

La palabra que no debió ser dicha, fue puesta en el papel sin contornos anteriormente mencionados. Desgraciadamente se sonrió, se creyó, se quiso creer. Desgraciadamente fue dicha la palabra, pero la dicha, la dicha, no se hizo presente. Jugar con las palabras, que se dicen y no, es tan sencillo. Cuando las palabras juegan con uno comienza la muerte.

La mano decrépita
sobre tu hombro izquierdo.
La muerte que te acaricia
que te atrae
que te llama.
Las manchas oscuras
los dedos en huesos.
El frío, el frío
bajando por tu espalda.

El muro cubierto
de extrañas inscripciones.
La sangre derramada
sin nombre, sin rostro.
El estómago atento
a las circunstancias.
No habrá ocasión
digna de llanto.

Esa boca, esa maldita boca.

que dice palabras, que dice silencios, que besa, que no besa, que come y escupe, que se cierra y se abre, que calla demasiado, que habla tonterías, que grita, que muerde, que existe.

No se sabrá nunca
si valió la pena.
Se sospechará que no
o que sí, que es lo mismo.
No se sabrá nunca
si pudo hacerse algo
si había opciones.... opciones...opciones....opciones.

Elegir el sueño
por sobre la vigilia
donde soy y no soy
donde me desplazo
como flotando
cerca del suelo
donde te veo y me ves
donde te toco y me quedo
donde te abrazo y si lloro
lloro y despierto.
Elegir el sueño
sin elegirte.

La costumbre, la maldita costumbre.
Y el deseo desesperante
que clama que esta angustia perenne
no sea cierta.

No hay ya preguntas, solo un vacío amargo y la terrible certeza del desvanecimiento paulatino. Mañana un poco, y otro poco después. Limpiarme, limpiarme. Hacia allí, donde siempre. Volver al abrigo, correr y zambullirme, flotar sin moverme, cubierta, cubierta. Maldita certeza, que de tan cierta, la cuestiono, dudo de ella, y al dudar, vuelvo a creer que quizá no sea cierta, vuelvo a equivocarme, y por supuesto, a sufrir.

Friday, May 11, 2007

Little Johnny is growing up. Poor Johnny

Johnny se repetía una y otra vez que no era a él que le hablaban. Pero no llegaba a comprenderlo del todo.
Ahí iba de nuevo, ante el "alguien puede traerme...." siempre Johnny.
No, no es a vos chiquito que te están hablando. Quedáte quieto, asumí el silencio, no levantes la mano para opinar de lo que no te importa sólo para no incomodar al sujeto del micrófono o de la batuta.

Ay Dios, querido Johnny, la vida podría resultarte tanto más simple si la dejaras pasar. No hay que aplaudir los espectáculos que te repugnan, no hay que quedarse sentado hasta el final por respeto, a veces, y esto te lo digo palmeándote el hombro porque sé que te va a doler, la mayoría de las veces, no importa lo que hagas, o que existas.

Sí, entiendo tu súbito palidecimiento, también comprendo tu silencio en los ojos. Ahora no me estás escuchando y deambulás por esos oscuros pasillos adentro tuyo cuestionándote esta necesidad de ser necesitado que te lleva a sentirte responsable de satisfacer cualquier necesidad que surja. Te espero hasta que vuelvas.

(Tarareo mientras tanto un tanguito para hacer tiempo)

Ahora que volviste te sigo diciendo, no todo tiene que ver con vos. Ahora quiero decirte otra cosa. No creas en eso de lo cósmico, del mensaje constante. A veces la vida pasa sin querer decir nada, a veces está bien seguir camino sin aprender. Con esa terrible manía que tenés de personalizar todas las situaciones, de hacerte cargo, ahí estás, bajo un peso inentendible, cuando sería más simple dejarte caer, escuchar la música que pone la vecina de arriba y no pensar.
Johnny, tu tiempo, y en esto aún no me animo a generalizar, es cíclico. Mayo, mayo, mayo, no se notan las diferencias de cosechas. Podrías ser cuidadoso y revisar tus anotaciones y darte cuenta de que sobredimensionás tanto cada situación, con el afán de renarrarlas, que .... no sé cómo decírtelo así que te lo digo así, te jodés la vida.

Jonny, Johnny, nadie te mira la mayor parte del tiempo, nadie mira a nadie en general. Y está bien, porque cada uno se mira a sí mismo, de algún modo insólito. Será el postmodernismo, será el fucking capitalismo, será culpa de Bush, como todo, pero es así, sin importar la causa.

No intentes interpretar tus propias palabras siquiera, no serías objetivo. Dejalo ser, pero en serio. Dejalo ser. Eso, que no es nada, va a suceder con o sin vos. La nada sucede, ocurre sin mediación, y la nada es el único absoluto, la única certeza. Dejate caer en la masa informe, en la incompletitud. Permití que suceda y no creas, sobre todo no creas, que debés hacer algo. Quedate sentado que nadie va a darse cuenta de que te dormiste un rato. Y al final decidí si querés aplaudir, para pasar desapercibido, o para que te noten como público atento.

Wednesday, May 09, 2007

Sangre membrillo

El dulce de membrillo que corría por sus venas le dificultaba la motricidad.
Decidió, pues, descansar en aquel banco verde inclinado.
Abría y cerraba sus puños, casi como un autómata. Las uñas ennegrecidas demasiado largas impedían cerrarlo por completo.
El banco estaba inclinado, pero quieto.
Un viento frío golpeaba su nuca desnuda. ¡Cómo deseaba tener una bufanda!
El servicio meteorológico no sirve para nada, pero qué hermosa fotografía de una tormenta eléctrica había podido disfrutar, mientras se abrigaba con casi nada, casi todo, para salir a sufrir.
Un café, un café, un café, cuántos van.
Mejor despegarse del banco, mejor seguir caminando.
Ya estuvo bien de café, igual el sueño es mucho.
Mejor seguir caminando.
El dulce de membrillo, ahí en las venas, demasiado frío, casi congelado. ¿Por qué esta condena de carecer de sangre líquida? Quizá con el viento helado sería algo parecido, pero sería sangre, sangre, no esta maldita dulzura diabética que atraía a tantas moscas a su alrededor con cada pequeño corte insignificante.
Las uñas negras, las uñas negras, será el café seguramente.

Los hombres que tienen sangre de membrillo no parpadean, nunca, ¡si lo sabré yo! Lo que sucede es que en general uno no se fija en eso. Demasiado pendiente está de otras cosas para fijarse en el parpadeo, a menos que moleste por exceso. La carencia de apertura y cierre de párpados no llama la atención. Como casi todas las carencias. La opulencia, lo mucho sí llama la atención, interviene con lo preestablecido, supera el techo, y, ergo, molesta. Lo poco, lo que está casi por debajo del suelo, se oculta.

Cuando sopla el viento frío, como soplaba esa tarde, la carencia de parpadeo es realmente una complicación. Ojalá que llueva, (como diría Rodrigo) pero para mojarle los ojos. Chiquita se le volvió la pupila, de tanta luz sin nubes.

Igualmente ahí estaba la solución, como siempre al alcance de la mano. Y era más bien al revés, la mano debía alcanzar al ojo, uñas ennegrecidas mediante, y arrancarlo prolijamente.
Entonces se evacuaría el membrillo, como un torrente. Podrían decorarse facturas o terminar pastafrolas. Podría entonces caminar más ligero, chocándose claro está con cada obstáculo. Podría también, seguir así, como hasta ahora.

Tuesday, May 01, 2007

Llamar al Shamán

(El largo camino de la Ayahuasca)


Volver al valle,
que tus manos, vuelvan a recorrerme.
Que me cures, que me deje curar.

Que tus brujerías me lleven
de esta soledad insólita, indómita.
Que atravieses mis muros
de alquitrán.

Volver al vómito
como una adicción.
Y me salvarás
de mis propias resacas.

Desafiarás las fronteras
de mi entendimiento.
Estarás ahí, estarás ahí.

Me cansaré de esto,
no tendré más fuerzas.
Para seguir pretendiendo
que vivo, que voy.

Cuando me caiga y duela
veré el bosque oscuro,
como lo veo ahora,
y aunque siga caminando
en cualquier dirección,
te sabré en algún lugar
y no me asfixiaré con mi noche,
no moriré, no moriré,
no me dejarás morir.

Fumarás mis temores,
escupirás mi infancia,
enterrarás bajo mil piedras
todas mis heridas.

Seré yo la ofrenda
de mi propio sacrificio,
vos oficiarás el rito
de mi curación.

Y si muero,
si muero.
Llevame.

Que escriban en vez varias oraciones un textito corto

Vi su boca que no era la mía, y no necesité música para escribir mi angustia.

Vi las fechas impresas, el tiempo determinado.

Vi los márgenes estrictos.

Me descubrí lejana.

Te vi enmascarado de niebla, como queriendo verme así, a la deriva.

Te vi disimulando la falta de vértigo, frente a los moretones de mi última caída.

Te presentí como otra muerte que confundí con vida.

Te confundí con aromas impregnados antaño en mi cuerpo, con caricias escasas que no fueron tuyas nunca, ni tampoco mías.

Aceptar el nuevo estímulo, lo visual, lo verbal.

Restringir lo táctil que se vivió, lo olfativo que no olvido.

No gustarte jamás, no gustarte (no oírte, no olerte, no tocarte)
Verte ajeno, propio de tantas otras y no mío.

Convertirme en ausencia, en un mientras tanto.

Desmentir la nostalgia de lo que nunca se tuvo.

Despedirte de una vez por todas, como se esperaba.

Quizá ahora sí se requiera esa música para ocultar el llanto.

Vaho

Crece el flequillo y tapa los ojos.
El ciclo se reinicia inmutable.
Estornudar es un alivio,
cuando la nada te envuelve.
Tengo tan cerrados los oídos
que la casualidad se oscurece.

Mientras se pueda
respirar,
respiraré.
Poco a poco el agua
llegará sin llevarme
a ningún lado.

La mugre por doquier
reaparece constante..................constante.
Sólo ella constante................constante.

Malditas las recurrencias,
los espacios imitados.
Malditas las coincidencias
estas historias inenarrables
y reiteradas.

Las cruces colgarán de tu pared
aún cuando te hayas ido.

Ese vacío te espera
en un punto secreto del mapa.

No habrá necesidad de empacar swéteres.
Todo será un vaho inconsistente en ese vacío tedioso que te aguarda.

Pediste auxilio,
por última vez,
a quien no correspondía.
Allí quedó tu botella,
arrojada al mar,
con restos de vino.

Escapa cuando creas
que entendiste todo.
La vorágine insólita
se desatará
en cuanto parpadees.
Sólo quedará el agua turbia
en tu garganta.
No podrás gritar entonces.

Debería arrancar el mes del calendario (estará húmedo y tibio), permitir al tiempo seguir su curso, su cauce, y yo con él.
El tiempo
.................la nada
..............................la angustia,
.................................................la muerte,
...................................................................y la terrible certeza......................del desamparo.

Siempre estará allí
esa amarga melodía
para recordarte que..... eso mismo, precisamente E-S-O.

Hoy no quiero nombrarte.

Friday, April 27, 2007

bum

Cuando menos lo esperabas
aún cuando siempre esperás todo
se deslizó lentamente hacia la nada.
Desapareció de allí, sin dejar huella.
Se hundió en la penumbra irreconocible
del nunca más.

Cuando desprevenida pensaste
que quizá, quizá, quizá...
se te respondió rotundamente
.....................................................

Donde se desespera amiga, se encuentra una piedra. Te pesará en la vescícula, será mejor extirparla. Sufrirás horrores, llorarás olvidos, creerás que esta vez, como siempre. Para que recomience el ciclo, la regresión ad infinitum, la catástrofe predicha.

Big bang, big bang. Nada volverá al inicio y, aún sin que lo notes, no habrá ya un estallido, simplemente se dispersará tanto, tanto la materia, que alrededor de cada átomo podrá decirse, arbitrariamente y por convención, que sólo hay vacío.

Sunday, April 22, 2007

Preludio para la nada

Dejaré escapar el tiempo
sin suspiros.

Recuerdo encontrarme tranquila
recuerdo la efímera duración de la paz.

Decir que tus manos son un bálsamo
es tan predecible.
Digo entonces que tus manos son
ahora una nube de humo.

En el grito eterno
de la noche húmeda
tu cuerpo no recorrerá
ningún laberinto.
Ya no hay puertas que descifrar.
Hay canciones escondidas
y tan pocas ganas de cantarlas.

No cuestiones mis ojos,
están ahí para cegarse
cuando el tiempo se haya ido.
No cuestiones mis labios,
están ahí aguardando el mutismo
que despertará el invierno.

Volver a tu refugio
a tu instantaneidad súbita.
Volver a quedarme en vos
por quedarme en algún lado.

No te lastimaré con mi existencia
no quiero estar ahí cuando me llores.
No volveré a buscarte
No volveré a verte
No repetiré, aunque se escapen,
las palabras de la condena genética.

Rodeo la nada
como tantas veces
me acerco a su centro
sin pronunciarlo.
El vacío inasible
de la ausencia
me embriaga de temblores nocturnos.

No reconozco mis manos
sobre mi propio pecho.
No reconozco mis pechos
bajo estas ropas.
No reconozco tu rostro
entre tantos rostros.
Y te reconozco en todas partes
constantemente.

Los límites que se impondrán
en fechas y formas
para no desesperar
hasta que sea el momento.
Y cuando lo sea
pegar los párpados,
cerrar los brazos,
gotear, gotear,
devenir en río salado
devenir en polvo luego de ser roca
transformar en grises
mi escala cromática
y dejar escapar el tiempo
sin suspiros.

Thursday, April 19, 2007

Together

Fue un súbito arrebato de angustia. Pero ya se veía venir. Esa migraña, la pileta en tu cara, la asfixia, los brazos que no responden. Si la angustia no está ahí abajo, está ahí arriba, y es peor, porque caerá como esa nube transformada en granizo. Cascotazo en la cabeza y sangrado vertical.
Las drogas que adormecen, que siempre adormecen. No vamos a llorar esta vez. Esta vez aún queremos pensar que todo, todo esto, todo esto fue un error, uo o, todo esto fue un error.
Entonces se hablará de cajas negras. Entre lo que entra y lo que sale un proceso que se desconoce, el misterio de la comunicación. Y allí, dentro de esa maldita caja negra se esconden esas ratas llenas de piojos que se encargan de tomar la información que entra y desvirtuarla. Así un clásico "Hola", puede cualquier día de estos salir convertido en un "¿Por qué no te vas a la reputísima madre que te re mil parió?" O algo similar.
Yo no te entendí. Son tantas cosas las que no entiendo.
Cuando Sonia y Johnny se encontraron ambos supieron de inmediato que lo único que debían hacer era contar lo que había sucedido.
Johnny temeroso decidió callarse, esperar la palabra de Sonia. Y Sonia insegura, bajó la mirada y siguió escribiendo.
Johnny golpeó la mesa despacito, como para hacer algo.
Sonia sonrió, y habló de naves espaciales.
Johnny decidió tomarse rapidito el café, sin decir nada.
Sonia esperó que su café se enfriara para ponerle azúcar y bebérselo de un trago.
Johnny quería desesperadamente volver a su casa.
Sonia deseaba quedarse ahí para siempre.
Sonia tenía un sombrero hermoso, violeta.
Johnny nunca supo usar sombreros, suponía que cada uno manifestaba algo, un estado de ánimo, una adhesión política, algo, y él, que estaba tan confundido por la vida, no quería aún tomar partido.
Sonia releyó en voz baja, casi inaudible, pero audible al fin, un poema viejo (suyo, claro está). Johnny no logró escucharla pero la felicitó al final.
Johnny contó una historia inentendible de gnomos que vendían zapatos bajo el obelisco.
A Sonia le pareció digno de un cuento.
Johnny calló.
Sonia calló.
Cada uno de ellos percibió la soledad del otro, pero desde sus propias miserias no supieron acompañarse.
Sonia volvió a su casa, a tomar ese analgésico.
Johnny volvió a la suya, al zapping cotidiano.
No sonaría el teléfono, nadie quiere decir nada.
Sonia piensa en Bruno, mientras sangra sus lágrimitas de vidrio pírex.
Johnny piensa qué hermoso sería desaparecer.

Sunday, April 15, 2007

Pasillo infinitivo

Descifrar el misterio de tus párpados lánguidos que cubren el pasillo a la eternidad.
Incomodar al tedio a base de preguntas sin respuesta.
Derrotar la tarde en esperas fortuitas, en nostalgias vacías.
Dibujarte a mi lado, desearte en silencio.
Arrancar el otoño de la suela de mis zapatos.
Sufrir tantas pérdidas sin recordar ninguna.
Devolver el hastío en el mostrador correspondiente.
Devenir en súplica cuando te hayas ido.
Alternar mis pies en el suelo en la inmovilidad absoluta.
Aplaudir a la noche, augurando madrugadas.
Esperar, esperar, la nada, el sol, el asco, gramos de presencia.
Agitar las cortinas dejando pasar el frío.
Cerrar alguna puerta con candado.
Dar por finalizado lo que termina.

Monday, April 09, 2007

Año electoral

Me empecino en buscarte detrás de cada cartel pegado en la calle. Me lastimé la piel debajo de la uña arrancando afiches de Tellerman. Y no estabas.
Intenté dejarte un mensaje escrito en su enorme frente. Y te esperé escondida bajo una baldosa floja.
Comenzó a llover, y medio inundada, consideré la posibilidad de volverme a casa sola.
Mañana te buscaré tras los carteles de Filmus. Allí no podré dejarte mensajes, su cabello abundante es mudo.
El sábado por último revisaré las promociones de cable módem. Para ese entonces me habré aburrido de buscarte, me habré enfermado de lluvia, habré llorado el dolor de la piel arrancada con cartel y todo. Entonces, sólo entonces, tiraré los carteles y renunciaré a vos derrotada.

Thursday, April 05, 2007

Vigilia

Mis dedos insólitos
escriben palabras
la asfixia de la noche
ha vuelto inesperada.
Describiría un círculo
en el aire
si pudiera volar
Dibujaría un círculo
en la arena
si huyera de mi playa.

Las palabras caen
se deslizan
como estas torpes lágrimas
Ave de rapiña
quieres mis restos
muerta me tendrás
tan pronto como el silencio
ocupe todo mi ser

Amo la esperanza de tu existencia
Amo creer que quizá, quizá

Dormiré desnuda
para enfriar mi fiebre
de ausencias
Las calamidades se anuncian
en las madrugadas insomnes.
Permanecer en vigilia
-----------------y a oscuras.

Maldita la hora de la humanidad,
el pensamiento
Meditar, meditar
El hombre en su nido.
El nido sin hombre.
La mujer yace muerta
al pie del árbol.

Temo la ilusión de tu existencia.
Temo creer que quizá, quizá.

Vísperas

El día de las vísperas, el día inmediato anterior a esa fecha determinada, haré una lista. Planearé realizar una infinidad de cosas. Luego no haré ninguna de ellas. Iré tachando a medida que pase el tiempo aquellas que van quedando caducas. Una por una las tacharé. Hacia la mitad del papel escrito me daré cuenta y la jaqueca se transformará en angustia palpable. Luego será una lágrima ágil que se escabulle sin ruido, y otra, y muchas, y será llanto.
Nada haré de esa lista. Deambularé sonámbula chocándome con los bordes de un día que no se acaba, que no se va nunca, y quiero que se vaya, que el tiempo se diluya como mi angustia y chorree a través de mis ojos.

Esa espera insólita, tantas esperas cubiertas por el drama actual, la metáfora infinita nunca redundante, el disfraz de hoy que tiene este miedo.
Te esperaré junto a la puerta sin animarme a salir sola.
Te esperaré sentada en el suelo, no puedo levantarme.
Te esperaré creyendo esperarte cuando en realidad, lo sé cuando rompo la lista, la espera y la inmovilidad son tan similares en el cuerpo. No puedo moverme, digo que espero. No puedo salir, digo que espero. Y si tan solo esta vez, detrás de la lista pudiera ver tu nombre, si pudiera no tacharlo como todo lo que se escapa y ya no alcanzo desde esta baldosa cruel. Y si tan solo esta vez vinieras y me despegaras del suelo, y me llevaras a la fuerza a cualquier lado. Yo entonces enjugaría mi llanto, lo envolvería en papel tissue para llevarlo de recuerdo, para llevarlo.

Saturday, March 31, 2007

April

Era abril cuando se me perdió él. De la mañana a la noche desapareció. Fue un llamado telefónico inentendible y una gran necesidad de escaparme. No sé bien todavía si se fue él o me fui yo.
Era abril también, otro abril, cuando después de su vuelta, volvió a irse. Entonces no lo perdí a él, sino la cordura, que se la llevó en la valija porque le andaba haciendo falta.

Luego vinieron en ambas ocasiones las lluvias de mayo y los correspondientes fríos de junio. Más tarde la angustia de julio y la muerte de agosto.

Que a vos no te pierda en abril. Que este abril no comience el otoño. Que los árboles se desnuden por exhibicionismo nomás, y las hojas amarillas no llamen mi tristeza.
Que este abril no me pierda. Que no me vaya en rutinas. Que se espere hasta fines de mayo para prender la estufa.

Que deje de llover de una vez por todas. Que algún agosto pueda vivir. Que este agosto pueda vivir. Que se sequen las calles sin baldosas flojas. Que el otoño no me cubra de swéteres. Que la cama no sea el lugar para llorar.

Recuerdo colectivos de vidrios empañados en julio. Recuerdo lecturas ambiguas en viajes interminables. Ese año tenía tantas ganas de morirme. Ya ni siquiera recuerdo qué había perdido en abril.
Cada invierno cuando lloro culpo al clima, ¡Qué injusta!. Que este otoño no se me caigan de los bolsillos los pasajes a la primavera.

Quedáte conmigo este otoño y también el invierno. Hagamos sopas instantánea con la misma pava del mate. Tomemos vino cerca de la estufa. Lloremos juntos, para no llorar solos.
Quedáte conmigo mientras llueva, mientras dure el alerta meteorológico. No salgas a la calle a mojarte las pantorrillas, no pisemos los charcos, ni siquiera lo intentemos. Hundámosnos en las frazadas esperando que pase, que pase, que el monstruo del frío se derrita de a poco. Abracémonos, susurráme al oído que te vas a quedar.
Que no te pierda este abril, para vivirte en mayo. Que no te pierda tampoco en mayo, para disfrutarte en julio. Y que en julio te conserve, para sobrevivir a agosto. Cuando llegue septiembre, podés dejarme.

Thursday, March 29, 2007

Era de Acuario

La lluvia no cesa. Finita y molesta. Aún hace calor y la ropa se pega de tanto día que pareciera no terminarse sin haber comenzado.
El colectivo llega siempre a la misma hora y la mujer del guardapolvo aguarda todas las mañanas los mismos 8 religiosos minutos en los que desea haber salido antes o después, para no esperar.

"¿Hace mucho que no viene?" pregunta alguien desde una nube de alcohol postergado.
"No sé, recién llego"
"¿De qué signo sos?". Mirada fulminante, qué pretende este hombre, seguro que está borracho.
"Disculpáme, no quiero molestarte, pero de qué signo sos? Yo soy de acuario". Seguro que está loco.
"Yo también"
"Noooooooooooooo, mirá, sabés que James Dean también era de Acuario". Está loco sin lugar a dudas. ¿Puede ser posible? Y con todo el día que me queda por delante. ¿Quién es James Dean a esta hora?
"¿Sabés quién es James Dean?" "Sí".
"También Spinetta es de acuario y Mozart, un loco que era un capo para la música." Dios, todos los trasnochados alcohólicos están alrededor mío, este hombre debe tener como cuarenta y pico, qué hace que no está sobrio trabajando en un empleo de oficina como corresponde.
"Tranquila, que no te voy a hacer nada". Chau, me viola.
"En serio, tranquila". Bueno, listo, me viola y me mata.
"¿Mirás Gran Hermano?" ¿Por qué, por qué me pregunta esto?. Sí, miro gran hermano, dios, por qué miro gran hermano, por qué me tomo este colectivo, por qué me molesta. "Sí."
"A mí Diego me encanta, y es de Acuario" Claro, el preso, seguro que por más traje que tenga es un delincuente este. Bien, pensemos, el policía está en el kiosco de la otra cuadra, si grito ¿me escuchará?.
"La profe que también me gustaba era de Acuario." ¿Y si me paro en medio de la avenida a esperar el colectivo dejará de hablarme? "No te voy a hacer nada ¿Eh?" Mejor no me muevo, mirá si se vuelve loco y hace que nos atropelle un auto.
"Marianela también es de Acuario, pero ya me hartó. Hay mucha gente de acuario, es un buen signo. Me voy a sacar los anteojos (negros) para que no pienses que soy un mafioso". Bien, en la mochila tengo una tijera, bastante grande, me la dieron en el colegio, si la saco por las dudas.... Hay que tener cuidado con la defensa personal, un asesinato de esa índole también abre prontuario y yo soy docente.
"Tenés cara linda, pero sos un poco gorda" ¿Qué? "Sin ánimo de ofender te lo digo" Ah bueno, ya está, encima un hijo de puta. "No me tengas miedo". No, no señor, si ahora lo de la tijera parece una linda idea. Y el puto colectivo que llega cuando quiere. "Vamos para el mismo lado, hay algo en eso". Bueno, listo, me viola y me mata al bajar del colectivo. A ver, si soy un poco gorda creo que puedo cagarlo a trompadas sin necesidad de tijera.

El colectivo se anuncia una cuadra a lo lejos. Ella ilusa extiende el brazo como si pudiera verse a tremenda distancia. Él no sube con ella. Y ella nunca sacó su tijera.

Saturday, March 24, 2007

Ironía Ying-Yang

Cuando es noche, y la oscuridad nos abraza, la luz de las profundidades infinitas atraviesa el suelo para iluminar esos breves resquicios de los que se cuelgan los ojos (con las pupilas anchas) y la luna menguada de frío.

Cuando el día sobreviene, la luz cae como lluvia sobre nuestros hombros, y entre nuestros pies y la nada crece la sombra.

Quizá lo único real y completo sean las nubes, esas tímidas mantas grisáceas que se ciernen sobre una sin permiso, esa asfixia primaria, esa sopa en la cara. Es casi como el mar, es casi como el mar.
En el fondo del océano no hay sombras.

Sunday, March 18, 2007

Si

Si fuera posible nombrar la angustia con un nombre cotidiano, como libro, café, colectivo. Si fuera lícito cosificarla y convertirla en algo que pudiera asirse y arrojarse lejos. Si pudiera deshacerse el nudo en la garganta como un pañuelo. Si las manos dejasen de temblar y pudieran acarciar con firmeza. Si este limbo de tiempo subjuntivo no fuese tal, tal vez entonces la posibilidad aún condicionada volvería a instaurarse como un mañana.

Quiet walls

Cuando el muro de silencio se erigió súbitamente entre nosotros no hubo realmente nada más que decir.
Verte a través del muro era una tentación a la nostalgia, a la estúpida esperanza.
¿Qué podríamos hacer nosotros frente a ese muro de amianto que todo lo doblega, incluso nuestros espíritus verborrágicos?
Descansarás en la mesa un rato, yo deambularé sonámbula entre las ollas sin lavar.
Cuando amanezca otras fuerzas derribarán el muro, para que cada uno de nosotros se lleve un bloque de recuerdo. ¡Qué hermoso ha de quedar en mi mesa de luz, en el mismísimo lugar donde hasta hoy duerme tu fotografía!

Wednesday, March 14, 2007

Bats

Ella se detuvo frente a la puerta. Era una puerta distinta, igualmente oscura, igualmente cubierta de polvo y años.
En mala hora decidió tomar coraje y abrirla. El chirrido de las maderas húmedas despertó a los murciélagos que comenzaron a rodearla.
Los murciélagos danzan y ella los mira casi sin comprender por qué abrió la puerta. Su mano sigue en el picaporte como la última certeza antes del viaje.
Los murciélagos se irán antes que ella y ella, aún sin irse, creerá haber partido.
Los murciélagos la olvidarán tan pronto y ella seguirá allí, con la mano en el picaporte, con la puerta entreabierta, con el aleteo en las orejas, con el polvo de años y puertas en su falda gris, sola.

Tuesday, March 06, 2007

Fundación lítica del recuerdo III

Voy a precisar:

1) Una foto tuya, preferentemente sin nadie más y con mucho paisaje.
2) Una carta, de puño y letra. También puede aceptarse un mail pero como segunda opción.
3) Una flor que me hayas regalado, para guardar un pétalo marchito.
4) Un poema escrito por mí, dirigido a vos.
5) Un rastro de algún lugar o situación compartido como puede ser una servilleta de un bar o una entrada de cine.

Pasos a seguir:

- Una vez recolectados todos los elementos se decidirá si se guardan todos juntos o se esconden en distintos rincones.
De haber optado por lo primero el paso siguiente será envolver la caja, cerrar el cofre o esconder el recipiente.
De haber elegido la segunda opción deberá llevarse un registro claro de los escondites determinados para cada objeto, no sea cosa que a la hora del olvido la tarea se complique.

- Pasado un tiempo prudencial de presente contínuo búsquese el cofre, ábrase la caja, recórrase cada rincón recolectando los elementos escondidos.
Se pasearán los elementos por las manos, se leerá la carta, se investigará la foto. Es preciso un recuerdo nítido del momento en el que dicho elemento fue producido.

- Una vez recordado con claridad el momento, el elemento y toda imagen aledaña posible se emprenderá el proceso del olvido. El mismo consiste en...olvidar. Es difícil de explicar esto, pero cuanto más explícito se haga el recuerdo más fácil será el olvido. Quizá consista solo en quemar esa carta, en romper esa foto, en tirar esa flor. O guardar el cofre con todo adentro, sabiéndolo ahora sí, parte irremediable del pasado.

Wednesday, February 28, 2007

Fundación lítica del recuerdo II

Tienes las manos suaves
Tienes los ojos dulces
Tienes el abrazo listo
Tienes todo lo que no tengo.

Amanece en mi cama
la soledad añejada
devendré en lagarto
el día de la angustia

Mi piel se llenó de suspicacias
los suburbios se colmaron de temores
y vos tan lejos

Entre lo sórdido y la luz
existe un puente
lo cruzo constantemente
no sé bien hacia dónde

Tienes olor a jabón en el pelo
Tienes cara de solemnidad infantil
Tienes espacio para el juego
Tienes el abrazo seguro
Tienes todo lo que me falta

Dulce de batata para partir
añoraré este rato
cuando te olvide
y despertará el vacío
sin consultarme
maldita la hora
que decidí envolverte.

Aquélla vez dijiste...
y yo respondí...
debiera haber dicho...
ya es tan tarde.

A lo mejor si fuéramos dos lombrices
y nuestra vida consistiera en comer tierra (o mierda)

Hoy la humedad
los aforismos
Cacho Castaña no se olvida de protestar
cuando alguien llora sin pedir café.

Tenías esos ojos, y esas manos.
Tenías ese abrazo seguro y listo.
Tenías ganas de estar conmigo.
Tenías todo lo que no tengo.

Fundación lítica del recuerdo

Se sabe desde el amanecer, desde que el primer esbozo de conciencia atenta contra las sábanas, no hay que levantarse. Y es más fuerte el deseo de no levantarse que ese otro de seguir durmiendo. Entonces es cierto, se respirarán bocanadas de suspiros llenos de smog, se intentará contener humedad de tantos lados y no se podrá evitar la tentación de recolectar cada pequeña roca inmunda y pretender el puzzle.
Primero será el tacto, cuando aún no se hayan podado las lagañas, la sensación vívida del sueño en la piel. Y no será necesario escarbar en la narrativa para quedarse con el frío en la piel, con esa ausencia, que te llevará irremediablemente a ese pasado que hoy con smog vas reconstruyendo artísticamente. Esa mano allí, ese beso, esa caricia primera y última. No, no recordaré el dolor de cuello, porque prefiero recordar la danza armónica.

Vendrán luego los otros sentidos, el olfato, el oído, el gusto, la vista. Limarás las asperezas de las rocas hasta convertirlas en los instrumentos necesarios para tu obra.
Cada segundo que pase las rocas cobrarán más el color de tus uñas y perderán el suyo. Apropiándote de las rocas crees que manejas la angustia. Mentira.

Decir, actuar, hacer de cuenta. Y así, como sin querer, el poema se te escapa entre los dientes.

Friday, February 23, 2007

Las turbulencias de Marilyn

A veces a Marilyn (o la Mari para los amigos) le cuesta atravesar las turbulencias. Y uno creería que se habla de turbulencias metafísicas, esos períodos casi cotidianos en que todo pareciera derrumbarse, pero no, aunque sí un poco. No, definitivamente no, las turbulencias por las que atraviesa Marilyn son turbulencias reales.
Cuando suceden, cuando logra preverlas, Marilyn se abrocha el cinturón de seguridad en su cama.
Son terribles las turbulencias, a veces cree que de veras se caerá y se dará la frente contra el suelo.
Dormir, dormitar, permanecer en la insomne vigilia de quien tiene miedo.
Al principio, cuando ocurrieron por primera vez, alguien la tanquilizó, le dijo con calma "ya pasa, ya pasa" hasta que finalmente pasó y ella pudo levantarse de su improvisado asiento y seguir con su vida. Pero entonces la vida era otra cosa y las turbulencias la correspondían. Entonces la vida era jugar, pelearse, querer determinada muñeca (o por qué no autito), hacer lo que dice mamá (rara vez papá), o no hacerlo. Y en concordancia las turbulencias tenían ese hipo atolondrado de quien aprende a llorar, ese mecerce casi lúdico de una hamaca, y el "ya va a pasar" con la misma melodía del Martín Pescador.
Y sí, pasará pasará pero el último quedará, que más bien quiere decir que cuando ella sea última quedará atrapada para siempre. Por eso hay que correr y correr, y sólo detenerse de vez en cuando para sufrir (o disfrutar por qué no) las turbulencias.

A medida que fue pasando la vida, también como en Martín Pescador, y no muy lejos de la hamaca las turbulencias fueron complicándose. Eran más fuertes, ya no era un juego. Y la fuerza de esa voz que decía ese slogan pacificador se fue adormeciendo entre las sábanas.
Marilyn llegó a pensar, en una de sus peores turbulencias que quizá sería esta "la última". Pero a ella extrañamente no le preocupaba la muerte, menos en esos momentos, sino la permanencia, la eternidad en el estado calamitoso de la duda, de la intemperie a pesar de las frazadas. La extensión ilimitada de ese parasiempre quejumbroso sin horizontes. El temblor irremediable y la obligación de seguir con él a cuestas.

Aprendió cómo distinguirlas de temblores pasajeros, de escalosfríos y calambres. Descubrió el modo de dormir a través de ellas, bien aferrada al colchón. Y soñó los sueños más coherentes, que no necesariamente son los mejores porque cómo decir si un sueño es mejor que otro. Porque los sueños son y punto y eso es lo que más disfrutaba de atravesar las turbulencias dormida. Eso que era a pesar suyo, a través suyo, que no pretendía nada de ella para suceder. Las turbulencias esperaban una conducta a la que ella respondió consecuentemente con una perfecta inconducta, con una pasividad solemne, casi estoica.

Entonces si bien cierto que a Marilyn le cuesta atravesar las turbulencias, visto desde afuera, cuando los amigos nos juntamos a verla sufrir amarrada a su catre, solemos pensar que no es tan terrible, que es un ratito temblando y "ya va a pasar", aunque esto no lo decimos, para no incomodarla.

Saturday, February 17, 2007

Medianera pasado

Trepo la noche,
el pasado es un pasillo.
detrás de ninguna puerta
se encuentra el futuro

Pasaré la yema de mi dedo índice
por el filo del cuchillo
sólo me llenaré de óxido.

Hablar, hablar
sería mejor guardar silencio
para que la próxima vez
alcance para todos.

En tu memoria alzaré mi copa;
beberé un trago
y lo escupiré en el mantel nuevo.

Acá adelante en mi frente
todo está escrito muy claro,
allá atrás en mi nuca
guardo la verdad.

Dormiré cubierta con mi desnudez
crecerán en mi rostro surcos de tiempo,
--------------------------------------------y aún así,
seguirás siendo.

Thursday, February 15, 2007

Del cerro I

Buscar todas las expresiones posibles. Explotar la experiencia, drenarla por completo, antes de la lluvia.
Frenar por un instante la cinta de montaje y quedarme horas y días mirando cada ángulo de esa caja, los cóncavos y los convexos.

Detrás de lo secrito está esa sabrosa ansiedad que provoca la certeza del final. Y cuando salgan del cerro estas palabras ya no serán mías.

Por eso hoy hay que permanecer lo más que se pueda aprehendiendo la caja, antes de envolverla y despacharla. Antes de que lo vívido/vivido se transforme en recuerdo.
Me niego aún a soltar eso, que fue presente (no leeré esto para omitir la contradicción)

Los lazos, las cintas, el hilo que ata este paquete es de mi propia creación. Por eso la angustia despertará al envolverlo en papel madera. Cuando comience a admitir, porque ya lo presiento, que todo en esta caja de cartón son sólo fotos y cenizas. Sobre todo cenizas.

Llevaré la muerte, lo muerto, abrazado a mi peche. Lloraré de a ratos al borde de la ruta. Y aunque no quiera entender porqué, la caja pesará lo mismo aún con más cenizas.

Arrojar las cenizas al río. Eso debiera hacer. Pero me quedo cantando, queriendo ser roca.
El agua en mi cuerpo, alrededor, en todos lados.
La caja ahí y la cinta de montaje detenida.
Auisiera llevarte conmigo y que no pesaras. No sé más que llorar para seguir con vida. Será por el agua quizá, quiá haya sido roca.

Cuando llueva no sabré qué hacer. Correr con la caja o dejarla ahí, mojándose.

La angustia es un sillón cómodo lleno de espinas.

Si luego digo que pensé en vos antes de la lluvia será mentira, pensé en mí. Y en ese juego de amplitud-estrechez todo vos no define otra persona más que un yo, lo implica.

Cuando la besó, ella lo esperaba, pero cuando la tomó de la mano fue toda una sorpresa.
Ella hubiera querido quedarse presionada contra su cuerpo y no pensar, no pensar. A pesar de la asfixia se piensa, se razona, se explica, se evita. Maldita desgracia del sapiens sapiens sapiens sapiens.
Tenía esa tarde los ojos hinchados de llanto y si bien conocía aquello de la metáfora autorreferencial, quién dice que esto fuera una metáfora.
La luz a veces pega por detrás de los ojos y hace todo más difícil.

Cuando se borren los renglones la catarata de palabras apuradas no cesarán su caída. No tener equilibrio no es problema si se vive en el llano. Y mis ríos calmos de llanura están repletos de remolinos bajo la superficie pero a Marcos no se los mostraré, hay que quedarse y vivirlos.

Yo te dije que te fueran para no lastimarte-me y ahora que me arrepiento con soltura debería haber callado y aceptado tu mano.

Del cerro II

Con el cuerpo lleno de río. Allí ha quedado mi canto.
Debí terminar este poema hace años.
Tal vez en el desmayo se hizo algo, tal vez hayan pasado tantas cosas en el brevísimo período de inconciencia.

"No pertenecés a ningún lado" te dijo el payaso. Cierto es.

Es imposible dejar que las cosas sucedan simplemente una tras de otra con el sigiloso silencio de quien
------las-
----------ve-
---------------ca-
--------------------er.

Me dormiré aquí en la sombra y aún mojada no soñaré. La conciencia seguirá despierta aún sin mí.
Debería retorcerme como un toallón para vaciar de mi cuerpo las últimas gotas tuyas.
Y comenzar de nuevo. Desde el fondo.
No caminar, abandonarme al río sin miedo.
Él me rodeará como lo hiciste vos aquella noche y no habrá forma de evitar la polvareda de la destrucción.
Será sólo eso al principio y al final, pero mientras tanto...

Las rocas, las enormes rocas sobre tus muñecas.
Mientras tanto habrá conversaciones urbanas enmarcadas en los stándares de la ocasión.
Vestirás de gala para el final. Y aunque el río crecido llegue incluso a borrar las palabras escritas, te hallarás satisfecha, por primera vez.
Esa ansiedad que te carcome los órganos, que no te deja respirar, que te acorrala sonámbula o te sorprende insomne, será víctima de la corriente, se ahogará con tu angustia.
Y lo que te diga el río, cállalo, llevalo contigo hasta la vuelta, hasta el final.

Wednesday, February 14, 2007

Efemérdides

Cupido volvía a casa después de un arduo día de trabajo.
Bajo el ala izquierda arrastraba torpemente el arco gastado.
Desde aquella funesta tarde su labor no fue la misma.
No se puede apuntar bien cuando hay presbicia.
Los avisos de neón vendían tantas cosas como el año pasado, quizá fuera una buena idea comprar una cajita de bombones, tal vez le hicieran algún descuento. En una de esas incluso su diabetes podría terminar con tanto sufrimiento estúpido.
Si se quedara ciego le darían sin duda una pensión por invalidez.