Wednesday, May 30, 2007

Traducción de la pared

Que pueda,
Gloriosa muerte,
hundirme en tus brazos
sin más postergaciones
¡Oh dulce esperanza!

Que nadie encuentre mi cuerpo
que nadie me nombre
que tu abrazo provoque
la súbita inexistencia
que subsume todo tiempo pasado y fut.....

Y no despertar
entregar la última palabra
en un papel blaco, blanco
que logre sumergirme
en esa otra nada.

Tan distinta a esta nada
de lágrimas
que nacen sepradas
y luego de enfriarse
se unen tas mi cuello
horrible horca.

La impostergable demencia, escondida bajo la mugre, bajo esos mile de cabellos ovillados en la alfombra.

No alcanzarán paredes
para calmar mi hastío
esta epidemia de mí misma.

Deshacerme
efervecente
y ser tragada.

Mil perfumes confundidos
una piel escamosa
quesevacayendo,quesevacayendo.
Luciré mis huesos
al calor de un sol
lejano
queseapaga,queseapaga.

..........................................................................................NO HAY MÁS QUE AQUÍ

la máscara estará colgada de la puerta siempre impecable, siempre lista.
la debilidad es sonrisa para no encender la alarma. Nadie debe molestarse cuando me vaya.

La ira es siempre movimiento.
...............................El movimiento es vida.
...Ira, no te dejaré entrar.
...................................................FIBRAS_HOJAS_AMARILLASENOTOÑO
....................................................ESA NIÑA QUE TE PARTE EL ALMA.

Tus labios,
si supieran los míos nombrar el MIEDO (M-I-E-D-O)
tal vez tus labios no son más que otra ilusión.

Dejarse caer
...........como quien se deja caer
..................................................C
.....................................................A
..........................................................E
..............................................................R

Saturday, May 19, 2007

Moho

El nudo, el nudo
ganas de no estar.
pasarán las gotas
de ese tiempo mohoso
y persistirá aún
la sensación de hartazgo
detrás de la nuca.

El temblor que previene
la caída de las horas
abriga los miembros
de los deshauciados.
Y ahora que tiemblas
como nunca antes,
aparentas los bordes
parcialmente definidos,
los contornos borrados
de tu inseguridad.

Esos ojos malditos
Los tuyos
que me vieron.

La palabra que no debió ser dicha, fue puesta en el papel sin contornos anteriormente mencionados. Desgraciadamente se sonrió, se creyó, se quiso creer. Desgraciadamente fue dicha la palabra, pero la dicha, la dicha, no se hizo presente. Jugar con las palabras, que se dicen y no, es tan sencillo. Cuando las palabras juegan con uno comienza la muerte.

La mano decrépita
sobre tu hombro izquierdo.
La muerte que te acaricia
que te atrae
que te llama.
Las manchas oscuras
los dedos en huesos.
El frío, el frío
bajando por tu espalda.

El muro cubierto
de extrañas inscripciones.
La sangre derramada
sin nombre, sin rostro.
El estómago atento
a las circunstancias.
No habrá ocasión
digna de llanto.

Esa boca, esa maldita boca.

que dice palabras, que dice silencios, que besa, que no besa, que come y escupe, que se cierra y se abre, que calla demasiado, que habla tonterías, que grita, que muerde, que existe.

No se sabrá nunca
si valió la pena.
Se sospechará que no
o que sí, que es lo mismo.
No se sabrá nunca
si pudo hacerse algo
si había opciones.... opciones...opciones....opciones.

Elegir el sueño
por sobre la vigilia
donde soy y no soy
donde me desplazo
como flotando
cerca del suelo
donde te veo y me ves
donde te toco y me quedo
donde te abrazo y si lloro
lloro y despierto.
Elegir el sueño
sin elegirte.

La costumbre, la maldita costumbre.
Y el deseo desesperante
que clama que esta angustia perenne
no sea cierta.

No hay ya preguntas, solo un vacío amargo y la terrible certeza del desvanecimiento paulatino. Mañana un poco, y otro poco después. Limpiarme, limpiarme. Hacia allí, donde siempre. Volver al abrigo, correr y zambullirme, flotar sin moverme, cubierta, cubierta. Maldita certeza, que de tan cierta, la cuestiono, dudo de ella, y al dudar, vuelvo a creer que quizá no sea cierta, vuelvo a equivocarme, y por supuesto, a sufrir.

Friday, May 11, 2007

Little Johnny is growing up. Poor Johnny

Johnny se repetía una y otra vez que no era a él que le hablaban. Pero no llegaba a comprenderlo del todo.
Ahí iba de nuevo, ante el "alguien puede traerme...." siempre Johnny.
No, no es a vos chiquito que te están hablando. Quedáte quieto, asumí el silencio, no levantes la mano para opinar de lo que no te importa sólo para no incomodar al sujeto del micrófono o de la batuta.

Ay Dios, querido Johnny, la vida podría resultarte tanto más simple si la dejaras pasar. No hay que aplaudir los espectáculos que te repugnan, no hay que quedarse sentado hasta el final por respeto, a veces, y esto te lo digo palmeándote el hombro porque sé que te va a doler, la mayoría de las veces, no importa lo que hagas, o que existas.

Sí, entiendo tu súbito palidecimiento, también comprendo tu silencio en los ojos. Ahora no me estás escuchando y deambulás por esos oscuros pasillos adentro tuyo cuestionándote esta necesidad de ser necesitado que te lleva a sentirte responsable de satisfacer cualquier necesidad que surja. Te espero hasta que vuelvas.

(Tarareo mientras tanto un tanguito para hacer tiempo)

Ahora que volviste te sigo diciendo, no todo tiene que ver con vos. Ahora quiero decirte otra cosa. No creas en eso de lo cósmico, del mensaje constante. A veces la vida pasa sin querer decir nada, a veces está bien seguir camino sin aprender. Con esa terrible manía que tenés de personalizar todas las situaciones, de hacerte cargo, ahí estás, bajo un peso inentendible, cuando sería más simple dejarte caer, escuchar la música que pone la vecina de arriba y no pensar.
Johnny, tu tiempo, y en esto aún no me animo a generalizar, es cíclico. Mayo, mayo, mayo, no se notan las diferencias de cosechas. Podrías ser cuidadoso y revisar tus anotaciones y darte cuenta de que sobredimensionás tanto cada situación, con el afán de renarrarlas, que .... no sé cómo decírtelo así que te lo digo así, te jodés la vida.

Jonny, Johnny, nadie te mira la mayor parte del tiempo, nadie mira a nadie en general. Y está bien, porque cada uno se mira a sí mismo, de algún modo insólito. Será el postmodernismo, será el fucking capitalismo, será culpa de Bush, como todo, pero es así, sin importar la causa.

No intentes interpretar tus propias palabras siquiera, no serías objetivo. Dejalo ser, pero en serio. Dejalo ser. Eso, que no es nada, va a suceder con o sin vos. La nada sucede, ocurre sin mediación, y la nada es el único absoluto, la única certeza. Dejate caer en la masa informe, en la incompletitud. Permití que suceda y no creas, sobre todo no creas, que debés hacer algo. Quedate sentado que nadie va a darse cuenta de que te dormiste un rato. Y al final decidí si querés aplaudir, para pasar desapercibido, o para que te noten como público atento.

Wednesday, May 09, 2007

Sangre membrillo

El dulce de membrillo que corría por sus venas le dificultaba la motricidad.
Decidió, pues, descansar en aquel banco verde inclinado.
Abría y cerraba sus puños, casi como un autómata. Las uñas ennegrecidas demasiado largas impedían cerrarlo por completo.
El banco estaba inclinado, pero quieto.
Un viento frío golpeaba su nuca desnuda. ¡Cómo deseaba tener una bufanda!
El servicio meteorológico no sirve para nada, pero qué hermosa fotografía de una tormenta eléctrica había podido disfrutar, mientras se abrigaba con casi nada, casi todo, para salir a sufrir.
Un café, un café, un café, cuántos van.
Mejor despegarse del banco, mejor seguir caminando.
Ya estuvo bien de café, igual el sueño es mucho.
Mejor seguir caminando.
El dulce de membrillo, ahí en las venas, demasiado frío, casi congelado. ¿Por qué esta condena de carecer de sangre líquida? Quizá con el viento helado sería algo parecido, pero sería sangre, sangre, no esta maldita dulzura diabética que atraía a tantas moscas a su alrededor con cada pequeño corte insignificante.
Las uñas negras, las uñas negras, será el café seguramente.

Los hombres que tienen sangre de membrillo no parpadean, nunca, ¡si lo sabré yo! Lo que sucede es que en general uno no se fija en eso. Demasiado pendiente está de otras cosas para fijarse en el parpadeo, a menos que moleste por exceso. La carencia de apertura y cierre de párpados no llama la atención. Como casi todas las carencias. La opulencia, lo mucho sí llama la atención, interviene con lo preestablecido, supera el techo, y, ergo, molesta. Lo poco, lo que está casi por debajo del suelo, se oculta.

Cuando sopla el viento frío, como soplaba esa tarde, la carencia de parpadeo es realmente una complicación. Ojalá que llueva, (como diría Rodrigo) pero para mojarle los ojos. Chiquita se le volvió la pupila, de tanta luz sin nubes.

Igualmente ahí estaba la solución, como siempre al alcance de la mano. Y era más bien al revés, la mano debía alcanzar al ojo, uñas ennegrecidas mediante, y arrancarlo prolijamente.
Entonces se evacuaría el membrillo, como un torrente. Podrían decorarse facturas o terminar pastafrolas. Podría entonces caminar más ligero, chocándose claro está con cada obstáculo. Podría también, seguir así, como hasta ahora.

Tuesday, May 01, 2007

Llamar al Shamán

(El largo camino de la Ayahuasca)


Volver al valle,
que tus manos, vuelvan a recorrerme.
Que me cures, que me deje curar.

Que tus brujerías me lleven
de esta soledad insólita, indómita.
Que atravieses mis muros
de alquitrán.

Volver al vómito
como una adicción.
Y me salvarás
de mis propias resacas.

Desafiarás las fronteras
de mi entendimiento.
Estarás ahí, estarás ahí.

Me cansaré de esto,
no tendré más fuerzas.
Para seguir pretendiendo
que vivo, que voy.

Cuando me caiga y duela
veré el bosque oscuro,
como lo veo ahora,
y aunque siga caminando
en cualquier dirección,
te sabré en algún lugar
y no me asfixiaré con mi noche,
no moriré, no moriré,
no me dejarás morir.

Fumarás mis temores,
escupirás mi infancia,
enterrarás bajo mil piedras
todas mis heridas.

Seré yo la ofrenda
de mi propio sacrificio,
vos oficiarás el rito
de mi curación.

Y si muero,
si muero.
Llevame.

Que escriban en vez varias oraciones un textito corto

Vi su boca que no era la mía, y no necesité música para escribir mi angustia.

Vi las fechas impresas, el tiempo determinado.

Vi los márgenes estrictos.

Me descubrí lejana.

Te vi enmascarado de niebla, como queriendo verme así, a la deriva.

Te vi disimulando la falta de vértigo, frente a los moretones de mi última caída.

Te presentí como otra muerte que confundí con vida.

Te confundí con aromas impregnados antaño en mi cuerpo, con caricias escasas que no fueron tuyas nunca, ni tampoco mías.

Aceptar el nuevo estímulo, lo visual, lo verbal.

Restringir lo táctil que se vivió, lo olfativo que no olvido.

No gustarte jamás, no gustarte (no oírte, no olerte, no tocarte)
Verte ajeno, propio de tantas otras y no mío.

Convertirme en ausencia, en un mientras tanto.

Desmentir la nostalgia de lo que nunca se tuvo.

Despedirte de una vez por todas, como se esperaba.

Quizá ahora sí se requiera esa música para ocultar el llanto.

Vaho

Crece el flequillo y tapa los ojos.
El ciclo se reinicia inmutable.
Estornudar es un alivio,
cuando la nada te envuelve.
Tengo tan cerrados los oídos
que la casualidad se oscurece.

Mientras se pueda
respirar,
respiraré.
Poco a poco el agua
llegará sin llevarme
a ningún lado.

La mugre por doquier
reaparece constante..................constante.
Sólo ella constante................constante.

Malditas las recurrencias,
los espacios imitados.
Malditas las coincidencias
estas historias inenarrables
y reiteradas.

Las cruces colgarán de tu pared
aún cuando te hayas ido.

Ese vacío te espera
en un punto secreto del mapa.

No habrá necesidad de empacar swéteres.
Todo será un vaho inconsistente en ese vacío tedioso que te aguarda.

Pediste auxilio,
por última vez,
a quien no correspondía.
Allí quedó tu botella,
arrojada al mar,
con restos de vino.

Escapa cuando creas
que entendiste todo.
La vorágine insólita
se desatará
en cuanto parpadees.
Sólo quedará el agua turbia
en tu garganta.
No podrás gritar entonces.

Debería arrancar el mes del calendario (estará húmedo y tibio), permitir al tiempo seguir su curso, su cauce, y yo con él.
El tiempo
.................la nada
..............................la angustia,
.................................................la muerte,
...................................................................y la terrible certeza......................del desamparo.

Siempre estará allí
esa amarga melodía
para recordarte que..... eso mismo, precisamente E-S-O.

Hoy no quiero nombrarte.

Friday, April 27, 2007

bum

Cuando menos lo esperabas
aún cuando siempre esperás todo
se deslizó lentamente hacia la nada.
Desapareció de allí, sin dejar huella.
Se hundió en la penumbra irreconocible
del nunca más.

Cuando desprevenida pensaste
que quizá, quizá, quizá...
se te respondió rotundamente
.....................................................

Donde se desespera amiga, se encuentra una piedra. Te pesará en la vescícula, será mejor extirparla. Sufrirás horrores, llorarás olvidos, creerás que esta vez, como siempre. Para que recomience el ciclo, la regresión ad infinitum, la catástrofe predicha.

Big bang, big bang. Nada volverá al inicio y, aún sin que lo notes, no habrá ya un estallido, simplemente se dispersará tanto, tanto la materia, que alrededor de cada átomo podrá decirse, arbitrariamente y por convención, que sólo hay vacío.

Sunday, April 22, 2007

Preludio para la nada

Dejaré escapar el tiempo
sin suspiros.

Recuerdo encontrarme tranquila
recuerdo la efímera duración de la paz.

Decir que tus manos son un bálsamo
es tan predecible.
Digo entonces que tus manos son
ahora una nube de humo.

En el grito eterno
de la noche húmeda
tu cuerpo no recorrerá
ningún laberinto.
Ya no hay puertas que descifrar.
Hay canciones escondidas
y tan pocas ganas de cantarlas.

No cuestiones mis ojos,
están ahí para cegarse
cuando el tiempo se haya ido.
No cuestiones mis labios,
están ahí aguardando el mutismo
que despertará el invierno.

Volver a tu refugio
a tu instantaneidad súbita.
Volver a quedarme en vos
por quedarme en algún lado.

No te lastimaré con mi existencia
no quiero estar ahí cuando me llores.
No volveré a buscarte
No volveré a verte
No repetiré, aunque se escapen,
las palabras de la condena genética.

Rodeo la nada
como tantas veces
me acerco a su centro
sin pronunciarlo.
El vacío inasible
de la ausencia
me embriaga de temblores nocturnos.

No reconozco mis manos
sobre mi propio pecho.
No reconozco mis pechos
bajo estas ropas.
No reconozco tu rostro
entre tantos rostros.
Y te reconozco en todas partes
constantemente.

Los límites que se impondrán
en fechas y formas
para no desesperar
hasta que sea el momento.
Y cuando lo sea
pegar los párpados,
cerrar los brazos,
gotear, gotear,
devenir en río salado
devenir en polvo luego de ser roca
transformar en grises
mi escala cromática
y dejar escapar el tiempo
sin suspiros.

Thursday, April 19, 2007

Together

Fue un súbito arrebato de angustia. Pero ya se veía venir. Esa migraña, la pileta en tu cara, la asfixia, los brazos que no responden. Si la angustia no está ahí abajo, está ahí arriba, y es peor, porque caerá como esa nube transformada en granizo. Cascotazo en la cabeza y sangrado vertical.
Las drogas que adormecen, que siempre adormecen. No vamos a llorar esta vez. Esta vez aún queremos pensar que todo, todo esto, todo esto fue un error, uo o, todo esto fue un error.
Entonces se hablará de cajas negras. Entre lo que entra y lo que sale un proceso que se desconoce, el misterio de la comunicación. Y allí, dentro de esa maldita caja negra se esconden esas ratas llenas de piojos que se encargan de tomar la información que entra y desvirtuarla. Así un clásico "Hola", puede cualquier día de estos salir convertido en un "¿Por qué no te vas a la reputísima madre que te re mil parió?" O algo similar.
Yo no te entendí. Son tantas cosas las que no entiendo.
Cuando Sonia y Johnny se encontraron ambos supieron de inmediato que lo único que debían hacer era contar lo que había sucedido.
Johnny temeroso decidió callarse, esperar la palabra de Sonia. Y Sonia insegura, bajó la mirada y siguió escribiendo.
Johnny golpeó la mesa despacito, como para hacer algo.
Sonia sonrió, y habló de naves espaciales.
Johnny decidió tomarse rapidito el café, sin decir nada.
Sonia esperó que su café se enfriara para ponerle azúcar y bebérselo de un trago.
Johnny quería desesperadamente volver a su casa.
Sonia deseaba quedarse ahí para siempre.
Sonia tenía un sombrero hermoso, violeta.
Johnny nunca supo usar sombreros, suponía que cada uno manifestaba algo, un estado de ánimo, una adhesión política, algo, y él, que estaba tan confundido por la vida, no quería aún tomar partido.
Sonia releyó en voz baja, casi inaudible, pero audible al fin, un poema viejo (suyo, claro está). Johnny no logró escucharla pero la felicitó al final.
Johnny contó una historia inentendible de gnomos que vendían zapatos bajo el obelisco.
A Sonia le pareció digno de un cuento.
Johnny calló.
Sonia calló.
Cada uno de ellos percibió la soledad del otro, pero desde sus propias miserias no supieron acompañarse.
Sonia volvió a su casa, a tomar ese analgésico.
Johnny volvió a la suya, al zapping cotidiano.
No sonaría el teléfono, nadie quiere decir nada.
Sonia piensa en Bruno, mientras sangra sus lágrimitas de vidrio pírex.
Johnny piensa qué hermoso sería desaparecer.

Sunday, April 15, 2007

Pasillo infinitivo

Descifrar el misterio de tus párpados lánguidos que cubren el pasillo a la eternidad.
Incomodar al tedio a base de preguntas sin respuesta.
Derrotar la tarde en esperas fortuitas, en nostalgias vacías.
Dibujarte a mi lado, desearte en silencio.
Arrancar el otoño de la suela de mis zapatos.
Sufrir tantas pérdidas sin recordar ninguna.
Devolver el hastío en el mostrador correspondiente.
Devenir en súplica cuando te hayas ido.
Alternar mis pies en el suelo en la inmovilidad absoluta.
Aplaudir a la noche, augurando madrugadas.
Esperar, esperar, la nada, el sol, el asco, gramos de presencia.
Agitar las cortinas dejando pasar el frío.
Cerrar alguna puerta con candado.
Dar por finalizado lo que termina.

Monday, April 09, 2007

Año electoral

Me empecino en buscarte detrás de cada cartel pegado en la calle. Me lastimé la piel debajo de la uña arrancando afiches de Tellerman. Y no estabas.
Intenté dejarte un mensaje escrito en su enorme frente. Y te esperé escondida bajo una baldosa floja.
Comenzó a llover, y medio inundada, consideré la posibilidad de volverme a casa sola.
Mañana te buscaré tras los carteles de Filmus. Allí no podré dejarte mensajes, su cabello abundante es mudo.
El sábado por último revisaré las promociones de cable módem. Para ese entonces me habré aburrido de buscarte, me habré enfermado de lluvia, habré llorado el dolor de la piel arrancada con cartel y todo. Entonces, sólo entonces, tiraré los carteles y renunciaré a vos derrotada.

Thursday, April 05, 2007

Vigilia

Mis dedos insólitos
escriben palabras
la asfixia de la noche
ha vuelto inesperada.
Describiría un círculo
en el aire
si pudiera volar
Dibujaría un círculo
en la arena
si huyera de mi playa.

Las palabras caen
se deslizan
como estas torpes lágrimas
Ave de rapiña
quieres mis restos
muerta me tendrás
tan pronto como el silencio
ocupe todo mi ser

Amo la esperanza de tu existencia
Amo creer que quizá, quizá

Dormiré desnuda
para enfriar mi fiebre
de ausencias
Las calamidades se anuncian
en las madrugadas insomnes.
Permanecer en vigilia
-----------------y a oscuras.

Maldita la hora de la humanidad,
el pensamiento
Meditar, meditar
El hombre en su nido.
El nido sin hombre.
La mujer yace muerta
al pie del árbol.

Temo la ilusión de tu existencia.
Temo creer que quizá, quizá.

Vísperas

El día de las vísperas, el día inmediato anterior a esa fecha determinada, haré una lista. Planearé realizar una infinidad de cosas. Luego no haré ninguna de ellas. Iré tachando a medida que pase el tiempo aquellas que van quedando caducas. Una por una las tacharé. Hacia la mitad del papel escrito me daré cuenta y la jaqueca se transformará en angustia palpable. Luego será una lágrima ágil que se escabulle sin ruido, y otra, y muchas, y será llanto.
Nada haré de esa lista. Deambularé sonámbula chocándome con los bordes de un día que no se acaba, que no se va nunca, y quiero que se vaya, que el tiempo se diluya como mi angustia y chorree a través de mis ojos.

Esa espera insólita, tantas esperas cubiertas por el drama actual, la metáfora infinita nunca redundante, el disfraz de hoy que tiene este miedo.
Te esperaré junto a la puerta sin animarme a salir sola.
Te esperaré sentada en el suelo, no puedo levantarme.
Te esperaré creyendo esperarte cuando en realidad, lo sé cuando rompo la lista, la espera y la inmovilidad son tan similares en el cuerpo. No puedo moverme, digo que espero. No puedo salir, digo que espero. Y si tan solo esta vez, detrás de la lista pudiera ver tu nombre, si pudiera no tacharlo como todo lo que se escapa y ya no alcanzo desde esta baldosa cruel. Y si tan solo esta vez vinieras y me despegaras del suelo, y me llevaras a la fuerza a cualquier lado. Yo entonces enjugaría mi llanto, lo envolvería en papel tissue para llevarlo de recuerdo, para llevarlo.

Saturday, March 31, 2007

April

Era abril cuando se me perdió él. De la mañana a la noche desapareció. Fue un llamado telefónico inentendible y una gran necesidad de escaparme. No sé bien todavía si se fue él o me fui yo.
Era abril también, otro abril, cuando después de su vuelta, volvió a irse. Entonces no lo perdí a él, sino la cordura, que se la llevó en la valija porque le andaba haciendo falta.

Luego vinieron en ambas ocasiones las lluvias de mayo y los correspondientes fríos de junio. Más tarde la angustia de julio y la muerte de agosto.

Que a vos no te pierda en abril. Que este abril no comience el otoño. Que los árboles se desnuden por exhibicionismo nomás, y las hojas amarillas no llamen mi tristeza.
Que este abril no me pierda. Que no me vaya en rutinas. Que se espere hasta fines de mayo para prender la estufa.

Que deje de llover de una vez por todas. Que algún agosto pueda vivir. Que este agosto pueda vivir. Que se sequen las calles sin baldosas flojas. Que el otoño no me cubra de swéteres. Que la cama no sea el lugar para llorar.

Recuerdo colectivos de vidrios empañados en julio. Recuerdo lecturas ambiguas en viajes interminables. Ese año tenía tantas ganas de morirme. Ya ni siquiera recuerdo qué había perdido en abril.
Cada invierno cuando lloro culpo al clima, ¡Qué injusta!. Que este otoño no se me caigan de los bolsillos los pasajes a la primavera.

Quedáte conmigo este otoño y también el invierno. Hagamos sopas instantánea con la misma pava del mate. Tomemos vino cerca de la estufa. Lloremos juntos, para no llorar solos.
Quedáte conmigo mientras llueva, mientras dure el alerta meteorológico. No salgas a la calle a mojarte las pantorrillas, no pisemos los charcos, ni siquiera lo intentemos. Hundámosnos en las frazadas esperando que pase, que pase, que el monstruo del frío se derrita de a poco. Abracémonos, susurráme al oído que te vas a quedar.
Que no te pierda este abril, para vivirte en mayo. Que no te pierda tampoco en mayo, para disfrutarte en julio. Y que en julio te conserve, para sobrevivir a agosto. Cuando llegue septiembre, podés dejarme.

Thursday, March 29, 2007

Era de Acuario

La lluvia no cesa. Finita y molesta. Aún hace calor y la ropa se pega de tanto día que pareciera no terminarse sin haber comenzado.
El colectivo llega siempre a la misma hora y la mujer del guardapolvo aguarda todas las mañanas los mismos 8 religiosos minutos en los que desea haber salido antes o después, para no esperar.

"¿Hace mucho que no viene?" pregunta alguien desde una nube de alcohol postergado.
"No sé, recién llego"
"¿De qué signo sos?". Mirada fulminante, qué pretende este hombre, seguro que está borracho.
"Disculpáme, no quiero molestarte, pero de qué signo sos? Yo soy de acuario". Seguro que está loco.
"Yo también"
"Noooooooooooooo, mirá, sabés que James Dean también era de Acuario". Está loco sin lugar a dudas. ¿Puede ser posible? Y con todo el día que me queda por delante. ¿Quién es James Dean a esta hora?
"¿Sabés quién es James Dean?" "Sí".
"También Spinetta es de acuario y Mozart, un loco que era un capo para la música." Dios, todos los trasnochados alcohólicos están alrededor mío, este hombre debe tener como cuarenta y pico, qué hace que no está sobrio trabajando en un empleo de oficina como corresponde.
"Tranquila, que no te voy a hacer nada". Chau, me viola.
"En serio, tranquila". Bueno, listo, me viola y me mata.
"¿Mirás Gran Hermano?" ¿Por qué, por qué me pregunta esto?. Sí, miro gran hermano, dios, por qué miro gran hermano, por qué me tomo este colectivo, por qué me molesta. "Sí."
"A mí Diego me encanta, y es de Acuario" Claro, el preso, seguro que por más traje que tenga es un delincuente este. Bien, pensemos, el policía está en el kiosco de la otra cuadra, si grito ¿me escuchará?.
"La profe que también me gustaba era de Acuario." ¿Y si me paro en medio de la avenida a esperar el colectivo dejará de hablarme? "No te voy a hacer nada ¿Eh?" Mejor no me muevo, mirá si se vuelve loco y hace que nos atropelle un auto.
"Marianela también es de Acuario, pero ya me hartó. Hay mucha gente de acuario, es un buen signo. Me voy a sacar los anteojos (negros) para que no pienses que soy un mafioso". Bien, en la mochila tengo una tijera, bastante grande, me la dieron en el colegio, si la saco por las dudas.... Hay que tener cuidado con la defensa personal, un asesinato de esa índole también abre prontuario y yo soy docente.
"Tenés cara linda, pero sos un poco gorda" ¿Qué? "Sin ánimo de ofender te lo digo" Ah bueno, ya está, encima un hijo de puta. "No me tengas miedo". No, no señor, si ahora lo de la tijera parece una linda idea. Y el puto colectivo que llega cuando quiere. "Vamos para el mismo lado, hay algo en eso". Bueno, listo, me viola y me mata al bajar del colectivo. A ver, si soy un poco gorda creo que puedo cagarlo a trompadas sin necesidad de tijera.

El colectivo se anuncia una cuadra a lo lejos. Ella ilusa extiende el brazo como si pudiera verse a tremenda distancia. Él no sube con ella. Y ella nunca sacó su tijera.

Saturday, March 24, 2007

Ironía Ying-Yang

Cuando es noche, y la oscuridad nos abraza, la luz de las profundidades infinitas atraviesa el suelo para iluminar esos breves resquicios de los que se cuelgan los ojos (con las pupilas anchas) y la luna menguada de frío.

Cuando el día sobreviene, la luz cae como lluvia sobre nuestros hombros, y entre nuestros pies y la nada crece la sombra.

Quizá lo único real y completo sean las nubes, esas tímidas mantas grisáceas que se ciernen sobre una sin permiso, esa asfixia primaria, esa sopa en la cara. Es casi como el mar, es casi como el mar.
En el fondo del océano no hay sombras.

Sunday, March 18, 2007

Si

Si fuera posible nombrar la angustia con un nombre cotidiano, como libro, café, colectivo. Si fuera lícito cosificarla y convertirla en algo que pudiera asirse y arrojarse lejos. Si pudiera deshacerse el nudo en la garganta como un pañuelo. Si las manos dejasen de temblar y pudieran acarciar con firmeza. Si este limbo de tiempo subjuntivo no fuese tal, tal vez entonces la posibilidad aún condicionada volvería a instaurarse como un mañana.

Quiet walls

Cuando el muro de silencio se erigió súbitamente entre nosotros no hubo realmente nada más que decir.
Verte a través del muro era una tentación a la nostalgia, a la estúpida esperanza.
¿Qué podríamos hacer nosotros frente a ese muro de amianto que todo lo doblega, incluso nuestros espíritus verborrágicos?
Descansarás en la mesa un rato, yo deambularé sonámbula entre las ollas sin lavar.
Cuando amanezca otras fuerzas derribarán el muro, para que cada uno de nosotros se lleve un bloque de recuerdo. ¡Qué hermoso ha de quedar en mi mesa de luz, en el mismísimo lugar donde hasta hoy duerme tu fotografía!

Wednesday, March 14, 2007

Bats

Ella se detuvo frente a la puerta. Era una puerta distinta, igualmente oscura, igualmente cubierta de polvo y años.
En mala hora decidió tomar coraje y abrirla. El chirrido de las maderas húmedas despertó a los murciélagos que comenzaron a rodearla.
Los murciélagos danzan y ella los mira casi sin comprender por qué abrió la puerta. Su mano sigue en el picaporte como la última certeza antes del viaje.
Los murciélagos se irán antes que ella y ella, aún sin irse, creerá haber partido.
Los murciélagos la olvidarán tan pronto y ella seguirá allí, con la mano en el picaporte, con la puerta entreabierta, con el aleteo en las orejas, con el polvo de años y puertas en su falda gris, sola.

Tuesday, March 06, 2007

Fundación lítica del recuerdo III

Voy a precisar:

1) Una foto tuya, preferentemente sin nadie más y con mucho paisaje.
2) Una carta, de puño y letra. También puede aceptarse un mail pero como segunda opción.
3) Una flor que me hayas regalado, para guardar un pétalo marchito.
4) Un poema escrito por mí, dirigido a vos.
5) Un rastro de algún lugar o situación compartido como puede ser una servilleta de un bar o una entrada de cine.

Pasos a seguir:

- Una vez recolectados todos los elementos se decidirá si se guardan todos juntos o se esconden en distintos rincones.
De haber optado por lo primero el paso siguiente será envolver la caja, cerrar el cofre o esconder el recipiente.
De haber elegido la segunda opción deberá llevarse un registro claro de los escondites determinados para cada objeto, no sea cosa que a la hora del olvido la tarea se complique.

- Pasado un tiempo prudencial de presente contínuo búsquese el cofre, ábrase la caja, recórrase cada rincón recolectando los elementos escondidos.
Se pasearán los elementos por las manos, se leerá la carta, se investigará la foto. Es preciso un recuerdo nítido del momento en el que dicho elemento fue producido.

- Una vez recordado con claridad el momento, el elemento y toda imagen aledaña posible se emprenderá el proceso del olvido. El mismo consiste en...olvidar. Es difícil de explicar esto, pero cuanto más explícito se haga el recuerdo más fácil será el olvido. Quizá consista solo en quemar esa carta, en romper esa foto, en tirar esa flor. O guardar el cofre con todo adentro, sabiéndolo ahora sí, parte irremediable del pasado.

Wednesday, February 28, 2007

Fundación lítica del recuerdo II

Tienes las manos suaves
Tienes los ojos dulces
Tienes el abrazo listo
Tienes todo lo que no tengo.

Amanece en mi cama
la soledad añejada
devendré en lagarto
el día de la angustia

Mi piel se llenó de suspicacias
los suburbios se colmaron de temores
y vos tan lejos

Entre lo sórdido y la luz
existe un puente
lo cruzo constantemente
no sé bien hacia dónde

Tienes olor a jabón en el pelo
Tienes cara de solemnidad infantil
Tienes espacio para el juego
Tienes el abrazo seguro
Tienes todo lo que me falta

Dulce de batata para partir
añoraré este rato
cuando te olvide
y despertará el vacío
sin consultarme
maldita la hora
que decidí envolverte.

Aquélla vez dijiste...
y yo respondí...
debiera haber dicho...
ya es tan tarde.

A lo mejor si fuéramos dos lombrices
y nuestra vida consistiera en comer tierra (o mierda)

Hoy la humedad
los aforismos
Cacho Castaña no se olvida de protestar
cuando alguien llora sin pedir café.

Tenías esos ojos, y esas manos.
Tenías ese abrazo seguro y listo.
Tenías ganas de estar conmigo.
Tenías todo lo que no tengo.

Fundación lítica del recuerdo

Se sabe desde el amanecer, desde que el primer esbozo de conciencia atenta contra las sábanas, no hay que levantarse. Y es más fuerte el deseo de no levantarse que ese otro de seguir durmiendo. Entonces es cierto, se respirarán bocanadas de suspiros llenos de smog, se intentará contener humedad de tantos lados y no se podrá evitar la tentación de recolectar cada pequeña roca inmunda y pretender el puzzle.
Primero será el tacto, cuando aún no se hayan podado las lagañas, la sensación vívida del sueño en la piel. Y no será necesario escarbar en la narrativa para quedarse con el frío en la piel, con esa ausencia, que te llevará irremediablemente a ese pasado que hoy con smog vas reconstruyendo artísticamente. Esa mano allí, ese beso, esa caricia primera y última. No, no recordaré el dolor de cuello, porque prefiero recordar la danza armónica.

Vendrán luego los otros sentidos, el olfato, el oído, el gusto, la vista. Limarás las asperezas de las rocas hasta convertirlas en los instrumentos necesarios para tu obra.
Cada segundo que pase las rocas cobrarán más el color de tus uñas y perderán el suyo. Apropiándote de las rocas crees que manejas la angustia. Mentira.

Decir, actuar, hacer de cuenta. Y así, como sin querer, el poema se te escapa entre los dientes.

Friday, February 23, 2007

Las turbulencias de Marilyn

A veces a Marilyn (o la Mari para los amigos) le cuesta atravesar las turbulencias. Y uno creería que se habla de turbulencias metafísicas, esos períodos casi cotidianos en que todo pareciera derrumbarse, pero no, aunque sí un poco. No, definitivamente no, las turbulencias por las que atraviesa Marilyn son turbulencias reales.
Cuando suceden, cuando logra preverlas, Marilyn se abrocha el cinturón de seguridad en su cama.
Son terribles las turbulencias, a veces cree que de veras se caerá y se dará la frente contra el suelo.
Dormir, dormitar, permanecer en la insomne vigilia de quien tiene miedo.
Al principio, cuando ocurrieron por primera vez, alguien la tanquilizó, le dijo con calma "ya pasa, ya pasa" hasta que finalmente pasó y ella pudo levantarse de su improvisado asiento y seguir con su vida. Pero entonces la vida era otra cosa y las turbulencias la correspondían. Entonces la vida era jugar, pelearse, querer determinada muñeca (o por qué no autito), hacer lo que dice mamá (rara vez papá), o no hacerlo. Y en concordancia las turbulencias tenían ese hipo atolondrado de quien aprende a llorar, ese mecerce casi lúdico de una hamaca, y el "ya va a pasar" con la misma melodía del Martín Pescador.
Y sí, pasará pasará pero el último quedará, que más bien quiere decir que cuando ella sea última quedará atrapada para siempre. Por eso hay que correr y correr, y sólo detenerse de vez en cuando para sufrir (o disfrutar por qué no) las turbulencias.

A medida que fue pasando la vida, también como en Martín Pescador, y no muy lejos de la hamaca las turbulencias fueron complicándose. Eran más fuertes, ya no era un juego. Y la fuerza de esa voz que decía ese slogan pacificador se fue adormeciendo entre las sábanas.
Marilyn llegó a pensar, en una de sus peores turbulencias que quizá sería esta "la última". Pero a ella extrañamente no le preocupaba la muerte, menos en esos momentos, sino la permanencia, la eternidad en el estado calamitoso de la duda, de la intemperie a pesar de las frazadas. La extensión ilimitada de ese parasiempre quejumbroso sin horizontes. El temblor irremediable y la obligación de seguir con él a cuestas.

Aprendió cómo distinguirlas de temblores pasajeros, de escalosfríos y calambres. Descubrió el modo de dormir a través de ellas, bien aferrada al colchón. Y soñó los sueños más coherentes, que no necesariamente son los mejores porque cómo decir si un sueño es mejor que otro. Porque los sueños son y punto y eso es lo que más disfrutaba de atravesar las turbulencias dormida. Eso que era a pesar suyo, a través suyo, que no pretendía nada de ella para suceder. Las turbulencias esperaban una conducta a la que ella respondió consecuentemente con una perfecta inconducta, con una pasividad solemne, casi estoica.

Entonces si bien cierto que a Marilyn le cuesta atravesar las turbulencias, visto desde afuera, cuando los amigos nos juntamos a verla sufrir amarrada a su catre, solemos pensar que no es tan terrible, que es un ratito temblando y "ya va a pasar", aunque esto no lo decimos, para no incomodarla.

Saturday, February 17, 2007

Medianera pasado

Trepo la noche,
el pasado es un pasillo.
detrás de ninguna puerta
se encuentra el futuro

Pasaré la yema de mi dedo índice
por el filo del cuchillo
sólo me llenaré de óxido.

Hablar, hablar
sería mejor guardar silencio
para que la próxima vez
alcance para todos.

En tu memoria alzaré mi copa;
beberé un trago
y lo escupiré en el mantel nuevo.

Acá adelante en mi frente
todo está escrito muy claro,
allá atrás en mi nuca
guardo la verdad.

Dormiré cubierta con mi desnudez
crecerán en mi rostro surcos de tiempo,
--------------------------------------------y aún así,
seguirás siendo.

Thursday, February 15, 2007

Del cerro I

Buscar todas las expresiones posibles. Explotar la experiencia, drenarla por completo, antes de la lluvia.
Frenar por un instante la cinta de montaje y quedarme horas y días mirando cada ángulo de esa caja, los cóncavos y los convexos.

Detrás de lo secrito está esa sabrosa ansiedad que provoca la certeza del final. Y cuando salgan del cerro estas palabras ya no serán mías.

Por eso hoy hay que permanecer lo más que se pueda aprehendiendo la caja, antes de envolverla y despacharla. Antes de que lo vívido/vivido se transforme en recuerdo.
Me niego aún a soltar eso, que fue presente (no leeré esto para omitir la contradicción)

Los lazos, las cintas, el hilo que ata este paquete es de mi propia creación. Por eso la angustia despertará al envolverlo en papel madera. Cuando comience a admitir, porque ya lo presiento, que todo en esta caja de cartón son sólo fotos y cenizas. Sobre todo cenizas.

Llevaré la muerte, lo muerto, abrazado a mi peche. Lloraré de a ratos al borde de la ruta. Y aunque no quiera entender porqué, la caja pesará lo mismo aún con más cenizas.

Arrojar las cenizas al río. Eso debiera hacer. Pero me quedo cantando, queriendo ser roca.
El agua en mi cuerpo, alrededor, en todos lados.
La caja ahí y la cinta de montaje detenida.
Auisiera llevarte conmigo y que no pesaras. No sé más que llorar para seguir con vida. Será por el agua quizá, quiá haya sido roca.

Cuando llueva no sabré qué hacer. Correr con la caja o dejarla ahí, mojándose.

La angustia es un sillón cómodo lleno de espinas.

Si luego digo que pensé en vos antes de la lluvia será mentira, pensé en mí. Y en ese juego de amplitud-estrechez todo vos no define otra persona más que un yo, lo implica.

Cuando la besó, ella lo esperaba, pero cuando la tomó de la mano fue toda una sorpresa.
Ella hubiera querido quedarse presionada contra su cuerpo y no pensar, no pensar. A pesar de la asfixia se piensa, se razona, se explica, se evita. Maldita desgracia del sapiens sapiens sapiens sapiens.
Tenía esa tarde los ojos hinchados de llanto y si bien conocía aquello de la metáfora autorreferencial, quién dice que esto fuera una metáfora.
La luz a veces pega por detrás de los ojos y hace todo más difícil.

Cuando se borren los renglones la catarata de palabras apuradas no cesarán su caída. No tener equilibrio no es problema si se vive en el llano. Y mis ríos calmos de llanura están repletos de remolinos bajo la superficie pero a Marcos no se los mostraré, hay que quedarse y vivirlos.

Yo te dije que te fueran para no lastimarte-me y ahora que me arrepiento con soltura debería haber callado y aceptado tu mano.

Del cerro II

Con el cuerpo lleno de río. Allí ha quedado mi canto.
Debí terminar este poema hace años.
Tal vez en el desmayo se hizo algo, tal vez hayan pasado tantas cosas en el brevísimo período de inconciencia.

"No pertenecés a ningún lado" te dijo el payaso. Cierto es.

Es imposible dejar que las cosas sucedan simplemente una tras de otra con el sigiloso silencio de quien
------las-
----------ve-
---------------ca-
--------------------er.

Me dormiré aquí en la sombra y aún mojada no soñaré. La conciencia seguirá despierta aún sin mí.
Debería retorcerme como un toallón para vaciar de mi cuerpo las últimas gotas tuyas.
Y comenzar de nuevo. Desde el fondo.
No caminar, abandonarme al río sin miedo.
Él me rodeará como lo hiciste vos aquella noche y no habrá forma de evitar la polvareda de la destrucción.
Será sólo eso al principio y al final, pero mientras tanto...

Las rocas, las enormes rocas sobre tus muñecas.
Mientras tanto habrá conversaciones urbanas enmarcadas en los stándares de la ocasión.
Vestirás de gala para el final. Y aunque el río crecido llegue incluso a borrar las palabras escritas, te hallarás satisfecha, por primera vez.
Esa ansiedad que te carcome los órganos, que no te deja respirar, que te acorrala sonámbula o te sorprende insomne, será víctima de la corriente, se ahogará con tu angustia.
Y lo que te diga el río, cállalo, llevalo contigo hasta la vuelta, hasta el final.

Wednesday, February 14, 2007

Efemérdides

Cupido volvía a casa después de un arduo día de trabajo.
Bajo el ala izquierda arrastraba torpemente el arco gastado.
Desde aquella funesta tarde su labor no fue la misma.
No se puede apuntar bien cuando hay presbicia.
Los avisos de neón vendían tantas cosas como el año pasado, quizá fuera una buena idea comprar una cajita de bombones, tal vez le hicieran algún descuento. En una de esas incluso su diabetes podría terminar con tanto sufrimiento estúpido.
Si se quedara ciego le darían sin duda una pensión por invalidez.

Tuesday, February 13, 2007

Esta terrible manía de recordar. Cuando la amnesia es siempre la mejor opción. El verano que se aferra a los bordes de tu pollera, el tiempo, siempre el tiempo.

"¿Verdad mami que algún día no tendré miedo de vivir?" preguntó ingenua la niña.
Su madre bajó la mirada de la mesa al suelo.
Un silencio frío las abrazó a las dos.

Friday, February 09, 2007

Greco-romana

Sobre los mares
de ningún lugar
ella se mecía
sin ritmo

Desvergonzada pitonisa
hablas lenguas extrañas
para atraer a tus víctimas
y luego callas, callas
nadie comprenderá tu silencio.

Mirarme al espejo
y no verme
acariciar mi codo izquierdo
y sentirlo ajeno
quizá debería ponerle un nombre

Allá en la noche
cuando los ciervos agucen
sus miradas inquisidoras
despertarás agitada
sin saber de dónde has huído.
Entonces será tiempo
de preguntas
entonces será tiempo
de ausencias.

Wednesday, February 07, 2007

Ojos y luces

Sé que voy a llegar tarde. El subte está repleto y es verano. Debí salir antes y tomar un colectivo. Debí subir a otro vagón.

Apurarme, que no me agarre la puerta. No soy el Increíble Hulk.

El subte en su hedor habla de distancias y banalidades.
Quizá no llegue tan tarde.

Me deslizo en la espera inocua en las sillas de la sala dispuesta para tal fin. Luego será la pesada anestesia y los párpados simularán hinchazón a mi cerebro.

El porsiacaso es una paparruchada que nos quita mucho tiempo, y quizá haya llegado tarde sin darme cuenta.

Pensar en otra cosa, en vos quizá, un poco más atrás de la luz azul.

16, lo que se esperaba.

La luz azul se va y mis lágrimas serán irremediablemente amarillas.

Pienso en vos más allá de la luz blanca del día que se emperra en quedarse en la esquina.
Vuelvo al subte, ahora hay más gente aún.

No pienso en nada.

Tuesday, February 06, 2007

Pequeña utopía

En el mundo del tal vez nada es seguro.
Mejor aferrarse a lo breve, a lo chiquito.
¡Ojo! Cuidado con sobredimensionarlo. Es el teterno peligro de los buscadores de inmutables realidades.

La palabra urgente que no debe ser dicha se te escapará de los labios cuando estés dormido y el barroco esperanto nos abrazará de pronto.
Esa maldita tendencia al guión cinematográfico.

Mañana, si una pudiese confiar en su existencia, se intentará historizar lo ocurrido.
Comenzará la búsqueda arqueológica de los detalles pequeños (lo breve, lo chiquito).

Pasarán horas atando cabos en silencio y solos, reconstruyendo una historia que los llevó por delante sin pedirles permiso.
De tanto escarbar en es pasado cercano para ponerlo en vitrinas es probable, aunque gracias a Dios no inevitable, que el presente se escape, se convierta en el solvente para diluir y aumentar la superficie de ese pasado en construcción.

Escribir ahora que hay tiempo, si no lo hubiera tampoco se realizaría tan minucioso trabajo sobre el recuerdo.
Es que la palabra urgente no será dicha más qeu a oscuras, por tanto se habrá de esperar el momento propicio y, de no hallarse tal cosa, pues se continuará en ese silencio desvergonzado cubierto de ruidos superfluos.

El lazo, siempre el lazo.
Querer que todo sea para siempre.
Temer que todo sea para siempre.

Si lo breve es lo único, aceptarlo es resignarse un poco. Se hará de cuenta que...

Pero entonces, cuando en ese breve instante haya la sombra necesaria, la palabra urgente, la verdad esencial, surgirá como un estandarte, marcará un límite entre la realidad y la utopía.
Se sabrá entonces qeu se acepta lo que es por es; pero...

Abrir la ventana y volver a cerrar. Mirarse en el reflejo y saber esto breve sólo un recuerdo.

Caminar ¿Hacia dónde?
Quizá escapando un poco
de mí,
de lo breve,
también de la utopía.

Monday, February 05, 2007

Sonia exacta

Lo siguiente fue extraído de un diario de Sonia, más bien un cuaderno que encontré por ahí, de esos que ella no quiere que sean vistos.

"7:20 a.m

Odio escribir en este cuaderno.
Fue un sábado difícil. Amanecí con una jaqueca importante.

(Mejor no dejar un renglón entre frase y frase)

Tomé los analgésicos más fuertes que encontré y fueron "suficientes".
Vos estuviste ahí, desde siempre. Mañana no te voy a buscar, hoy sólo fue una triste debilidad. Es un atrevimiento de mi parte culparte de mi angustia.
Hoy pesan tantas cosas en el caos de mi día.
Quizá te escriba algo.
Nunca entendiste nada, que no te hablaba a vos, que me hablaba a mí, que te pedía que simplemente asistieras en silencio a una manifestación que no te correspondía.

7:30 a.m

No quiero dormir. Estoy borracha todavía. Y sigo odiando el renglón azul y finito que constriñe las palabras.
Irme, ¿dónde?.
Irme, ¿Dónde?
Donde el pasado no pueda encontrarme. Donde el futuro no intente sorprenderme. Donde el presente no presuponga más riesgos. ¿Dónde?

Pasado mañana, Dear Sonia, te subirás a ese colectivo que te llevará lejos tuyo, y sobre todo de Bruno.
No te buscaré Bruno, en las cornisas. No me arriesgaré a caer.
No te lloraré hoy en mi almohada.

Los ratones se siguen moviendo bajo los muebles. Y a pesar de que los sé muertos, los oigo moverse.
Subirán por mis cabellos y me despertarán cuando sueñe con vos.

Quizá sea mejor.
La mugre-mujer de atrás de mi cama soy yo misma.
Soy un cúmulo de pelusas.

7:43 am.

Quiero quedarme en la cama por siempre.

Irme a mi hundura sin placebos.

14:26 p.m.

Sigo girando hacia el sudeste.

Hegel Niezchte y Marx, ¿Llorarían con hipo?

La náusea debe estar escondida por ahí en alguna repisa, debería buscarla.

14:37 p.m.

Percibo el café que se acerca.

Friday, February 02, 2007

Versos Ruteros II

UNO

Persistirá el espacio infinito
aún a pesar de la voz
y lo que sobra se lleva
para otras veces.

Entonces,
cuando realmente no importe
dónde se encuentre uno
El imperativo de volver
es en un punto circular

Repetir lo dicho
en las noches húmedas
disimular la infancia
fotografiada

Si todo falla
sufrirás de nuevo
¿no se trata de eso?
No se trata de eso.

Arrojarse para no morir
y aún muriendo un poco
dejarse llevar
incluso a costa
de la entrega última
y desafortunada.

DOS

Tu presencia aún a la distancia
mi ausencia cuando no corresponde
cómo escribir de otro modo.

Se convertirá en papel
toda la ceniza
Las palabras se harán eco
sólo si son dichas.

TRES

El manejo del tiempo cuando se es niño es bastante sencillo. Ya, ahora, la urgencia.
¿Cuándo me convertí en sujeto de tiempos elásticos?
¿Cuándo el pasado y el futuro comenzaron a pesar mucho más que el presente?
Si la proporción es siempre la misma.
¿Cuándo cambió mi percepción? ¿Cuándo comencé a tener tanto miedo?
"mirar al pasado sin poder construir".

CUATRO

Mariposas en la panza
son sólo parásitos.
Un beso
es solo eso
si se quiere

pero casi nunca se quiere.

Entonces el beso
es una puerta abierta
al hígado, a los riñones.

Tuesday, January 30, 2007

Versos Ruteros I

UNO

No cuestionaré las manos
recorriendo mi cuerpo
Esa palabra justa
que duele en el estómago
Estar tan desnuda
sin dejar mis ropas

Sus manos en mi espalda
la noche profética
no veré la soledad
hasta el amanecer.

En el cuarto no hay espacio
para inseguridades
Dormiremos tan poco
y será suficiente.

Seguiré deambulando
Frente a la puerta
sin entrar
----------sin entrar.

Soy solo una pluma
sin ave.

DOS

Me seguirá tu presencia
más de lo esperado
y yo me iré
como se supone

Vos quedarás allí
aunque por un instante
----------------------por un instante.

Tus manos en mi cuerpo
si no me dejo amar
es porque soy solo un instante

Lo efímero es real
pero inasible

Lo perentorio
es lo único
decidirse a amarlo.

Tus manos en mi cuerpo
Digo tanto en silencio.

TRES

La ruta
-------las horas
----------------los días
------------------------la luna

Entre el verso y la prosa
el renglón definitivo
Entre mis profundidades y vos
la entrega postergada.

Lo correcto por el después
la locura y el ahora.
Ese instante efímero
atraparlo es un crimen
dejarlo escapar
una pena.

Vivir, vivir
¿Cómo se hace?
Soy solo una carta
sin destinatario
Tus manos que intentan descifrarme
soy sánscrito.

La ruta
--------la luna
---------------tus manos

Los lugares comunes
son demasiado cómodos.

Dormiremos tan poco
y será suficiente
para llevarme tus manos
clavadas en la espalda

CUATRO

Compartimos el miedo
recorres mi cornisa
no saltes, está bien
quedarnos este rato
admirando el vacío

Comprendo tu vértigo
te advierto el peligro
desprendete de mi mano
que suelo dejarme arrastrar
por la gravedad infinita

Sáaaaaaaaalvateeeeeeeeee
---------------------tu mano en mi mano
tanto peligro
tu mano en mi cuerpo
La ruta-------la luna
Dejarme caer
--------------Y no.

Monday, January 15, 2007

Lo astral de esta noche.

Las lentejuelas iluminan la noche y el señor del saco rojo dispone del micrófono para empezar el show.
Habrá palmas al final y algún grito de ¡bravo! pero solo al final, cuando acabe la canción.
Un telón plateado, la luz tan cerca, los límites de la experiencia postmoderna son tan difusos.
Los zapatos serán blancos o negros, el playback impreciso corresponde, nadie se cuestionará mucho más.
Hay que dejarse llevar, preso de la experiencia. Hay que asumir el rol de espectador inconciente. Hay que disfrutar y aplaudir.

La bailarina gorda intentará seguir el paso, y la petiza no hablará de su sexualidad.
El mozo del bar de la esquina, convocado de urgencia para reemplazar al bailarín hará todo lo posible y no será suficiente, pero estará bien.

Cuando llegue la hora del compromiso político, cuando las palmas y los gritos se hagan más fuertes, cuando la señora Orozco no pueda aguantarse y se suba al escenario, el cantor levantará las pancartas, arengará una procesión interna, indefinida, hacia ningún lugar. Luego, en secreto, mientras el baile distraiga y se vista de novia la bailadora de sexualidad confusa, el cantor cambiará su saco.

Cantará en políglota, ese idioma original de los grandes trovadores, que huele a español, y suena a frances, que pronuncia las erres anglosajonas y baila colombiano.
Podría ser Frank Sinatra, o Palito Ortega. Podría ser Silvio Rodriguez o Rafael. Podría ser cualquiera de nosotros, y un poco lo es, por eso la gente se pone de pie, aplaude aún cegada por las luces que refractan en el telón plateado.

Terminará el show, y aún después de los chistes verdes, las señoras contentas volverán a casa, a preparar a sus maridos sus respectivos churrascos, a calentar la bolsa de agua caliente, quizá hoy un poco de más, quizá hoy guste que queme.

Sunday, December 31, 2006

Las reglas de la bombachita rosa (también aplicable a las navidades)

Costumbre de consumir doce pasas (preferentemente de uva) exactamente a las doce. Cuando suenen las campanadas. Y si faltan campanadas preparar previamente a un tío o sobrino con aptitudes musicales para que imite el sonido faltante.
Si bien se sabe de ciertas tribus que conservan la misma consumbre con nueces, la operación resulta más complicada. En esa tribu también se sostenía que debía pedirse un deseo por cada nuez y saltar con un solo pie mientras tanto.

No levantar el mantel hasta el día siguiente, y de ser posible no levantarlo tampoco ese día. Será mejor tirar el mantel y todo lo que haya quedado encima.

Brindar de pie, y nunca con agua. Si el padrino alcohólico en recuperación se niega, oblígueselo cuando menos a levantar la copa. Es necesario mirar a los ojos cuando se brinda, aún cuando se trate de una reunión numerosa. Si bien el rito puede demorar un buen rato, no debe descuidarse la ingesta de pasas de uva. Se recomienda que se realicen ambas operaciones al mismo tiempo, o bien coordinar la reunión en dos grupos previamente organizados que se dividan las importantes tareas.

No será necesario comprar pirotecnia, siempre el vecino tendrá suficiente para que la mera visita al balcón colme los corazones ansiosos de pólvora.

El helado cerca del ventilador no es una buena idea. Si bien ambos son necesarios debe realizarse una opción. Se recomienda considerar este momento de optar como símbolo de las opciones a considerar en el año advenidero.

Las damas se encontrarán estrenando ropa interior rosada, no será requerida una prueba fehaciente del cumplimiento de dicha norma ya que se confía en la buena voluntad de las festejantes.

El corcho de la sidra debe golpear el techo y luego alguna cabeza (evitando siempre los ojos, como con tanta otra cosa), luego de lo cual se dirá "alegría, alegría, te casás". El implicado deberá al menos simular alegría.

Reglas básicas para llamados telefónicos de Felicitaciones:

Uilizar oraciones unimembre del estilo: Felicidades, Feliz Año, Los mejores deseos, etc.

No profundizar en ninguna conversación, recuérdese que las líneas estarán ocupadas y más de uno querrá hablar con esa persona con la que ud. se encuentra hablando. Por sobre todo recuérdese que a dichas personas las vio ayer y las verá mañana.

Si la conversación amenaza con profundizar aléguese un "hay mucho ruido acá, no te puedo escuchar nada". Reitere alguna oración unimembre de las anteriores y cuelgue o pase el teléfono a algún otro desdichado familiar.


Si puede seguir al pie de la letra estas simples pautas y terminar la jornada de buen humor y con ánimos de seguir viviendo, seguramente se halle preparado para un año más. ¡Felicidades! Que tenga un próspero año.

pAPÁ NOEL

Saturday, December 30, 2006

Sonia y sus condiciones

Cambiarán las condiciones de mercado, pero Sonia se perpetúa en sus actividades rutinarias.
Esperar se convirtió en su estilo de vida. Una vida placentera, pensará Miguelito, pero bien sabe Sonia que no se trata de eso.
Bruno la mira, cómo la mira Bruno.
Bruno piensa que tal vez, cuando pase el tiempo, cuando, como dijo ella, se caiga de la mesa, rebalse la bañera y no espere el colectivo...
Sonia sabe mejor que Bruno que esto de esperar ya es puro disfraz. Que la que se fue hace un rato fue ella misma, que no volverá. Y esperar, esperarse, es algo así como negar la ausencia de sí misma, la ocupación del espacio propio por esa otra presencia ajena, desconocida, que repetirá gestos, que esbozará sonrisas, pero que no es, no es.

Sonia prende el televisor, para matar el tiempo. Pone un canal vacío, como ella, para matarlo con violencia. La imagen amarilla obstruye sus ojos, esos ojos cansados que desearía sacarse, dejarlos en la mesa de luz. Si tan solo los ojos fueran como la dentadura. Si tan solo supiera que en un par de años tendrá ojos postizos, que se sacan y se ponen, si pudiera asegurarlo. Eso esperaría.

Thursday, December 28, 2006

Las uñas en el sillón.
Quise destruir el tiempo.
Hoy no soy más que esto.

Tuesday, December 26, 2006

Proclamación (sobre el agua)

El pasado se abalanza sobre uno,
te cubre con su sombra.
Es el antes sobre tus hombros
-------------------------------- ese halo de misterio.


Por eso cuando despiertes
y tus ojos continúen así de húmedos
hazle saber a nadie
que estás presente.

Será la mala hora
la hora de la siesta
las deshoras sin tiempo
------------------------------ esa mano que te aprieta el cuello.

Por eso cuando despiertes
y tus manos conitúen así de tiesas
hazle saber a nadie
que estás ausente.

Hoy,
ese espacio inasible
ese cinturón de espinas
------------------------------ tanto dolor es un instante.

Por eso cuando despiertes
y tu cuerpo frío,
y tu boca muda,
y las palabras de otros flotando, flotando...
será mejor volver al sueño.

Sunday, December 24, 2006

La sangre del cáliz

Bebe una o dos copas de vino tinto. Las sorbe lentamente ritualizando el triste acto. El espíritu de somelier la lleva a mirarlo, hacer girar la copa. Bebe una tercera copa.

El agua del frío en su cuerpo, ¿dónde están las manos que deben quitarla?. Abrigarse con frazadas en diciembre no tiene sentido.

Bebe una cuarta copa y comienza a comprender. Aceptar lo de siempre. Será bueno poner algo de música, sufrir en silencio y ocultar el llanto. ¿Dónde están los pañuelos ahora?

Detener el tiempo y saberse así. Quizá hubiera sido mejor seguir corriendo. No pensar, no pensar, no pensar, quinta copa.

La sexta copa la beberá despacio, disfrutando el absurdo de la nueva ilusión. Tal vez sea esta la copa que la desmaye. Mira la copa e intuye que luego, que la botella vacía, que la cama desecha y con sombras, que la noche, la noche por sobre todo, por sobre ella.

Se servirá de todos modos una séptima copa, por el número bíblico, porque todo es un juego. Si hay que seguir las reglas para salir del laberinto ella se resignará a seguirlas.

La copa, esa séptima copa quedará allí, por lo menos hasta mañana, hasta que levante la mesa y sacuda las migas en el patio. Hasta que enjuague los platos y decida hacer de cuenta, como hasta ahora.

Sunday, December 17, 2006

Sonia y las alertas meteorológicas

Es un temporal, pensó Sonia esa noche. Y ella que disfruta de quedarse en esas frases ambiguas, ¿cómo si algo no lo fuera?, jugó con lo temporal.
Es como una caja de curitas, o un paty. El temporal que sirve de metáfora para mucha lluvia, viento, árboles voladores, quizá granizo pero que pasarán, pasarán y el charco quedará, se mantuvo aún con las nubes tardías de la mañana siguiente.

Sonia se quedó un rato en esa esquina. Después del primer chapuzón ya no hay más frío. En esto también pensó un rato, mientras se mojaba esperando al semáforo que no cambiaba y estaba bien, por alguna extraña razón estaba bien.
El temporal pasaría, y la lluvia de su piel con una ducha caliente se iría por las cañerías. Pero ahora esa lluvia, ese frío, ese choque de temperaturas entre su cuerpo y el agua. ¡Cuánto había necesitado esto!
Despertarse de golpe, sentirse viva. Y sufrir un poco, claro esta, ¿acaso no es eso estar viva?. Pensar, hilar los conceptos uno detras del otro, entender en el abanico de posibilidades que las elegidas, que las opciones si bien no fueron las correctas fueron las tomadas. ¿acaso hay alguna correcta?.
Sonia dibujó un mapa conceptual, unió con flechas, arriesgó nuevas hipótesis. El frío y la esquina y ese semáforo en verde.
Quedarse ahí y echar raíces. Y que nadie te vea Sonia. Sentirte así de viva y pensar, sin pensar del todo. Quizá porque en ese momento Sonia no pensaba en después, en la ducha, en la cama, en la posible pulmonía. Sí es cierto, sin querer pensaba un poco en ayer. Más bien lo presentía debajo de esa piel que con la temperatura se hacía más sensible no por las ganas de llorar que realmente ahora se le habían perdido por un rato sino por la transparencia.

La lluvia limpia Sonia, y podés correr descalza que no habrá vidrios. Y si los hay la sangre purifica y caminarás en lo sagrado y el dolor, el dolor Sonia te avisa, te grita tu existencia.
De pronto a Sonia en ese mapa conceptual se le ocurrió que todo esto sería un ritual de sanación, la última y ojalá que la última etapa del pasaje a otro estadio. Una última muerte para vivir del todo. Si acaso ella supiera cómo se hace esto fuera de la humedad.

Si lo pasado es precondición necesaria y suficiente para el presente e incentivo para el futuro, todo se resume en esa esquina, en ese semáforo en verde, en ese colectivo que se va y aunque quisieras dejarlo ir y seguir mojándote, algo de lucidez te dice que corras que no podés seguir ahí para siempre.

Y Sonia corrió, sin esforzarse demasiado. Después de todo esa esquina, esa lluvia, ese semáforo, ese colectivo urgente incluso, todo temporal. ¿Acaso algo no lo es?

Sonia se lavaría con agua la lluvia de su cuerpo, dormiría por momentos un sueño intranqulo de escaleras añejas y llenas de ruido. Sentiría en su estómago una extraña urgencia de algo que ahora, sin lluvia, sin esa lucidez temporal, no podría nombrar.

Saturday, December 09, 2006

Abandono express

Se va se va la barca, se va se va el vapor y el lunes por la mañana se va se va mi amor.

Pasos en un pasillo con baldosas en forma de rombos negros y blancos. Una oscuridad de siesta y calor húmedo.
Una muerte quizá, quizá la locura.

Golpes en la puerta, alguna palabra violenta.

Una foto en algún lado, una carta rota y pegada con cinta escocesa.

Recuerdos desordenados, algunos perdidos.

La posibilidad, la espera, el verano húmedo y caluroso, muchas siestas.

Atarse los cordones, tener un poco de asma, comprarse un corpiño que combine con la bombacha que se lleva puesta.

La casa en venta, la casa vendida. La plata en el banco o en ningún sitio.
Las inseguridades, los miedos, las siestas húmedas ya sin posibilidades ni certezas.

Las manos que transpiran no pueden abrazar.

Tuesday, December 05, 2006

Lecciones Folk II

Fin de año es una fecha apta para hacer balances, para revisar los talentos con los que uno se encuentra para cultivarlos como corresponde el año entrante.
Johnny tímido entró en el salón de actos atiborrado de padres y docentes agitadas. Se sentó entre la multitud del público donde le indicaron. Como le indicaron guardó las figuritas y cerró la boca.
Cuando Johnny vio aparecer a la Profesora dueña del micrófono supo que algo traía entre sus manos, lo intuyó desde las tripas, desde el recuerdo embrionario de algo que ocurrió y que no se debe nombrar.
Qué se levante el telón, que suenen las campanas, que el show comienza aquí para alegría de todos.
Estar en medio del público de algún modo a Johnny le resultaba relajante, aplaudir si se quiere, bostezar a escondidas, descansar, sobre todo eso. Pero esa sensación en las tripas, esa intuición, esa señora con micrófono... algo habría de ocurrir.

Los números se sucedieron unos a otro sin la menor alteración del ritmo programado. No fue hasta el final que el mundo se desdibujó entre el absurdo y la angustia.
Poco a poco los ventiladores resultaron insuficientes para tanta madre embarazada, para tanto brazo levantado que florecía en cámara digital. Y habrá sido a causa del calor, del embotamiento, que el último aplauso previo resultó casi gelatinoso.

Demás está decir que el anuncio del repertorio musical fue insuficiente, que la sensación en las tripas aumentaba a medida que el telón se descorría una vez más.
Era el gran final, el broche de oro. Y ese terror visceral poco a poco cobraba forma.
Primero se vieron los pies, las medias rojas sobre la alfombra del escenario. La pollera, la camisa, el rostro pálido y temeroso, el bonete rojo y el pompón blanco.
Solita con el micrófono, sonaba la música...
El jazz navideño, I wish U a Merry.... I wish U a Merry...

La niña movía los labios pero ningún sonido salía de su boca. El jazz continuaba y la señora del micrófono decidió cambiar el instrumento. Pero la voz de la niña seguía sin aparecer.
La gente en el público comenzó a dudar, a cuestionarse, Johnny entre ellos. Buscaron la voz de la niña navideña debajo de los asientos, en cada rincón. La señora del micrófono sólo repetía que no era un problema técnico.
La voz desaparecida no fue problema para las fotografías maternas, para los flashes.
La posteridad se encargaría de desmentir el silencio.

La niña continuó cantando en silencio hasta que terminó la pista y la señora del micrófono inició el fortísimo aplauso.
Johnny dudó por un instante pero enseguida comenzó a aplaudir.
Será mejor aplaudir, aplaudir lo más que se pueda. Será mejor hacer de cuenta que aquí no ha pasado nada. Aplaudir, apagar el ventilador, y volver al aula.

Thursday, November 30, 2006

Palabras palabras palabras

Across my little world, across my page without sense.
I have one wish hidden in my pocket, I won´t show it to anyone, not yet.

Pipo Pescador resultó ser un poeta, un filósofo, y yo acá sentada perdiendo el tiempo.

Oíd mortales Oh inmortales.

Saturday, November 25, 2006

Dammus Nostra.

Hacía tanto que no tenía tiempo para soñar. Parece poético, pero no lo es. Dormí bien esa noche. Bien, sí es metafórico. El tiempo permitió la profecía, y la sensación en el cuerpo de mensaje oculto es tan difícil de borrar.
Cuando se tiene percepción en el sueño de que se trata de un sueño pueden suceder dos cosas, o bien que se intente burlar las dimensiones de lo posible en esa realidad alternativa que no existe de verdad (posición lúdica) o bien que se presienta un mensaje oculto en aquello que se ve, que se lee, que se siente. Y he ahí la profecía.
"Esto es un sueño", me dije. Y no podía dejar de leer esas palabras inconexas, de como sin pero después...
El vacío al despertar me hizo intuir. Intuir y nada más. No intuí nada, solamente intuí. Sensación de algo más y todo serán señales. El día nublado, el libro abierto al azar, el título que no recuerdo. Ya no se puede distinguir con claridad qué ocurrió durante la noche y durante el día. Porque sería incorrecto decir qué ocurrió en el sueño y en la vigilia. Mi sueño y mi vigilia tienen tanto en común.

La víspera, siempre la víspera. Y será lo que dijeron durante la cena, será el calor de ayer, será Valeria Britos y sus problemas de pareja. O serán deseos Freudianos reprimidos, y hay tantos sin reprimir pero igualmente insatisfechos que para qué enumerarlos siquiera. O será simplemente profecía, y esta sensación de destrucción latente no es absurda. Por eso me quedo parada como otras veces en la cocina, atónita ante el viento que atraviesa el lavadero. Limpio el mate como autómata y percibo esa otra presencia a mi espalda. El infinito susurrando como lo hiciera antes el asco. Infinito y asco no son tan distintos.

Es que hace tanto tiempo que no tengo tiempo. Y ahora tengo que llorar todo lo que antes no pude. No te sorprendas, no te asustes. A veces es necesario caer.
Y a quién le hablo, Y quién me lee.
¿Necesito ver para creer? ¿Necesito acaso ser leída para escribir?
Hay esa angustia, si se le quiere poner palabras y de hecho cuando se escribe se intenta eso, que clama por ser mutua. Por encontrar sensibilidades similares que comprendan las palabras perdidas, los punto y coma y como todos se escondieron ¿quién se embroma?

Esto se asemeja a un discurso o a una despedida. Parece ser todo así últimamente. Y creo que es por ese sueño, si se quiere llamar de algún modo.

Las palabras del infinito que son susurradas en el oído en esta cocina azul oscura son verbos en futuro. Ese futuro impreciso y esos tiempos compuestos. En estos tiempos compuestos se quiere lo simple, quiero lo simple.
Por eso ahora resulta lógico haberte creido aquello del te quiero, era casi cotidiano. Y sé que te escribo a vos, y también sé que es una lástima, porque me dejaste bien en claro que te aburrís de leer. También sé que quizá por eso mismo es que te escribo a vos, porque sé que no me leés. (sé que te espero, que te miro, que te quiero incluso porque...idem).

Entonces esto es como una carta sin destinatario, qué cursi. Qué asco que me doy. Estoy triste y le doy vueltas al llanto. Algo de esta profecía me obliga a buscar mejores razones, o cuando menos más nuevas, para llorar con el debido respeto. Mejores razones que esas ausencias acumuladas en el fondo de un placar angosto y móvil.

Sé como va a seguir todo esto, y uso un presente perifrásico (¿se llamaba así?) para evitar el futuro apocalíptico. Voy a quedarme en casa, quizá incluso alquile un video europeo sin duda para llegar al colmo del cliché, para justificar el agua ocular mejilla hombro derecho almohada. Voy a dormir diez u once horas, y a soñar quizá algo parecido. Voy a despertarme mañana en domingo funesto, a intentar sobrevivir.
Saber que mañana va a ser peor parece un consuelo. I will survive. I should survive.

Wednesday, November 22, 2006

Té de hierbas.

Dios sabe qué hierbas tenía ese té... Digestivo estoy segura que no era ya que la náusea, digo yo, no es parte de la digestión.

"Disculpe Señorita, le hago una pregunta, por ahí se va un poco de lo que estamos hablando pero me podría decir exactamente cuándo, dónde y qué es el Comunismo"
"Y sí, se va de lo que estamos hablando, te lo explico otro día"

Causas de orgullo:

Sobrevivir un año agitado.
No sentirse sola en noviembre, si bien no se está acompañada.
Ser argentina un día cómo hoy que el mundo nos nombra... inventamos el dulce de leche, la birome, el colectivo y fuimos los únicos que le robamos la cartera a la hija de Bush. (nótese el plural del sentimiento nacional)
Haberse probado esa pollera rosa chicle bazooka para entender que parecíamos una muñeca de torta.
Saber hacer un chiste apropiado cuando todos están en silencio.
Sonreír como los chinos pero sin entrecerrar los ojos.


Cosas pendientes:

Tener equilibrio y no caerme (Cómo quisiera que sea sólo metafórico).
No sonreír como los chinos cuando no quiero.
Organizar el año para que no se me agite, ni termine con asma.
No sentirme sola en noviembre, y que sea literal.
Ser argentina por algo que haga yo, inventar una birome con la cara de la hija de Bush en el momento del robo, quizá sea esa la forma.

El té ya se enfrió en la mesa y por suerte dejé de tomarlo. Ya no tengo tanto asco. De vez en cuando se percibe sobre el hombro el suspiro lejano, algo que está detrás y no puede verse.
Los ojos en derredor ya no dicen nada, no hay mucho que mirar. La posibilidad imposible que se sostenía entre los dedos se dejó caer hace tiempo. ¡Cuán libre he podido caminar!
Entiendo tanto ahora, tanto.
Vos fuiste algo tan hermoso que me dejaste llena de angustia. Este té me lo explica. Fuiste como las hierbas que no puedo describir, que necesité tomarte, a pesar de la náusea. Y luego vomité, claro. O no, no estoy segura. Eso habría sido más rápido. Más bien te metabolicé y te fui excretando bien de a poco. Hay que correr y transpirarte, hay que purgarse para eliminarte, o hay que dejar pasar el tiempo.
El tiempo pasó y vos con él. Y yo ya sin angustia pero con otra cosa, que si bien conozco mejor no puedo describirla.
Se dice vacío, se dice soledad, pero son afirmaciones, y esto acá es la negación completa, el no.
Yo con el no. Yo con él no. (esto me da un poco de risa)

Ahora pienso que debería haberle dedicado más tiempo en la clase a la pregunta del niño.

Saturday, November 11, 2006

Asfalto

Llegaron temprano, aún no amanecía. La calle estaba desierta, muda. Había un halo de humedad que acariciaba los hombros desnudos de ella que llevaba musculosa, esa musculosa amarilla que nunca le había gustado. Los hombros de él estaban cubiertos, por tanto no percibían la humedad. Él llevaba saco y corbata, quería estar preparado para cuando sucediera.

Caminaron tranquilos uno junto al otro, sin hablar, sin darse la mano, sin mirarse. Ya todo estaba dicho.
Los dos sabían cuál era el sitio convenido, ésa era la calle, no podía ser otra.

Pronto saldría el sol y la humedad se evaporaría. Para cuando ese trozo de asfalto en el que se pararon se iluminase por completo, ya todo estaría consumado.
Al llegar a la esquina bajaron el cordón por la senda peatonal, caminaron sin respirar hasta el punto medio perfectamente calculado, y esperaron.

Él decidió que cuando ocurriera estaría con los ojos cerrados, no quería saber el color del auto, quería imaginarlo azul, quería que fuera un ford, quería que fuese un hombre el que condujera, quería no llegar a escuchar la sirena de la ambulancia.

Ella esperaba con los ojos abiertos mirando la punta de su zapato. Cuando ocurriera levantaría la mirada. Ella siempre quiso saber, siempre.

En cualquier momento la ciudad iba a despertar y a comenzar su movimiento. Tal vez los primeros coches los esquivasen, y alguno les dedicara una sonora puteada, igual había que seguir ahí.

Pasó un canillita en bicicleta y se detuvo junto a ellos.

- ¿Qué esperan?

- Que nos atropellen.

El canillita pensó que estaban locos y se asustó un poco.

La gente se fue juntando cerca de ellos pero sin dejar las veredas, sin pisar el asfalto. Sin quererlo, ese río oscuro se fue convirtiendo en su terreno privado.
Los autos que llegaban reducían la velocidad al ver a la gente reunida y rodeaban a la pareja sin rasguñarlos siquiera.

Ya había amanecido del todo y la policía dispuso un cordón para proteger a los periodistas que no preguntaban nada y afirmaban mucho frente a sus cámaras. Los autos ya no pasaron más.
ÉL abrió los ojos y ella lloró un poco.

Anocheció y la gente se fue aburrida a su casa. Ellos también. Quizá si hubiesen elegido otra calle habría sido diferente.

Monday, November 06, 2006

Rococó break

Sobrevendrá finalmente el tiempo de la tormenta. Las deshoras acuciantes y la espiral infinita.
Escribir con pluma te obliga al barroco. Alogo trágico hay en la fluidez de la tinta.
Si te encuentran escribiendo no se sorprenderán. Es legítimo escribir, sostener en las manos la pluma y la mano misma sostenida por el papel. Este a su vez es sostenido or la mesa. Y así el piso hasta la eternidad sustantiva sin chiva que se obstina en esconderse allí.

Alcanzarán las palabras ese espacio inseguro de verborragia sin límites. La forma por la forma misma ¿y el contenido? Es algo tan gris, tan nauseabundo, que mejor no nombrarlo siquiera. Menos tocarlo. Lo de adentro, adentro corazón de melón.

Se hace tarde ahora, aún sin tiempo. Y no quiero que te quedes mirándome sin comprender. Lo inaudito debe aceptarse como es dado, sin recaudos. Habrá tiempo mañana para lamentarse, para notar la tinta en la mano e intuir que algo fue dicho.
Ahora descansemos amor, por el cansancio futuro. Ahora disfrutemos de este último sol que casi se apaga, ahora resignémonos a lo efímero, que mañana será el lugar del para siempre.

Y contar los minutos que ahora se escapan, que mañana se estancan, que ayer ya no existen.
Un abrazo estaría bien, tal vez también un beso...
Sino habrá sustratos oníricos aptos para celíacos.
Ahora descansemos sin tinta.

Friday, November 03, 2006

Lecciones Folk

La maestra de música desafiando al absurdo enseñó ese malambo al alumno ausente. No se lo enseñó a su vuelta, sino el mismísimo día de su falta.
Era conmovedora su dedicación, lo recuerdo como si lo estuviera viendo. Sus brazos desplegados y su dedos chasqueando el ritmo.
Después vendrían la zamba y el escondido, pero ahora era tiempo de malambo. Los niños la miraban sin comprender, sin cuestionarse siquiera ese arrebato psicótico. Johnny aprendería muy bien el paso porque su maestra se lo estaba enseñando como debía. Johnny estaba más callado que de costumbre, quizá porque no estaba. Pero esto no debemos decirlo más, que no se entere la maestra, que no salga de su posesión musical.
¿Acaso no es esto el folklore? La desvinculación pasado-presente-futuro, o más bien todo lo contrario. Mañana cuando venga Johnny ya sabrá los pasos, o deberá saberlos, porque le fueron enseñados hoy, aunque no estuviera.

Dará la media vuelta, Dará la vuelta entera, y la paloma blanca o cuadrillé, que voló hace rato, espera desesperadamente el sentido de esta ronda.

Johnny, ¡baila así!Sigue bailando Johnny hasta tu vuelta. No te canses de ensayar aunque quizá desde la cama, o dondequiera que te encuentres ahora, no puedas presentir tus avances. Tu maestra que te conoce, que está tan pendiente de vos hasta cuando faltas, sabe que hoy, justamente hoy, lo estás haciendo muy bien.

Termina la cinta, salta el cassette y es probable que alguien la rebobine, para volver a empezar, para ensayar una vez más con ese espacio vacío. Johnny, Johnny, no te asustes.

Saturday, October 21, 2006

Sonia y la memoria

Algo ocurrió esa tarde, algo colapsó frente a sus ojos. Y Sonia pudo ver todo más claro, más claro.
El peso sobre sus hombros, ¿dónde había quedado? Y aceptó todo el dolor como una precondición en letra pequeña.
Esto le permitió recordar, casi sin proponérselo, y todas esas imágenes se fueron disponiendo pacientemente ante ella, sobre ella. Una por una, sin apretujones innecesarios.
El viaje en colectivo sería lo suficientemente largo como para concluir ese otro viaje.
Entoces se acordó de todo. No, no fue Sonia quien se acordó. Fue alguien más, quizá yo, quizá la circunstancia. El recuerdo era activo por sí mismo, y ella era quien lo recibía. Lo observaba, lo escuchaba, lo olía y tantas otras cosas más.
Ahora que intento poner palabras a esta situación por la que pasó Sonia ayer, todo lo ocurrido, ese colapso primero, se asemeja a la cañería de una pileta (Lavabo diría mi amiga de España)que tapada por meses y meses, por cambio en las presiones de los platos puestos por encima, o del agua misma que sale de la canilla, se destapa. Y todo en sus ojos colapsó con la misma fuerza, con el mismo sentimiento después de la impotencia. Alguna vez me dijeron que esto ocurre con las operaciones de Glaucoma, no sabría asegurarlo, luego supe que todo fue mala praxis.
Pero el colapso de Sonia fue tan grato, tan de repente, que por un momento no había que nombrarlo, no había que seguir. Y el colectivo frente a la barrera baja lo permitía.
Luego el recuerdo visual y patente. Todos sus amores, esos otros que terminaron bien quizá porque nunca comenzaron realmente. Las obsesiones adolescentes, los deseos más carnales, la fraternidad que transforma el vínculo, y Bruno, claro.
Bruno pertenecía a un orden distinto y la única razón por la cual fue evocado en esa lista imperfecta de imágenes sensoriales (¿es posible que exista otra clase de imágenes?) residía en lo inconcluso. Y lo inconcluso que es también impotencia, como la de la cañería tapada, es posibilidad. "Siempre existe la posibilidad, lejana, pero no imposible, de otro modo no sería una posibilidad", decía la maga cuentista, y detrás ella la música y el cuerpo.
Bruno y esa sensación de infancia, esa sensación ambigua de eternidad construida. Ese candor. Bruno, y quererlo porque sí, por el placer simple que implica querer a alguien. Y no intentar siquiera transformar nada, destapar la cañería, porque Bruno...
Sonia dejó caer lágrimas frías aún sonriendo. Y fue raro, porque justamente esto que no puede explicar es lo único que entiende.
Sonia fue escrita tantas veces en situaciones diversas, Sonia ya está completa de punta a punta, con café de por medio, con boinas y cigarrillos de Bruno, que ahora por las leyes no van a ser en el café.
Pero liberarte Sonia, hacerte ajena, es tan difícil. Es someterte al juicio, pero sobre todo, abandonar a Bruno. Por eso es que no puedo, porque Bruno...
Y Sonia asiente, comprende. En su mutismo sabe que mis manos expresan lo que ella no puede. Y Bruno...
Bruno está, ¿acaso no es eso suficiente?
Sonia tocó el timbre y el colectivo se detuvo. Bajó, caminó y se hundió en el papel que luego guardé en mi bolsillo.

Saturday, October 14, 2006

Fiebre de sábado a la tarde

El agua en la pava para el mate hervía. La dejé hervir un rato largo. Quizá cuando llegue ya no quede agua. Y deba poner de nuevo el agua en la pava. Abrir la canilla, dejarla correr, dejarla correr.

Ya escribí estas palabras pero el agua no hervía, sino todo lo contrario. Y entonces había ciervos mirando, persianas, y vecinas. Pero ahora el agua hierve y de pronto la cocina está demasiado lejos.
Creo que tengo fiebre, es posible que tenga fiebre, y me quedaré en cama, esperando curarme para el martes, cuanto antes, para el deber que es deber y no espera.
Me curaré como sea, pero hoy el agua hierve y me voy a la cama. Me tapo con el acolchado aunque no haga frío.
Quiero jugar con rompecabezas, quiero que mamá me compre la revista billiken o anteojito, o mejor, chiquicosmik. Quiero mirar dibujos animados y no reirme, porque no puedo.

Y ahí estaban los ciervos mirando, mirando. Y yo cebaba mate frío, pero ahora el agua hierve y si cebo así el mate se va a quemar la yerba.
Mejor empezar de nuevo, tirar lo que quede del agua y volver a encender la hornalla. Mejor ni siquiera apagarla y llenar rápido la pava con agua nueva. Agua nueva.

Y ahí en el fondo hay dos o tres ideas, que tendrán su tiempo de espera prudencial. Ahí en el fondo hay dos o tres deseos que quizá nunca se verbalicen. Alguien podría pensar que no verbalizar los deseos es la única forma de que se cumplan. (no lo digas que sino no se cumplen) ¿o es al revés?
El deseo existe igual aunque no se diga, y se irá evaporando de a poco, hasta que no exista más.

Entonces mejor ir a la cocina de una vez por todas y llenar de nuevo la pava. Empezar a esperar nuevamente, hasta el momento justo antes de que hierva, cuando aún se pueda cebar el mate, cuando se pueda.

La espera, el mate, la pava, el agua que hierve, el deseo... ahora que veo todo escrito noto el lazo semántico mucho más claro. Pero entonces vuelvo a eso que fue escrito antes, a los ciervos, y al helecho, y no logro comprender qué relación existe. No logro entender qué pueden tener en común un montón de ciervos que miran, un mate frío y un helecho seco. De todos modos la sensación es la misma, me voy a la cama a dormir la fiebre.

Thursday, October 05, 2006

Clasificado

Voy a alquilar un rincón
para vivir tranquila.
Para despertarme cuando quiera
y rodar por el piso.
Para plantar flores secas
y recolectar postales.
Para pintar las paredes
siempre de un color distinto.

Voy a alquilar un rincón
que no quiera nadie
para que nadie me lo pelee
y que sea solo mío.
Para compartir cuando quiera
si es que alguien quiere hacerlo.

Iba a alquilar un rincón
con todas esas características
con ventanas redondas
y cortinas desteñidas.
Pero mejor no
son tantos los riesgos.

De que venga fallado
humedecido en los cimientos
de que venga habitado
con presencias inalterables y ajenas
de que venga diferente
a como lo imaginaba.

Iba a alquilar un rincón
pero mejor no alquilo nada.

Sunday, October 01, 2006

Cuarto menguante

Había sol sobre la vereda y baldosas fijas. Había árboles floridos, y ácaros amenazando. Habían peatones apurados y tareas por cumplir. Había carteras repletas de papeles y un cuento viejo escondido en un cuaderno cerrado. Había un calendario que insinuaba que ya un año, ufff ¿ya?. Sí, mejor, mejor. Ya pasó y sana sana colita de rana, que si no sanó ayer sanará mañana.

Los pasos presurosos sonaban tacón-baldosa-tacón-asfalto. El semáforó, el colectivo repleto, los niños angustiados y la mediación necesaria. El semáforo, el colectivo repleto, y la clase, la otra de pasividad exagerada, de palabras flotantes y dibujos desgraciados. El semáforo, el colectivo y ya no había sol en ninguna vereda.

La luna recontra menguante se colgó de los árboles, se escondía, y mis ojos cansados llenos de polen la buscaron a pesar de la tortícolis.

El semáforo, el colectivo ahora vacío, no pensar, no pensar. Tan cerca, tan lejos que creí verte entre un grupo de gente. Creí, pensé, dudé... entonces lo supe.
Volví a casa, algo consternada, volví a mirar el calendario. ¿Un año ya?. La duda era una certeza inesperada, ya no te recordaba. No podría distinguir tu cara en ninguna multitud, no identificaría tu voz en el teléfono.
Me abrazó una angustia tranquila, rara. Ya no era menester olvidarte, porque ya había sucedido, incluso a pesar mío.

Y te busqué igual, algo enojada con mi humanidad, y solo encontré retazos de algo que tuvo sentido, papeles borroneados, mezclados con otros olvidos. Los aromas, los sonidos, las palabras... si bien aún mi piel guarda registro, no podría estar segura, no podría parar a saludarte. Por eso seguí caminando, hasta casa, por la vereda de luna menguada. Habría estado bien, sería poético, que lloviera, pero no. Las baldosas secas y el semáforo implacable, y mi memoria humedecida, y esta angustia tibia, este duelo consumado, esta sensación de conclusión, de confusión.

Ahora presiento que entre el recuerdo y el olvido no hay mucha distancia. Que se olvida tanto en el acto mismo del recuerdo. Que se recuerda tanto de lo que se creía olvidado. Que lo que guardo en mí de vos, es más bien una creación mía, por eso no podría saludarte. Si no fueras vos, moriría de vergüenza.

Sunday, September 17, 2006

Sonia, las palabras y el tiempo

Si entrecierro los ojos puedo ver el día a través de mi persiana. La que llevo a cuestas.
Freud necesitaba cocaína para escribir y yo necesito ganas.
Tiempo... también. Pero otro tiempo.
Sobreviene el deseo de llenarme de actividades para tener excusas ordenadas para no querer hacer nada y estar en mi legítimo derecho de no querer.

Los desaparecidos que forman parte de nuestra memoria colectiva están más presentes que yo.

Él tiene nostalgia y yo ya ni eso.

De todos modos si me cruzo de vereda y me miro sin violencia veo como todo se mueve. Lento, pero se mueve.
Al paso que voy ya es claro que no voy a llegar muy lejos, que por más que la apure, la muerte va a sorprenderme cuando duerma y crea que ya no es necesario morir, que la vida, la vida...

Alcanzar la palabra antes de la palabra. El símbolo puro, la transferencia total, completa y fiel de esa otra realidad, que es única en cierto modo porque es propia.

Jugar con las palabras de este lado no es más que adecuarse a esas reglas que otros prefijaron y si bien los límites pueden empujarse, salir es imposible.

Imágenes sueltas dado que como se dijo "la imagen precede al lenguaje y procede de la percepción". Pero nunca fui buena para dibujar. Entonces es difícil. Y a mí, que lo difícil me aburre, que aborrezco lo que me cuesta y aún así es lo único que sigo intentando, hoy no voy a dibujar.

Abrir cualquier libro y leer dos o tres renglones. Luego podré doblar el borde de la página a falta de señalador. ¿Cuándo te enseñó tu mamá a hecer eso? Y estar segura de que fue ella porque ella lo sigue haciendo. Y aunque vos no lo hagas más y prefieras señaladores vistosos y significativos te acordás de que en algún impreciso momento te fue enseñado. Y detrás de ese nimio recuerdo la soledad infinita que te carcome los huesos.

Tristemente Sonia llegó a casa, mucho más tarde de lo que suponía. Y esa súbita necesidad de escribir se apoderó de ella sin hacer caso del cansancio. Entonces no es tiempo ni ganas lo que se necesita, sino un deseo irrefrenable, que supere la conciencia, que tome el lápiz por su propia cuenta y no perciba el yo del escribiente.

"Mentirosa no" había dicho Sonia, y se retiró ofendida. Había dos o tres palabritas que no permitía pronunciar. Y aquellas copas dejaron salir la angustia, como venía ocurriendo religiosamente.
Amanece afuera y es domingo. Sonia dormirá hasta el mediodía y si Dios quiere un poco más. Siente la necesidad imperiosa de fumar un cigarrillo pero no se puede y mejor dormir.

Saturday, September 09, 2006

Metablog

Mostrarse, ocultarse. Mirarse, de eso ya se ha hablado tanto. Ya dije del espejo, de la piel sin caricias, de los bordes y del llanto. Ya dije del perro fantasmagórico que corre sin correa y que se aleja porque lo quiero lejos para no extrañarlo. Ya dije de los ojos que miran impares y del asco que sopla y sopla. Ya dije... ya dije.
En este espacio se escribe en se. ¿Vieron? Una se escribe. Uno se dice. Tercera persona absurda inexistente, retóricamente necesaria para validar un discurso cotidiano y misterioso.
Cuasi diario íntimo, ficción barata, arte arte arte (no Martha Minujín, no llores).
Un botón y a la deriva, alguien va a leerte, no sabrás quién és, no no, es mejor así.
Te miran, te ven, saben de tu pena, pero no existen, y vos tampoco, es lindo el juego.
Y allá la vida, en primera persona. Y cuesta tanto decidirse en qué etapa anclar, con qué obsesión quedarse para siempe, o bien el escenario, o bien la colección de figuritas. Y yo que no me decido, me quedo con las dos, y las voy alternando.

Lo que comenzó como una investigación, porque así es como comienza tanto, se va alejando del (se) y se acerca a mí con un vértigo peligroso. No quiero mostrarte mis bombachas sucias, no quiero. No quiero decirte nada verdadero. Y te he dicho tantas cosas.
¿Hay alguien ahí de cualquier modo?
Había una película, una de tantas, década del ochenta, las computadoras de ese entonces, que acá no existían, y yo muy chica que miraba la película que era más que de ciencia ficción por la carencia tecnológica en el mercado local. Bien, me fui por las ramas, la película no sé de qué se trataba, pero estaba esta escena, del niño que comenzaba a conversar con un extraterrestre. Pantalla negra, cursor verde... inaudito.
Y estaba ahí, la comunicación, el arte verbal. La estúpida necesidad de encontrar bien lejos ese igual que nos comprenda. Porque acá cerca no encontramos nada. Ojo, todo es metafísico no vaya ud. a creer que estoy psicoanalizándome, que aquí no hablo de familia, ni de nada.
Esa diarrea verbal, esa bulimia literaria.
Necesito leer, y leer, para enseguida escribir y escribir. Y si no puedo, como en estos días, me fuerzo, me meto los dedos en la garganta y vomito letritas en el teclado. ¿Me invitaría Mirtha Legrand a almorzar con ella? aYY la quiero tanto a Mirtha.

La tele, la computadora, la náusea.
Mostrarse, cubrirse las tetas, querer que te miren y correr bien lejos para que no te vea nadie.

Estoy arisca como un gato que no encuentra su sillón. La cueva de cartón guarda los textos del tiempo. Y ya vendrá la primavera a resucitar nuestras más temidas alergias.
Ser surrealista no te asegura comprender lo incomprensible. Dejar hacer, dejar pasar.
Vuelvo entonces a esa poesía, a ese libro que ya leí, vuelvo a los lugares que conozco para empezar de nuevo. Y no reviso lo que escribo porque no tengo ganas, porque vomité y es bien feo, pero nadie me mira.

Saturday, August 19, 2006

Big Men

Desnudarse para escribir o antes de escribir, o al escribir...la diferencia es el frío. Pero si se conservan las zapatillas y las medias quizá es distinto.
Hay algo que no está bien que no es el cuerpo. ¿Será el alma? Esa entidad ontológica intangible, ¿cómo someterla al proceso histórico que cambia todas las cosas?.
Lo que subyace en el living queridos míos, no es más que un sistema de palabras, todas francesas pero sin revolución. Y llamarlos aquí a esos Big men es un recurso para sentirme menos sola, y aunque sea un poquito respaldada por la utopía intelectual de un materialismo estructuralista que si bien fracasó es tan prolijo, tan ecléctico, tan encuentro de tantos otros Big men que dijeron tantas otras cosas desde un sufrimiento sartreano similar.
Si dijera a la noche, embebida de susto: "hay algo en mí que te aleja y te extraño tanto. A vos que tuviste nombre y piel. Mañana va a ser lo mismo, por más tiempo que dedique a soñar." estaría repitiendo frases usadas, vencidas. Y hoy que ya es mañana, porque el ayer fue constituido con papeles de colores me pregunto si quedaré desnuda al desatar los cordones de mis zapatillas.
Lo literal, lo literal, antes que esta catastrófica angustia.

También se ha dicho que mañana (por hoy) con las uñas rojas si es que la vida me alcanza o me atrapa, todo aquello puede suceder.
Hay tanto adentro que no quiere mencionarse.
Hay una ironía en una bandeja esperando ser descubierta.
Hay un sapo en un estómago que quiere convidar algo que perdió hace rato. ¿Qué será?
Y yo que estoy a mitad de camino hacia ningún lado, sé que esa última frase solapada dice más que las otras.

Sunday, August 06, 2006

Mi olvido de vos

Si me hablan de vos mejor me tapo las orejas. Y escucho igual, entre los dedos.
Si me hablan de vos mejor pensar en otra cosa, y no recordarte, porque sino...
Si me hablan de vos mejor pido silencio, o cambio de tema, aún deseando que te sigan nombrando, por lo menos ellos que sí pueden hacerlo, sin esta angustia que ya no es ni nostalgia ni bronca, ni soledad, es otra cosa.

Si hablo de vos, probablemente diga insensateces, como siempre. Probablemente no pueda ordenar mis pensamientos y los deje salir sin pasteurización.
Si hablo de vos es porque fui obligada a dejarte salir del bolsillo izquierdo, y ahí sobre la mesa me reclamás algo que no comprendo. O yo te reclamo y no comprendo por qué.

Si pienso en vos, por sobre el bullicio y las tareas cotidianas es porque estoy bien jodida. Y ya debiera admitir que no te pude olvidar por más esfuerzo que puse. Yo, que todo con dolor lo alcanzo, aunque sea solo a arañazos, no puedo alcanzar tu olvido. O mi olvido de vos, que es bien distinto.
O quizá lo que no puedo alcanzar es a vos. Y repito, entonces, estoy bien jodida.

Friday, August 04, 2006

Dos arrugas y un lunar

Las manos arrugadas sobre el bandoneón me recordaron a mi abuelo. Que si bien fue el padre de mi madre, es completamente otro.

Mi abuelo, que me enseñó a escribir, y ahorrar dinero. Que me enseñó a jugar a las cartas, y a querer ganar siempre. Que se fue antes de irse, cuando se enfermó tanto y ya no era el mismo. Que cuando se fue del todo, era aún muy temprano para que yo aceptara la vida sin él.

El bandoneón siempre estuvo ahí escondido, guardado en una caja, bien alto, para que los pequeños no lo agarráramos. Y recuerdo aquella vez, que en mi memoria hoy son como mil veces, que el instrumento fue desempolvado, y sonó, raro, en mis manos, cuidadas por todos, para que no lo rompa.
Era pequeña, y mi abuelo muy grande, aún estaba sano, pero el bandoneón no lo tocaba.

Sé de él cosas que fueron contando, de la orquesta, de su relación con el tango. Lo sé porque lo escuché a él, poco, porque escuché a mis parientes, un poco más, y porque lo inventé yo, mucho, en el afán de completar una historia necesaria para dar soporte a lo mucho que lo extraño, no tanto por lo que fue en realidad sino por lo que significó en mi vida. (Sí, esta maldición de poder analizar todo, pero aún no controlar lo que se siente)

Entonces hoy el tango en la tele es una inevitable lágrima. Quizá porque me desperté triste, quizá porque tengo más frío del que hace, quizá porque debiera haber seguido durmiendo un rato más, pero las frazadas ya se habían caído y...
Yo soy un poco como el tango, una nostalgia de algo que no fui (diría un amigo mío) un canto al mar y al smog de Buenos Aires. Yo llevo a veces ese bandoneón en la caja, esa incertidumbre, que es certeza de que toda la música se esconde allá arriba, y lo prueban las manos arrugadas y llenas de manchas.
Allá en el frente la vida es un camino, en el cual te aguarda la estación de chocolate, de vejez y temblores. Como si ahora no temblara.

Estar desorientada y no saber qué trole hay que tomar para seguir... Hoy, extraño, tal vez más por la gripe en mis pulmones que sale despacito. Hay que animarse y ordenar el cuarto. Hay que atreverse a encontrarse con la mugre y sacarla.
Hoy no, mejor mañana.